ChV pone fecha tope a Felipe Larraín para envío de reforma tributaria

ChV pone fecha tope a Felipe Larraín para envío de reforma tributaria

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Hasta fines de mes. Es el plazo que plantean diversos parlamentarios de Chile Vamos para que el gobierno envíe su proyecto de modernización tributaria, en una semana en que desde las directivas de los partidos manifestaron su inquietud por la caída en las expectativas económicas.La gran incógnita es qué contendrá esta propuesta de la que se conoce sólo el enunciado que realizó el Presidente Sebastián Piñera en la cuenta pública del 1 de junio: “dada las dificultades fiscales heredadas y la envergadura y urgencia de las reformas sociales y proyectos estructurales por hacer, he decidido mantener constante la tasa de impuesto corporativo a las empresas”. La promesa previa era, precisamente, bajar los tributos a las grandes empresas para fomentar la inversión.

Ayer, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, pidió “paciencia” a los dirigentes empresariales, quienes pusieron presión en materia de crecimiento, sobre todo en cuanto a la pronta presentación de las reformas tributaria y laboral. Ello se condimentó con lo que dijo la expresidenta Michelle Bachelet respecto de que “a la distancia, he visto mucho anuncio pero no los resultados prometidos. He visto una economía debilucha, que ha aumentado el desempleo”, situación que adujo que no es responsabilidad de su administración.

“Como ahora la economía no ha crecido a la velocidad prometida, resulta que la explicación que se da es que es mi culpa, todo supuestamente por las reformas, pero estas dos instancias calificadoras de riesgo internacionales (Moody’s y Fitch), dicen: ‘No, señores. Esto no es así’. La economía empezó a bajar, según Moody’s en 2010 y según Fitch a partir de 2012. La economía se ralentizó en el mundo, China dejó de comprarnos tanto cobre y el precio bajó”, sentenció.

La intervención de la autoridad, recientemente designada por Naciones Unidas como Alta Comisionada de Derechos Humanos, obligó a Piñera a tomar cartas en el asunto y salir a defender su gestión económica, en medio de precisamente de los cuestionamientos de su propio sector y del mundo empresarial. “En los primeros cuatro meses de gobierno el país ha crecido 5,2%, eso es tres veces más de lo que se creció en el gobierno anterior”, adujo.

Y acotó: “sé muy bien lo importante que es crear mucho y mejores empleos y mejorar significativamente los salarios y sé muy bien que queda mucho camino por recorrer para cumplir con ese compromiso”.

Más allá de las explicaciones de Piñera, en el oficialismo hay expectación respecto del pronto envío de la ley de modernización tributaria, que en Hacienda también fechan para fines de mes. Parlamentarios de las comisiones de Hacienda del Congreso le prestaron ropa Larraín y su llamado a la calma, pero pidieron no pasar de agosto. Sí hay distintos énfasis respecto de cómo debiera ser la reforma.

El diputado UDI Guillermo Ramírez afirmó que “el ministro Larraín puede pedir paciencia en la medida que vaya demostrando que el gobierno está avanzando en estas materias. Yo creo que si el gobierno presenta su proyecto dentro de agosto, estamos dentro de los plazos razonables. Si se demora más, sería más difícil pedir paciencia al mundo empresarial. Estamos en los plazos que el mismo gobierno se impuso y esperamos que ellos se cumplan”.

Sin embargo, enfatizó que “el ministro está pidiendo que esperemos a ver lo que tiene para mostrarnos. Y esa es una petición razonable. Llevamos 5 meses de gobierno, estamos adportas de que se presente el proyecto de modernización, y no es descabellado pedir que tengamos paciencia y veamos primero qué se propone”.

“El gobierno necesita tiempo para tramitar la ley, para que, una vez aprobada, provoque efectos positivos en la economía, y por tanto va en perjuicio del propio gobierno que se retrase una reforma importante como la modernización tributaria. Esperamos que no se retrase por temas menores”, señaló Ramírez.

Desde Chile Vamos afirman que la cautela en este tema ha sido algo que ha defendido desde Piñera para abajo, y que uno de los argumentos es que la premura con que Bachelet envió su reforma tributaria no fue sinónimo de éxito.

Por su parte, el UDI Patricio Melero afirmó que “no hay razones para el pesimismo o para exigir cambios que van a tomar un tiempo en expresarse nítidamente en la población. Hay situaciones externas como también estructurales, en lo tributario y laboral, que van a costar más remover para generar condiciones más favorables en el crecimiento y la economía. El daño estructural que generó la reforma tributaria y laboral está expresándose”.

“Lógicamente que puede pedir paciencia y más que eso, comprensión. ¿O al empresariado se le olvidó que este gobierno no tiene mayoría en el Congreso? “, agregó.

Misma apreciación tuvo el RN Leopoldo Pérez. “Cuando uno habla de un proyecto importante como la modernización tributaria, no se puede andar contrarreloj. Tiene que ser algo meditado, con evaluaciones de impacto. Cuando tú mueves algunas de las piezas del ajedrez de nuestro sistema en general siempre va a haber impacto. La revisión debe ser cautelosa y no a matacaballo”, aseveró.

“El gobierno ha sido cauto, nos ha ido bien pero no tenemos la bolita de cristal respecto de escenario para el próximo año. No sabemos el impacto del a guerra comercial”, añadió.

EL DEBATE: ¿DIENTES O REALISMO?

Donde sí hay un debate es respecto de qué se debe hacer. En entrevista con Pulso, el senador de Evópoli Felipe Kast planteó que “debiéramos atrevernos a ir al Congreso con reformas que podamos perder”. “Efectivamente hemos tenido cifras muy positivas, pero muchos actores esperan que avancemos más y este viento a favor lo debemos utilizar en ir al Congreso y plantear reformas significativas en materia fiscal y laboral”, argumentó.

Algo similar a lo que señaló Ramírez, quien sostuvo que “la reforma tributaria debe poner en marcha a la economía, y en eso comparto que hay cosas que tienen que cambiar y que no debe ser meramente cosmético. Estoy seguro de que el presidente Piñera tiene eso en mente porque estamos todos conscientes de que la razón por la que fuimos elegidos es por nuestra capacidad de generar empleo y el dinamismo que permita que los salarios aumente. No tengo miedo de llevar al Congreso una reforma tributaria que tenga dientes y que sea acorde a nuestras ideas porque creo que tendremos a la opinión pública de nuestro lado”, agregó.

Melero, por su parte, afirma que debe primar el realismo político pues el oficialismo no cuenta con mayoría en el Congreso. “Hay que entender las vicisitudes y dificultades políticas que tenemos que enfrentar, dada la correlacion de fuerzas que hay en el Congreso. El escenario político es complejo”, explicó.

“La reforma tributaria obviamente va agendar discusión, por eso no puede plantearse como contrarreforma a la reforma, sino como una visión más integral y modernizadora. El sector empresarial se va a sorprender cuando conozca que se está trabajando en visión de largo plazo y no de corregir ciertos aspectos puntuales”, aseveró.

Leopoldo Pérez (RN) acotó que “el proyecto de modernización tiene que ser pensando en el bien del país y no de un sector político determinado. Lo que se persigue es buscar el bien común para que la economía del país y los inversionistas tengan certezas y le traspase el crecimiento a todos los ciudadanos en el menor plazo posible. Acá la idea es que todos ganen, más allá de los legítimos intereses que puedan tener algunos”.

CARLOS MONTES: NO HAY PISO PARA REINTEGRACIÓN

Montes Carlos-pulsoPreocupado está el Presidente del Senado, Carlos Montes (PS) porque considera que no se está abordando el problema estructural de crecimiento que enfrenta Chile, y la agenda se ha centrado en unas pocas materias que aún no se han materializado como la regresión de las reformas. Por ello plantea la necesidad de generar un diálogo más institucional con el sector privado: “Estoy por propiciar un dialogo entre el Senado y los empresarios por una agenda real de crecimiento porque hasta el momento no ha hecho nada por estimular el crecimiento y la economía se está moviendo con el vuelito que viene desde afuera”.

¿Y no ve ningún factor interno en la mejora evidente de los indicadores de inversión y crecimiento?

-El vuelo viene fuerte, producto del comercio mundial, del aumento del cobre, de China, porque después de todo este tiempo aún no se ven cuáles son las medidas que quiere impulsar el gobierno para estimular el crecimiento, la creación de empleo e inversiones. Nuestra conclusión es que ellos creyeron que con el vuelito más la llegada del Presidente y la derecha al gobierno todo iba a subir, creían que todo se podía reducir a expectativas.

Pero las expectativas también han sido relevantes…

-Acá en concesiones se dijo que en 5 meses íbamos a tener US$2.000 millones anuales en proyectos, y este año no habrá ese monto a pesar de que heredó una cartera bastante avanzada. O sea ese objetivo ya no se va a cumplir en 2018. En definitiva estamos viendo sólo arrastre. Se le echó toda la culpa del menor crecimiento a la Reforma Tributaria (RT), y eso es simplista porque su mayor aplicación no estuvo en los años anteriores y en éste hay mejores indicadores con la misma RT.

No obstante el gobierno está preparando su proyecto para este mes.

-Hasta ahora todas las señales que tenemos es que desean volver al sistema integrado como teníamos en 2014 y que cambiamos porque no respondía a las necesidades del país: no recaudaba bien, no era progresivo, la manera en que se aplicaba dejaba espacios grandes para la evasión y elusión.

¿Y cómo está el ánimo para ese debate?

-Nosotros hemos dicho que no vemos espacio político para avanzar en la reintegración, parlamentarios de toda la oposición han dicho eso. En el último seminario que organizamos quedó claro que la reintegración beneficiaba a mil empresas, y que la integración no afectaba la inversión y eso lo planteó incluso Rodrigo Vergara (CEP, ex presidente del Banco Central). También se nos ha dicho que quieren eliminar la norma antielusión, y en eso hay que tener bastante cuidado porque ha quedado claro que esta norma ante todo es disuasiva a la hora de la planificación tributaria. Lo que nosotros vemos es que si el gobierno desea introducirse en una reforma estructural, más de fondo en materia tributaria, pónganle el nombre que le pongan, van a gastar mucho capital político y podrían no tener éxito.

¿Es decir que puede no ser ley?

-Hay que ver cómo lo plantean, pero en la medida que vaya quedando claro que esto beneficia a muy pocas empresas que representan una parte importante del Producto, hay que introducir un concepto de equidad al compensar la menor recaudación por la integración del sistema.

¿Qué le parece el anuncio de impuesto a las tecnológicas como Uber, Spotify?

-Todo lo que se refiere a los impuestos de nuevas tecnologías representan una cantidad no muy alta y es gente que ya está pagando otros impuestos y no tienen nada que ver con los más favorecidos con la reintegración. Cualquier intento de reemplazar una recaudación por otra debe considerar a quien le está cargando eso, lo razonable sería que esos mismos mil tuvieran que reemplazar la menor recaudación por el efecto de reintegrar.

¿Entonces no hay piso?

-No veo que haya espacio para esas tres cosas: neutralizar la norma antielusión, reintegrar ni bajar la tasa. He oído que están por reponer FUT, good will u otros forados que se cerraron con la reforma, estamos muy pendientes de ello. El problema es que como no tiene otras políticas de crecimiento, el gobierno se ha centrado mucho en este proyecto.

¿Cree que el ministro de Hacienda quemará sus naves en la RT?

-Lo que puedo decir es que el ministro ha protagonizado una serie de episodios que lo han debilitado y lo estamos viendo ahora con el salario mínimo. Cuando a un país se le dice que vienen los tiempos mejores, pero ni el empleo se mueve, ni el salario se mueve, genera problema de expectativas y su propuesta no guarda ninguna relación con la expectativa que ellos mismos generaron. El tiene un problema de capital político, de capacidad para influir.

Usted habla de un acuerdo con los empresarios, pero los mismo que nombró han dicho que lo más importante para la inversión es precisamente hacer esos cambios tributarios, ¿de dónde parte una conversación?

-Hay que ver otras cosas, preguntarse al menos si los US$11.000 millones anuales de franquicias juegan un papel hoy o podrían orientarse a otros sectores nuevos para diversificar la economía como incentivo a la inversión; ¿o fue muy izquierdista lo que hizo Buchi en los 80 cuando creó el subsidio forestal?, si el Estado puede incentivar sectores productivos. Hay personas como Bernardo Larraín, Alfonso Swett, Claudio Muñoz, empresarios de otras características para a conversar una propuesta, hay condiciones para abrir un diálogo, porque si no Chile se va quedar pegado. Al final de cuentas este gobierno generó una expectativa superior que no se está cumpliendo, y hay insatisfacción de su propia gente. (La Tercera-Pulso)

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