La candidatura presidencial de Evelyn Matthei ha dado un significativo golpe de timón hacia el centro político con la activa y notoria incorporación del exministro de la Concertación, Isidro Solís, actualmente vicepresidente del partido Amarillos. La presencia de Solís en el círculo íntimo de la abanderada de Chile Vamos, evidenciada durante la grabación del programa «El candidato» de Mega, simboliza el esfuerzo por forjar un nuevo y amplio bloque político que trascienda las tradicionales divisiones. Este acercamiento se ha cimentado en una relación de creciente confianza entre figuras que estuvieron en veredas políticas opuestas por décadas, algo que el propio entorno de la candidata destaca como un vínculo de gran valor estratégico y personal.
El papel de Solís, una de las figuras más influyentes de los gobiernos de la Concertación y con una vasta experiencia en seguridad y justicia, es crucial. Aunque no ejerce un rol diario ni tiene oficina fija, asiste regularmente como «sparring» de Matthei para prepararla en debates y foros, aportando la visión y estrategia del centro político. Este esfuerzo se suma al trabajo de un amplio staff que incluye a figuras de alto perfil como Juan Sutil y el senador Juan Antonio Coloma, junto a otros exministros de la Concertación como Matías de la Fuente, Claudio Hohmann, René Cortázar y José Pablo Arellano, además de Carlos Maldonado quien coordina el equipo de seguridad y justicia junto a Solís. La diversidad de este equipo es vista por Chile Vamos como una prueba concreta de la transversalidad que busca la campaña.
Este giro se ha profundizado con la activa participación de los líderes de Demócratas, Ximena Rincón, y Amarillos, Andrés Jouannet, en las reuniones estratégicas de la campaña. Solís ha sido uno de los principales impulsores del apoyo a Matthei desde su tienda política, bajo la tesis de que la candidata es la que más se acerca al centro y la necesidad de enfrentar un «doble adversario»: la continuidad del oficialismo y la amenaza de la ultraderecha. Este respaldo, sin embargo, no fue inocuo, ya que provocó un quiebre en Amarillos con la renuncia de prominentes militantes históricos de la ex Concertación.
La cercanía formal entre Matthei y Solís es relativamente reciente, concretándose en junio de este año. En esa primera reunión presencial, el exministro fue claro en enmarcar el apoyo: «No somos un partido de derecha ni queremos serlo. Venimos aquí a aportar, a enriquecer tu propuesta. Si tú quieres ganar, necesitas de manera indispensable el voto de nuestro mundo». Ante esto, Matthei afirmó que entendía que estaban sentando las bases de un «nuevo bloque, una nueva coalición». Esta alianza se produce en un momento clave, tras la caída de Matthei en las encuestas y la superación por parte de José Antonio Kast.
En ese encuentro de junio, la candidata abordó directamente sus controvertidas declaraciones sobre las muertes «inevitables» durante el Golpe de Estado, pidiendo perdón y asegurando que nunca fue su intención herir u ofender, ni ella ni su familia validaron las violaciones a los derechos humanos. En este contexto, Solís ha destacado la valentía del padre de la candidata, el General (r) Fernando Matthei, al reconocer el triunfo del No en el plebiscito de 1988, un hecho que ayudó a descomprimir la tensa situación política.
La estrategia actual, liderada por la dupla Coloma-Sutil, busca proyectar a Matthei como una estadista empática y con capacidad de convocatoria, un objetivo al que contribuyen Solís y los demás miembros del centro político. La candidata busca captar a ese segmento huérfano de representación, además de independientes y votantes obligados. De cara a un eventual gobierno, Matthei ha anticipado que su gabinete incluiría a figuras del centro político, nombrando expresamente a Isidro Solís y a Felipe Harboe como posibles cartas para el área de seguridad. (NP-Gemini-La Tercera)



