Carta de la izquierda progresista chilena a Alberto Fernández

Carta de la izquierda progresista chilena a Alberto Fernández

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Señor
Alberto Fernández de Kirchner
Presidente de la República de Argentina
PRESENTE

Estimado Alberto,

Esperamos que no te importe que te tuteemos, pues a los de izquierda nos cuesta respetar la autoridad. Preferimos tutear o simplemente hablar de “compañero”. Tú sabes bien, el compañero Castro, el compañero Morales, el compañero Chávez, el compañero Maduro, en fin.

Queremos agradecerte que hayas participado en el encuentro de la semana pasada entre los fundadores chilenos del Grupo de Puebla mediante videoconferencia. Te damos las excusas por la mala señal de la transmisión. Lamentablemente en Chile no tenemos una empresa estatal de telecomunicaciones, ya que la dictadura la privatizó. El servicio funcionaria mucho mejor y sería gratis. Pero ya lo lograremos. Piensa tú, que hasta la derecha en Chile está hablando de estatizar a las grandes empresas chilenas que lo requieran por la crisis económica. Ni en el mejor de nuestros sueños boliviaranos.

Tu invitación para unirnos y zanjar “nuestras diferencias para poder recuperar el poder en favor de los chilenos” lo vemos más difícil. No creas que no lo hemos intentado, pero tenemos unos dirigentes políticos y alcaldes algo frívolos que prefieren ir a los matinales de la TV chilena. Es que sienten que ahí está la gran plataforma electoral para asegurarse su reelección. Pero, por favor, no los condenes a priori. Tú bien sabes que en la izquierda no sabemos ganarnos la vida en el sector privado. Preferimos nuestros privilegios y comodidades del sector público y de los organismos internacionales.

Debemos ser honestos contigo. No deseamos recuperar el poder para los chilenos sino que para nosotros. Compañero Alberto, quedamos preocupados con tu populismo y demagogia. Nosotros, en la izquierda chilena, somos pragmáticos. Queremos el poder para nosotros y nuestros parientes y amigos. Perder el poder fue lo más duro de las últimas elecciones. Por más que tratamos de dejar todo amarrado para que el gobierno capitalista no removiera a nuestros compañeros, no nos resultó. Nos sorprendieron “in fraganti”. Te reconocemos que fuimos un poco ingenuos. En esto podríamos profundizar en nuestra próxima videoconferencia. Ustedes, los compañeros Kirchneristas, son expertos en esto.

También te debemos felicitar por tu notable sentido del humor. Tú expresión “este tipo se volvió loco”, delató tu excelente capacidad de reírte de ti mismo. Pero algo de razón tienes, pues para ser de izquierda hay que ser medio loco. Si no lo estuviéramos, el capitalismo estaría a salvo. ¡Viva la locura de la izquierda! Sin embargo, nos preocupa tu deslealtad con los principios del socialismo, comunismo y progresismo. Pretender echarle la culpa de la actual crisis económica mundial y del capitalismo a un “ser microscópico”, para usar tu misma expresión, es despreciar y desmerecer años de lucha de tantos compañeros para derrotar al capitalismo e instaurar el paraíso del comunismo en el mundo. Nuestros compañeros comunistas chinos merecen más respeto, consideración y reconocimiento.

Aunque algunos destacados políticos y economistas de derecha en Chile insisten en lo contrario, nosotros pensamos en que el modelo Kirchnerista de Argentina es el ejemplo a seguir. Basta con hacer un recuento de cuál fue el legado del Kirchnerismo en tu país: terminaron por hundir a Argentina. No creas que la izquierda chilena no tiene con qué lucirse y sentirse orgullosa. Aunque perdimos las ultimas elecciones, en el gobierno de nuestra compañera Michelle logramos darle varios golpes a la institucionalidad y a los empresarios, a través de reformas laborales, tributarias y constitucionales. No alcanzó para más. Pero te vamos contar cuál es hoy nuestra estrategia política, ya que te saliste de la videoconferencia sin despedirte. Hemos estado obstaculizando al gobierno en todo lo que podemos. Queremos negarle la sal y el agua. Logramos aprovechar el estallido social de octubre pasado para sacarle a los momios -como le decimos a los derecha en Chile- un proceso constitucional que esperamos termine con una nueva Constitución, donde podamos cambiar el modelo político, social y económico, destruyendo el exitoso legado de la Concertación. Estamos con una fuerte campaña para desestabilizar al gobierno, presentando acusaciones constitucionales abusivas y proyectos de ley inadmisibles e inconstitucionales, para desafiar al gobierno capitalista. Así como aprovechamos el estallido social para cambiar la constitución, ahora queremos aprovechar la crisis económica para estatizar a las grandes empresas. También estamos promoviendo fuertemente la desobediencia civil y el desorden público, desprestigiando al Ministro de Salud y a los Carabineros, entre otros. Finalmente, hemos infiltrado exitosamente a la Democracia Cristina -que está tratando de salir de una crisis terminal- a través de los senadores Huenchumilla y Provoste.

Desgraciadamente hemos tenido algunas complicaciones en esta campaña de desestabilización. Aunque te cueste imaginarlo, aún hay algunos en la izquierda que creen que debemos hacer una oposición constructiva y leal al gobierno capitalista, facilitando y apoyando los esfuerzos gubernamentales para superar la crisis política, sanitaria y económica. Se creen estadistas o republicanos y piensan que los intereses del país están por sobre los nuestros. Hasta el compañero Lagos nos tiró las orejas (¡qué se habrá creído tratándonos como inmaduros e irresponsables!). Aun cuando son una gran mayoría, les hemos advertido que -de persistir en esa actitud- no serán invitados al próximo asado en Cachagua. Realmente esta crisis nos está golpeando donde más nos duele: los bolsillos. Efectivamente, siendo oposición no nos hemos podido beneficiar de los contratos con el Estado para proveer alcohol gel, mascarillas y otros insumos esenciales. Quedamos fuera del negocio. Hemos sabido por nuestros compañeros argentinos, que a los peronistas, por el contrario, les ha ido bastante bien. Lamentablemente esta crisis nos pilló en la oposición.

Antes de cerrar esa misiva, queremos felicitarte por tu desempeño en la crisis del covid-19. No solo lograste acomodar los datos estadísticos para aparecer con mejores indicadores de mortalidad que nuestro país, lo que irritó al gobierno capitalista. De haber estado en el gobierno, hubiéramos reeditado con igual éxito el equipo de crisis del terremoto y tsunami del 2010. Pero nuestro gobierno capitalista, tanto en aquel entonces como ahora, se jacta de ser más eficaz y eficiente en el manejo de crisis. La típica soberbia de la derecha chilena. Para desgracia nuestra compañero -y te pedimos el mayor sigilo-, el gobierno capitalista ha manejado la crisis sanitaria de manera muy competente, pero no lo podemos comentar públicamente. Sería nuestro fin como izquierda progresista.

Finalmente, nuestros mejores recuerdos y mayores éxitos a Cristina y a su equipo de abogados, especialmente a estos últimos. Probablemente necesiten más que suerte.

Un abrazo fraternal de tus compañeros que te admiran,

La izquierda progresista chilena.

Francisco Orrego*

(*) Este columnista quiere agradecer a su amigo socialista que le facilitó una copia de esta carta y le ahorró tener que escribir una columna. Los créditos son para él.

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