Marzo fue un mes de encarecimiento de los bienes a nivel local, aunque menor a lo esperado por los analistas. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró un alza de 0,3% en el período, acumulando 3,7% en los últimos doce meses. Así, quedó un poco más lejos del techo del rango de tolerancia del Banco Central (4%).
El incremento en la inflación general tiene su correlato en los insumos que utiliza el Gobierno para medir la pobreza en el país. Así lo revela un informe del Ministerio de Desarrollo Social, que da cuenta de que el precio de la canasta básica de alimentos (CBA) exhibió en marzo un avance de 0,7% hasta $ 45.528, acumulando en doce meses un encarecimiento de 5,8%. El alza acumulada implica una leve caída desde el 6% que registraba en febrero, en ese momento el nivel más alto desde julio de 2016.
La canasta básica de alimentos -que considera casi 80 productos de consumo básico– es uno de los insumos que usa Desarrollo Social para fijar la línea de la pobreza y la de pobreza extrema por persona. Con el indicador a mano, en febrero la primera se situó en $ 170.581, mientras la segunda en $ 113.720.
Para hacer un paralelo, el incremento mensual y en doce meses en marzo fue menor al incremento en la División de Alimentos y Bebidas no Alcohólicas del INE (0,8% y 6,1%, respectivamente).
Para medir la línea de la pobreza, Desarrollo Social calcula la cantidad de calorías diarias mínimas que debe ingerir una persona, fijando como umbral un requerimiento de 2.000. Incluye productos como arroz, avena, carne molida, pechuga de pollo, paté, leche líquida entera, azúcar, y té corriente, entre otros. (DF)
