Algunas me parecen razonables, otras no tanto. Entre estas últimas está la sugerencia de recordar y valorar los diversos límites que se han impuesto por la reforma constitucional derivada del acuerdo del 15-N: quorum de 2/3, plazos, respeto de sentencias y tratados, reclamación ante la Corte Suprema, etcétera. En suma —dice Alvarado—, si ganara el Apruebo “se abriría la puerta para un cambio constitucional muy ambicioso, sin duda, pero limitado y sin rupturas, en plena continuidad institucional”.
Temo que esto no sea más que una petición de principio, porque el respeto a los límites institucionales supone que el órgano constituyente los reconozca como tales y es esto lo que se está poniendo en duda. Para neutralizar el peligro de una asamblea soberana no sirve de nada valorar los límites del proceso que, llegado el momento y sobre la base de que se está ejerciendo el poder constituyente originario y refundacional, se considerarán restricciones ilegítimas.
Me parece razonable, en cambio, el llamado que hace el director del IES a los que propician el Apruebo, y —agrego yo— sobre todo a sus dirigentes, para que declaren y garanticen con palabras y hechos que la convención constituyente que llegara a conformarse se ceñirá estrictamente a las normas que se le han fijado por la reciente reforma constitucional. Ellos tienen la palabra. (El Mercurio Cartas)
Hernán Corral


