Montes (PS): «Terminó tiempo de liderazgos mágicos para atraer a la gente»

Montes (PS): «Terminó tiempo de liderazgos mágicos para atraer a la gente»

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El senador Carlos Montes (PS) está leyendo un libro. Se llama Gobernando el vacío; la banalización de la democracia occidental. Parte de su tesis -comenta- es que hoy no se entiende que “hay que revalorar cosas de antes, y no descalificarlo todo”. Tiene que ver con su percepción de algo que ocurre actualmente en Chile y que no le gusta: la camada de dirigentes que, estando dentro de la política, reniegan de ella para desmarcarse de los liderazgos tradicionales.

El senador y posible presidenciable Alejandro Guillier dijo que  Lagos se plantea como una suerte de Bernardo O’Higgins que llega a salvar a la patria, y que los liderazgos del siglo XX quedaron obsoletos. ¿Qué piensa de eso?

No me gusta oír estas cosas de Guillier, porque cualquiera podría decirle a él que es del siglo XX también. Levantarse como el bueno porque los otros son malos es una forma de hacer política que no ayuda, propia del siglo XIX. Aquí se necesita conocer más lo que piensan los candidatos de lo que está ocurriendo en Chile. Sería bueno, por ejemplo, que Alejandro Guillier dijera lo que piensa sobre educación superior, o de la nueva educación pública a nivel escolar, o sobre descentralización.

 ¿Entra Guillier en el estilo de candidatos tipo Manuel José Ossandón, que habla de los “poderes fácticos” y “la vieja política”?

No tengo idea en qué va a entrar Guillier. ¿Qué va a hacer, qué va a representar, cuáles serán sus propuestas? No lo sé, porque todavía no las ha expresado. Lo que sí reclamo es que todo se haga sobre la base de no hacerse cargo de los problemas, sino descalificar al otro. Si Ossandón o Guillier van a entrar en eso, entonces de llegar al gobierno, a menos de un año van a estar cuestionados por todo el mundo.

¿Cree que ese tipo de liderazgos, lo que representó Marco Enríquez-Ominami en algún minuto, contribuyen a denostar la política, que ya está en crisis?

Ese estilo afecta mucho. No explica el deterioro de la política, pero ayuda a mantenerlo. Pero el mismo Marco Enríquez ha cambiado ese estilo, está más maduro. Creo que tenemos todo el derecho a exigir y a cuestionar a aquellos que viven solamente denostando. Yo le preguntaría a Ossandón cuáles son los problemas nacionales e internacionales del país, porque ahí es donde empezamos a hacer aguas.

Estamos en una crisis política y económica y el tema es cómo se enfrentan estas cosas, y yo valoro a los que están poniendo el debate en esos términos.

¿Quiénes, por ejemplo?

Quien está hoy día insinuando más aportes al debate de fondo es claramente Ricardo Lagos, y creo que Isabel Allende ha hecho varias intervenciones en esa dirección. Incluso, Piñera tiene algo… Esto no es sólo una elección, es un momento de decidir una opción de país, es lo que está en juego y lo que se requiere de esta generación política, con los jóvenes y con los viejos.

Lo que pasa es que, al parecer, en eso hay una brecha. En el PC, por ejemplo, los diputados más jóvenes se han desmarcado todo lo que han podido de Ricardo Lagos. 

Todos estos problemas nacionales se expresan en una juventud que cuestiona radicalmente las instituciones, que no les gusta el tipo de desarrollo del país. Eso es real y enfrentarlo es parte de los desafíos.

Inclinación por Lagos

 ¿A quién quiere ver usted en La Moneda en 2018?

A una figura que represente los cambios que ha habido y que proponga formas de mejorarlos y profundizarlos. O sea, que tenga como eje construir un país más igualitario, pero que genera desarrollo. Pero sobre todo más igualitario. Lo que hizo Michelle Bachelet para eso requirió mucho coraje.

Y hoy su gobierno tiene un 15% de aprobación. 

Mire, en general, cuando hay procesos de cambio hay caída en el apoyo. Acuérdese que Bachelet tuvo una caída muy fuerte antes de Caval, como de 20 puntos. Hubo errores como no haber partido por la educación pública, hartos errores que tienen que ver con la manera de implementar y hacer las cosas, la manera de explicarle al país… Y después vino el caso Caval. Pero el que sea presidente de Chile tiene que continuar con la perspectiva de fondo y perfeccionar lo que tenga que perfeccionar.

Pero con nombre y apellido, ¿a quién le gustaría ver recibiendo la banda presidencial?

Hay tres candidatos en el PS: Isabel Allende, José Miguel Insulza y Ricardo Lagos. Uno de esos tres.

Ha trascendido que se siente más cercano a la opción de Lagos. 

Ricardo Lagos sería un gran presidente, pero creo que en determinadas circunstancias también podría ser Isabel Allende. Hoy día, Ricardo Lagos tiene dificultad, porque a los jóvenes no les gusta, pero capacidad de gobierno él tiene mucha. En el caso de Isabel Allende, ella  tiene que demostrar capacidad de gobierno y también conseguir apoyo de sectores, y así.

Entonces, el mejor posicionado para usted es Lagos.

Hoy en las encuestas tiene un 5%. 

No me refiero a las encuestas, sino a quién está en mejor pie, a su juicio, para hacer un buen gobierno.

Para dirigir el gobierno, para dirigir el Estado, claro que sí.

Por eso no le pregunto quién cree que va a ser el próximo presidente, sino quién le gustaría que fuera el próxmo presidente. 

Yo claramente tengo una inclinación básica por Ricardo Lagos, creo que él tiene hartas condiciones. Pero estoy abierto a que haya otras alternativas, y esa alternativa significa Isabel Allende probablemente, bajo ciertas condiciones. Va a depender del respaldo, de las propuestas que haga y de distintas cosas. Aunque también en el caso de Ricardo Lagos va a depender de con quién se rodea y qué propuestas hace, obviamente.

¿Cuáles son las falencias que ve en Allende? Usted habla de apoyarla “bajo ciertas condiciones”.

Ella ha demostrado que fue una gran presidenta del Senado, está hoy presidiendo el PS y se mantiene con un reconocimiento público como alguien más constructivo. Y tiene capacidad de formar equipos. Pero aquí hay que ver lo que piensa la ciudadanía también.

Es que el PS pareciera estar más dividido que otros respecto de su propia opción presidencial.  

No diga que estamos divididos, es algo que está fluido, que está en desarrollo. Estamos en una etapa de inclinaciones. Yo valoro mucho a Ricardo Lagos, su capacidad de gobierno, etc., y por otro lado, Isabel Allende veo que representa una historia de este país y una cierta capacidad… Vamos a ver quién tiene más apoyos y propuestas. A José Miguel Insulza lo veo bastante menos metido en todo esto.

Más allá de su voluntad…

Más allá de su voluntad.

En 2017, ¿cree que la posibilidad de ganar de la centroizquierda estará con un candidato que ofrezca continuidad de este gobierno o un cambio de estilo? 

Creo que va a haber cambios y espero que los haya. Gobernar más con la ciudadanía, que los partidos asuman más responsabilidad, y también va a haber que hacer una secuencia de las transformaciones  asegurando que uno da un paso y lo afirma, y luego da otro paso.

¿Cree que el tipo de liderazgo que buscará la gente será del tipo “carismático” o más “humano”, como el que representó Bachelet?

Tiendo a compartir que se terminó el tiempo de los liderazgos mágicos que van a atraer a la gente, yo creo que la política ya no se va a hacer así. Se va a hacer más bien por acuerdos, por procesos más complejos, con diferencias… El cariño a la autoridad va a ser distinto y ya está siendo así. Ya se acabó el tiempo de los liderazgos muy carismáticos y muy atractivos, yo creo que eso no va a ser la característica, y no esperaría que ningún candidato sea así. Ninguno. (La Tercera)

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