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Atribuciones de la Contraloría

Riesgos fiscales de la reforma de pensiones-Hermann González

La reforma de pensiones aprobada en enero de este año se encuentra en pleno proceso de implementación, una tarea que será compleja por la magnitud de los cambios que involucra. El proyecto se puede analizar desde distintas dimensiones más allá de su impacto en las pensiones de las personas, sus efectos en el ahorro del país, en la competencia de la industria y en sus consecuencias fiscales, entre otros. En este contexto, hacia el final de la tramitación del proyecto de ley, el Congreso solicitó una opinión al Consejo Fiscal Autónomo (CFA) sobre los potenciales efectos fiscales de la iniciativa.

El Consejo identificó once riesgos y propuso medidas de mitigación para cada uno de ellos. Estas recomendaciones implicaron cambios en el proyecto de ley y compromisos del Ejecutivo que el CFA evaluó y calificó en un informe recientemente publicado. Vale la pena recordar que el rol del CFA es emitir recomendaciones de carácter técnico, consultivo, no vinculante, y que su mandato se circunscribe a la evaluación de las implicancias fiscales de las reformas, sin emitir juicios sobre el mérito de estas.

El resultado de la evaluación hecha por el Consejo es positivo, porque de las once propuestas de mitigación de riesgo realizadas, nueve fueron total o parcialmente acogidas, una no fue acogida y una está en evaluación. Sin embargo, no todos los riesgos identificados tienen la misma relevancia desde el punto de vista fiscal. En efecto, las medidas de mitigación para los dos riesgos más relevantes fueron parcialmente acogidas por el Ejecutivo. En primer lugar, no se acogió completamente la recomendación respecto del riesgo asociado a las fuentes de financiamiento del mayor gasto fiscal del proyecto, que se obtendrán de la Ley de Cumplimiento Tributario. Como existe incertidumbre respecto de la recaudación de esta Ley, el Consejo recomendó mayor cautela al momento de comprometer gastos, para lo cual propuso gatillos automáticos en la medida que los recursos sean obtenidos.

Tampoco fue acogida la recomendación respecto del riesgo fiscal relacionado con el perímetro de las reglas fiscales (el Gobierno Central) a raíz de la creación del Fondo Autónomo de Protección Previsional (FAPP) fuera de dicho ámbito. A juicio del Consejo, los riesgos no cubiertos, o no adecuadamente cubiertos, siguen requiriendo medidas de mitigación, ya sea las propuestas por el CFA, u otras que cumplan con el mismo objetivo. El Consejo, además, recomienda abordarlas de forma prioritaria.

En definitiva, a juicio del Consejo aún persisten riesgos fiscales relevantes asociados a la reforma previsional, los cuales podrían comprometer la sostenibilidad de las finanzas públicas en el mediano y largo plazo. Frente a estos riesgos, el CFA reiteró la necesidad de revisar las medidas de mitigación propuestas o, alternativamente, que se evalúen otras opciones con el mismo objetivo.

Por otro lado, la experiencia de este proceso legislativo evidencia la necesidad de mejorar los plazos y condiciones en que se realiza el análisis fiscal de reformas estructurales de gran magnitud. La premura con que el Consejo debió elaborar su evaluación de los riesgos fiscales limitó la posibilidad de realizar un análisis más amplio. Asimismo, no contar con todos los datos ni con la información técnica adecuada, impidió que el CFA pudiera llevar a cabo una evaluación cuantitativa de los riesgos fiscales involucrados. (El Líbero)

Hermann González

Jara: la candidatura robada

En “La carta robada”, de Edgar Allan Poe, existe una carta comprometedora para la reina. El cuento relata la búsqueda afanosa y afiebrada de la carta. Finalmente, Auguste Dupin (el detective creado por Poe) encuentra la carta, ¿dónde estaba? Estaba oculta de la mejor manera posible: a la vista de todos.

Es lo que está ocurriendo con la candidatura de Jeannette Jara. Su militancia en el Partido Comunista es flagrante y obvia, está a la vista de todos y por eso ya casi nadie la nota. Y gracias a eso aparece como una candidata casi etérea, desprovista de ideología, atenta a las necesidades inmediatas.

Pero no. No es una candidata etérea. Así como Tohá representa la cultura de la Concertación, y eso algo significa, Jara representa la cultura del PC y eso algo significa también.

Desde luego, ella no es una convencida de que la democracia liberal sea la mejor forma de conocer la voluntad popular. Como ha sido habitual en el Partido Comunista, ella piensa que la forma de gobierno de que se trate depende de las condiciones históricas de cada sociedad. La democracia liberal no es para ella, cuando se atiende a sus declaraciones, un valor incondicional. Por supuesto es probable que ella considere que atendidas las condiciones actuales ese sistema es el adecuado para Chile (y sería incorrecto negar que el PC ha respetado siempre el sistema democrático liberal en nuestra historia política); pero no cabe duda de que, para ella, como para el partido, puede ocurrir que en determinadas condiciones la democracia liberal carezca de valor.

Esa es una diferencia fundamental con la candidatura de Tohá, con la de Mulet y con la de Winter (si en esto sigue al Presidente Boric). Estos últimos creen en el valor incondicional de la democracia liberal. Jeannette Jara no.

El Partido Comunista es, además, un partido de clase, de la clase obrera. No es que todos sus militantes sean obreros, por supuesto que no, o que sean pobres, tampoco, o pobladores. Es un partido de clase en el sentido de que sostiene que la sociedad moderna se erige sobre la explotación de una clase, la clase trabajadora que crea el valor, y que, si se la libera, la sociedad en su conjunto estará mejor. Desde este punto de vista el Partido Comunista no es identitario o particularista, sino universalista.

Esta es una diferencia de fondo con la cultura del Frente Amplio. También con Tohá. El Socialismo Democrático no es una fuerza política que defina la totalidad de los intereses sociales a partir de la clase.

Jeannette Jara es pues militante de un partido de clase, es decir, piensa que la dominación de clase es una de las claves de la sociedad moderna, y no cree en el valor incondicional de la democracia liberal; piensa, en cambio, que puede haber formas distintas de democracia.

Todo eso no se nota porque está a la vista. Y porque está a la vista nadie lo advierte. Ese es el secreto de la candidatura de Jeannette Jara.

Esta semana el exalcalde Daniel Jadue, si lo dejaran, podría sumarse a la candidatura de Jeannette Jara, pero ella se ha mostrado más bien reticente. Y es que ella sabe que, si lo hace, se desharía el encanto. Es como si en “La carta robada” Poe hubiera puesto a Auguste Dupin a buscar de inmediato en la superficie. Entonces el cuento (que ha dado origen hasta a reflexiones psicoanalíticas) no existiría. (El Mercurio)

Carlos Peña

Banda ataca a militares y roban fusiles de Regimiento Maipo en Valparaíso

La mañana de este miércoles, un grupo de sujetos protagonizó un robo con violencia en el Regimiento N°2 Maipo, en la Región de Valparaíso.

El hecho ocurrió pasadas las 5.00 de la mañana, cuando seis individuos ingresaron al regimiento para cometer el ilícito.

El fiscal Andrés Gallardo, señaló que los antisociales “se abalanzaron sobre dos centinelas que patrullaban el recinto militar».

“Los atacaron con armas blancas, los golpearon y les sustrajeron sus dos fusiles de guerra y sus municiones para luego huir del lugar”, sostuvo.

Respecto al estado de salud de los centinelas, desde la II División Motorizada de San Bernardo, señalaron que “los soldados conscriptos resultaron con lesiones menores», asegurando que fueron atendidos “de inmediato por personal de la unidad y posteriormente derivados al Hospital Carlos Van Buren”.

La Fiscalía dispuso la concurrencia de OS9 y Labocar para trabajar el sitio del suceso.

De momento, no hay detenidos por este hecho, aunque desde Fiscalía aseguraron que se está trabajando para dar con los responsables.

En tanto, el Ejército denunció lo ocurrido ante la Fiscalía Militar. Además, instruyeron una “investigación sumaria administrativa, para determinar las posibles responsabilidades que pudieran derivar de este hecho”. (La Tercera)

De un automóvil a un imperativo categórico-Jaime Mañalich

A mi vehículo, algo antiguo, por cierto, le correspondió una revisión por kilometraje. Lo dejé en el taller, y como me ha pasado en otras ocasiones, al mediodía recibí la típica llamada señalándome que, además de lo habitual (cambio de aceite, filtros, etc.), había que agregar otros gastos que terminaron triplicando la cuenta. Cada vez que ocurre, me recuerdo del rol de agente.

La Teoría de Agencia se basa en que una persona con un nivel de conocimiento precario frente a un problema delega en un tercero (agente) la responsabilidad de actuar en beneficio del primero. El agente sabe más del asunto que quien le ha solicitado ayuda, lo que se denomina asimetría de información, y si actúa atendiendo intereses distintos a su misión, sea incluso uno propio, falla gravemente a su tarea.

Dada la complejidad de los asuntos humanos, el ciudadano debe recurrir incesantemente a agentes que lo representen. Es el caso de abogados, médicos, políticos, alcaldes. Nuestro país enfrenta una grave crisis de agencia. Existe una duda legítima que quienes han sido elegidos para defender los intereses de sus representados estén en realidad atendiendo otras agendas, generando verdaderos conflictos morales, cuando reciben pago por licencias médicas fraudulentas, usan recursos públicos para objetivos propios, inducen a gastos innecesarios, prescriben medicamentos de marca sustituibles por genéricos, poniendo solo ejemplos del mundo clínico.

Pero el problema se extiende a todos los campos. De especial trascendencia es la representación política. Existe una desconfianza generalizada hacia sus actores, que solo se acrecienta en cada noticiario. Generosas promesas en tiempo de campaña, actividades en terreno con quienes buscan ser oídos y representados, uso indebido de recursos públicos por algunos cuando son electos, compromisos de votar de una determinada forma que luego son transados en el altar de fines propios. Probablemente la crisis más severa de agencia que se vive en nuestro país hoy es la inexcusable negligencia en la administración del Estado.

Se pueden idear muchos mecanismos para sancionar y prevenir estos conflictos éticos; pero hay que reconocer que el único camino fecundo es el de elegir representantes que estén dispuestos a dejar de lado sus intereses y actuar siempre en nombre de quien los ha elegido. Se hace imprescindible entonces recurrir a un concepto pasado de moda: la virtud. No hay mecanismo de castigo suficiente para adecuar el trabajo de todos quienes están en los asuntos públicos en beneficio de la comunidad si de base se carece de coraje y entereza moral. En la educación que se aleja de las humanidades y de la filosofía no hay esperanza. Solo recordar a Kant: “Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda valer al mismo tiempo como principio de una legislación universal”. Todos necesitamos una revisión frente al espejo. (La Tercera)

Jaime Mañalich

El PC, Jara y Venezuela-Guillermo Pérez

El estrecho vínculo entre la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela y el Partido Comunista chileno es innegable. El conglomerado ha salido a respaldar al dictador en múltiples oportunidades, negando las miles de violaciones a los derechos humanos, defendiendo fraudes electorales y celebrando la imposición de un orden autoritario a sangre y fuego. Por lo mismo, su candidata presidencial, Jeannette Jara, es emplazada constantemente por su opinión sobre la dictadura venezolana.

Esto no es nuevo. El PC ha hecho lo mismo con Cuba, Nicaragua y hasta con Corea del Norte desde hace décadas. Sin embargo, la situación con Venezuela es bastante más compleja porque afecta directamente los intereses de Chile en materia de seguridad. El brutal asesinato del teniente Ronald Ojeda, encargado por las cúpulas de la dictadura al Tren de Aragua -según los antecedentes revelados por el Ministerio Público-, es un atentado grave y directo a nuestra soberanía. Aunque Jeannette Jara ha tomado cierta distancia de la dictadura de Maduro, tildándola de “autoritaria”, la evidencia indica que tal declaración no es suficiente.

El último libro publicado por Chris Dalby, fundador de World of Crime, da cuenta del rol protagónico del gobierno venezolano en el crecimiento y expansión del Tren de Aragua. La investigación de Dalby, que se apoya bastante en fuentes como el excelente libro de Ronna Rísquez sobre la banda delictual, muestra el modo en que algunas autoridades del régimen vieron en Héctor “El Niño” Guerrero (líder del Tren de Aragua) un importante aliado que podía ayudarlos a cumplir sus fines políticos, como bajar los asesinatos al interior de los penales -esta fue una política explícita del chavismo, que le otorgó el control de las cárceles a las bandas criminales para disminuir la violencia penitenciaria-, usar sus soldados para pelear con manifestantes en marchas en contra del régimen o cometer asesinatos políticos tanto adentro como afuera de Venezuela (como sería, según la fiscalía chilena, el de Ronald Ojeda).

De acuerdo con toda la evidencia disponible, Guerrero era el rey de la cárcel de Tocorón, ubicada en el estado de Aragua, con el total beneplácito del régimen. En el lugar regían sus propias leyes y un sistema de justicia hecho a su medida. El penal tenía desde zoológico hasta discoteca, y Guerrero siguió viviendo en el lugar incluso hasta después de cumplida su condena por asesinato. Hay una anécdota que Dalby relata y que revela el nivel de cercanía de la banda criminal con las autoridades venezolanas. Durante unas fiestas, la policía fue a fiscalizar un yate en un muelle en Aragua. Para su sorpresa, el anfitrión de la juerga era el Héctor “El Niño” Guerrero quien, en teoría, debía estar preso por varios años más. Sin embargo, Guerrero les mostró un papel firmado por el Ministerio de Servicios Penitenciarios donde señalaba que él tenía permiso para moverse libremente por el país.

La cárcel de Tocorón fue intervenida en septiembre de 2023, debido a la presión internacional en contra del régimen de Maduro por la libertad con que operaba el Tren de Aragua. Sin embargo, cuando llegaron los efectivos del régimen a apoderarse del penal los principales cabecillas de la banda ya se habían escapado. Hoy, Estados Unidos ofrece una recompensa de cinco millones de dólares por información que conduzca al paradero de Héctor “El Niño” Guerrero.

Estas y muchas otras historias muestran cómo Venezuela permitió que la crisis de seguridad en Chile y en América Latina se desatara del modo en que lo ha hecho. El régimen de Maduro no solo ha permitido que bandas como el Tren de Aragua crezcan, sino que las ha fomentado y utilizado.

¿Qué responderá Jeannette Jara ante esta evidencia? ¿Cómo se hará cargo la candidata de un partido que no sólo ha apoyado, como sabemos hace tiempo, dictaduras que calzan con su ideología, sino ahora regímenes aliados con el narcotráfico y el crimen organizado que han asolado a América Latina y, directamente, a nuestro país? ¿Cómo compatibilizar su proyecto político con el respaldo a un régimen que ha colaborado activamente con el crimen organizado transnacional? Estas preguntas son urgentes y merecen pronta respuesta. (El Líbero)

Guillermo Pérez

¡Es la geopolítica!

Para variar, en Occidente los líderes están sacando cálculos de los efectos en los mercados que tendrán las nuevas tensiones en el Medio Oriente. Es algo muy importante, por cierto, pero insuficiente, falta la visión geopolítica: si Irán queda debilitado —más allá de lo bueno que sería terminar con su capacidad nuclear y con los ayatolás y sus extremos—, el análisis más largo es: ¿quién se hará fuerte en esa zona que desde siempre ha sido estratégica? ¿Crecerá la influencia rusa o china? ¿Europa tiene algún plan geopolítico o seguirá deliberando sin conducción? ¿Y EE.UU., tiene un plan? ¿Y la OTAN?

No se vislumbra una gran visión estratégica de Occidente cuando la geopolítica vuelve a dominar con fuerza el sistema internacional. Muy preocupante. (El Mercurio Cartas)

Karin Ebensperger Ahrens

Voluntades cruzadas

El viernes doy una charla sobre riesgos geopolíticos. La doy en Suiza, eterno refugio de quienes intentan eludirlos. Al prepararme he confeccionado una lista.

La lista parte, claro, con las guerras: las activas, como las de Ucrania, Gaza o Irán, y otras que podrían ocurrir, en Taiwán, Corea, y tantos otros lugares. Después, ese otro tipo de guerra, la comercial, la que Trump le declaró a medio mundo.

En el trasfondo de todo, parece haberse perdido la racionalidad en la toma de decisiones. La razón ha ido cediendo a la emoción y la voluntad. De allí el brote de voluntarismos populistas, tendencia que yo pienso partió, o se agravó, con la crisis financiera de 2008, cuando se decía que habían fallado los expertos, dando lugar a que los políticos sintieran que ya no tenían que ceñirse a reglas, que ya no había impedimentos a su voluntad, por caprichosa que fuera. De allí que se fue dando un mundo más conflictivo, porque si la razón objetiva une, las voluntades subjetivas dividen.

Junto al debilitamiento de la razón se va desgastando el imperio de la ley. Hay cada vez más gobiernos con poco respeto por el derecho internacional. La ONU es cada vez menos eficaz. Habla Antonio Guterres y uno lo siente débil, cuando no irrelevante. Y dentro de muchos países los políticos desafían a sus propias constituciones. Cosa de observar a Estados Unidos o México. En Estados Unidos el presidente parece creer que el Estado es él. Desconoce acuerdos hechos por sus antecesores. Ignora a jueces. Amenaza con anular contratos con el Estado de un amigo con quien se enojó. Y en México el gobierno se apodera del poder judicial.

De un mundo que procuraba tener reglas iguales para todos los países, estamos transitando a uno en que grandes potencias como China, Rusia y Estados Unidos pretenden dominar sus “zonas de influencia” sin que las molesten. Es un antiguo deseo de Putin este mundo que retrocede a la era de los grandes imperios. A Trump parece que le gusta. A Xi Jinping para qué decir.

Pero hay más. Hay los riesgos a los que no siempre se les dice geopolíticos pero que lo son. El crimen organizado. Las gigantescas migraciones. El terrorismo. El cambio climático. Pandemias. Baja tasa de natalidad. Inteligencia artificial, que combina oportunidades con riesgos que apenas entendemos. Corrupción rampante, que mina aún más el imperio de la ley. El surgimiento de hombres fuertes con inmensa capacidad disruptiva, hombres generalmente corruptos con, a veces, graves problemas de salud mental.

Hay otros riesgos más bien económicos. Por ejemplo, la irresponsabilidad fiscal de las clases políticas. La voracidad tributaria que ocasiona. La fragilidad de importantes fuentes de valor, partiendo con el dólar, que tambalea con los caprichos comerciales de Trump, el gigantesco déficit fiscal que él parece querer aumentar, y el uso constante del dólar para congelar activos de adversarios.

En un mundo cada vez más improvisado es imposible prever qué va a pasar incluso en los próximos días. En realidad, los “hombres fuertes con inmensa capacidad disruptiva” ya no son un riesgo: son un hecho. Esta semana mandan Trump, Putin, Bibi Netanyahu y el Ayatola. ¿Serán capaces de razonar con serenidad?

¿Qué los mueve? En el caso de “Bibi”, dicen —espero que exageradamente— que la paz para él ya no es una opción, porque sin guerra su coalición se desmorona y él termina en la cárcel por corrupción. De allí su colosal apuesta en Irán, que sería también para distraernos de la matanza en Gaza y la agresión contra palestinos en Cisjordania. De Putin o el Ayatola se puede decir algo parecido: ceder en Ucrania o Irán podría ocasionar su caída.

En cuanto a Trump, su propia conveniencia es, al menos, dinámica. Felizmente parece que le gusta la paz, y por eso, no es imposible ser optimista. Mientras tanto el S&P 500 ha estado llegando a su nivel más alto de la historia.

¡Extraño mundo! (El Mercurio)

David Gallagher

Interlocking: suena bien, pero así funciona mal

Licencias médicas: de la indignación a la acción

El viernes se cumple un mes del informe de la Contraloría que destapó el escándalo de más de 25 mil funcionarios públicos que viajaron al extranjero mientras hacían uso de su licencia médica, lo que sugiere un uso fraudulento del sistema. Aunque el informe generó revuelo y la promesa gubernamental de mejoras al sistema, aún no se conocen las reformas que se impulsarán para evitar que estos abusos se repitan.

En este mismo espacio, a fines de 2022, un grupo de investigadores y exautoridades —incluidos ministros de Salud de las administraciones Lagos, Bachelet y Piñera— advertimos que, más allá de los fraudes, que también eran noticia en ese entonces, era necesario modificar la estructura de incentivos de las licencias médicas, delineando ciertos cambios urgentes al sistema. Pese a la transversalidad de dichas propuestas, la política ha actuado con lentitud frente a un problema que nos está costando más de un 1% del PIB, que consume casi la mitad de la cotización obligatoria de salud y que creció un 43% real entre 2019 y 2023, desviando recursos para resolver uno de los principales problemas de la ciudadanía: las listas de espera de la salud estatal.

Además, eleva los precios de los seguros privados —un 36% de la cotización de isapres va a financiar las licencias médicas— que otorgan una atención de salud oportuna, pero que cada vez se hacen más inaccesibles.

Aunque el foco ha estado sobre los funcionarios públicos que salieron del país, es evidente que el abuso es muchísimo más extendido. Hay funcionarios públicos que se mantuvieron en Chile vacacionando, otros que lo usaron como una suerte de seguro de cesantía (mala práctica que probablemente se repetirá con el término de este gobierno), o dedicándose a otras actividades remuneradas. Ojalá la Contraloría pueda detectar a estos últimos cruzando datos con el SII. Si a ellos sumamos los casos similares de trabajadores del sector privado, el costo para el país es aún más alto.

La recién aprobada Ley N° 21.746 eleva los requisitos para emitir licencias médicas y endurece las sanciones a los médicos que entregan licencias sin justificación, incluso arriesgando perder la posibilidad de emitirlas. Ello va en la dirección correcta, pero aborda solo una parte del problema. Para frenar los abusos es necesario también combatir la demanda de licencias por parte de los trabajadores. Las reformas tendrán costos políticos, especialmente en un año electoral, pero son esenciales para contener el fraude y su alto costo.

Hay tres cambios clave. Primero, reducir la tasa de reemplazo del sueldo desde el 100% actual a un monto más alineado con el resto de nuestra legislación. El seguro de invalidez cubre hasta un 70% del sueldo, igual que el de cesantía en su primer mes. Ese es también el promedio de los países OCDE. Por cierto, esta tasa de reemplazo debe ser igual para todos los trabajadores del sector público (que hoy no están afectos al tope imponible) o privado.

Segundo, establecer límites a la extensión de las licencias médicas. Así se hace en el resto del mundo y no es razonable que estas se extiendan por años, existiendo otros instrumentos como el seguro de invalidez parcial o total. Es por ello que las licencias médicas que superen el año debieran ser muy excepcionales, visadas por una segunda opinión médica independiente.

Tercero, las licencias médicas son un seguro y, como tal, para evitar la sobreutilización se usan deducibles. Hoy este mecanismo existe (carencia de tres días), pero solo para los trabajadores privados y para licencias de once o más días. Esa distinción no tiene justificación, por lo que se debe avanzar hacia un régimen con deducibles, pero común para todos los trabajadores, sin privilegios, y sin importar la extensión de la licencia.

El Gobierno y el Congreso deben transformar la indignación por los abusos con licencias médicas fraudulentas en una oportunidad para mejorar el sistema. Aún están a tiempo.

Pablo Eguiguren F.
Libertad y Desarrollo