El matón del barrio-José Francisco Lagos

El matón del barrio-José Francisco Lagos

Compartir

Hace pocos días, el alcalde de Recoleta Daniel Jadue dijo que ni en este gobierno ni el suyo iba a cambiar su posición respecto a que las “comunidades educativas” elijan el retorno a clases presenciales. Esto, después de que el gobierno anunciara que a partir del 2 de marzo se iniciaba el año escolar con asistencia presencial obligatoria.

El argumento de Jadue es incorrecto por varias razones. En primer lugar, muchos alcaldes, entre ellos él mismo, le impidieron a las comunidades educativas elegir la presencialidad cuando las autoridades comunales decidieron suspender las clases.

En segundo lugar, señala que son las comunidades educativas las que deben elegir, cuando hemos visto que pocas veces son escuchadas y aquel apoderado que quería la presencialidad para sus hijos, lo veía impedido por una decisión administrativa del alcalde de turno.

Por último, la gran mayoría de los expertos han señalado que el retorno a clases presenciales es absolutamente indispensable para el aprendizaje integral de los niños, por lo tanto las municipalidades deberían estar más preocupadas de garantizar las condiciones para que ese retorno sea posible, en vez de oponerse a que los estudiantes vivan adecuadamente su proceso educativo.

Este tema también nos lleva a otro que tiene que ver con los derechos. En un país en que se garantiza la libertad de enseñanza y el derecho a la educación, son los padres quienes tienen el derecho para elegir la educación para sus hijos, pues ellos son los primeros educadores y no la municipalidad ni el gobierno central. Estas últimas instituciones son delegados de esa función primordial que tienen los padres de familia.

Es en lo anterior que se configura la necesidad de respetar las decisiones de los apoderados, junto con el derecho de los niños de ser educados de la mejor manera posible, y son las instituciones del Estado quienes deben velar porque tales principios se cumplan.

Los alcaldes están de paso, pero lamentablemente el daño que le pueden causar a generaciones de alumnos es demasiado como para tomarnos con liviandad una decisión de este tipo. El Presidente electo dijo en campaña que los colegios debían ser los primeros en abrir y los últimos en cerrar, a propósito de la pandemia. Una buena idea, sería que se lo transmitiera a sus partidarios.(El Líbero)

José Francisco Lagos

Dejar una respuesta