Virtuosa formación universitaria

Virtuosa formación universitaria

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Conocí el nuevo modelo formativo que implementará la Universidad Finis Terrae, con el objeto de robustecer la formación general en concordancia con los desafíos contemporáneos, su historia e identidad católica. Contiene varios aspectos interesantes, pero no se pueden abordar en estas líneas, como incentivar la interdisciplinariedad. Entendida no solo como la interacción de contenidos y metodologías entre asignaturas de diferentes carreras, sino también incluyendo saberes esenciales propios de las artes y las humanidades. Campos de estudio que permiten comprender las experiencias y manifestaciones humanas a través del tiempo, fomentando la asimilación de pensamiento analítico, la sensibilidad, reflexión ética y sentido trascendente.

Lo más innovador del plan de estudios en cuestión se aprecia en su ciclo inicial, concebido como una instancia de preparación de los alumnos novatos, con el objeto de que puedan desenvolverse con soltura en el trayecto siguiente de la vida universitaria. Mediante asignaturas o diferentes actividades, se los instará a reflexionar sobre sí mismos, a asumir sus aspiraciones, descubrir su vocación, al punto de poder llegar a delinear un proyecto de vida en relación con su trayectoria académica y profesional. Conjuntamente, se procura dotarlos de habilidades comunicacionales, potenciar su capacidad de análisis, reflexionando sobre obras artísticas o temáticas diversas; conseguir que lleguen a interpretar, argumentar y sostener ideas con claridad.

Todo parece muy oportuno, virtuoso. Porque no son pocos los que ingresan sin tener certeza sobre la carrera en que se matricularon. Lo deciden sin mayor raciocinio, por un folleto, insinuación de un profesor o sugerencia de sus padres. A su vez, son jóvenes que en general han consumido medios digitales en forma excesiva, recibiendo estímulos mediáticos efímeros, al amparo de sistemas automatizados con predominio últimamente de la inteligencia artificial, la cual ciertamente ocupan, pero aceptando las respuestas a “fardo cerrado”. Se utiliza transversalmente en todas las carreras y, consecuentemente, es necesario estar dotado de capacidades proporcionadas por el pensamiento crítico, por consideraciones éticas y creatividad, las cuales propician la formulación de preguntas o planteamientos minuciosos, contextualizados, así como evaluar o desglosar las respuestas que entrega el asistente virtual, de manera que siempre prime el juicio crítico y ético por sobre la IA. ¿El fin?, formar para discurrir razonablemente e interactuar con las nuevas tecnologías. Algo indispensable para jóvenes en los tiempos que corren. (El Mercurio)

Álvaro Góngora