A pocos días de las elecciones, la Unión Demócrata Independiente (UDI) enfrenta la elección parlamentaria con una considerable incertidumbre, reconociendo que la principal amenaza radica en el crecimiento del Partido Republicano, con el que compite por un electorado compartido. El gremialismo busca arduamente mantener los 20 escaños que hoy ocupa en la Cámara de Diputados.
Sin embargo, las proyecciones más pesimistas que circulan en Chile Vamos y en las colectividades rivales, como las del pacto “Cambio por Chile” (que incluye a los Republicanos), sugieren un escenario adverso. En el peor de los casos, la UDI podría quedarse con tan solo 12 diputados, lo que representaría un duro golpe para el partido, sobre todo si se suma a una eventual derrota presidencial de su abanderada, Evelyn Matthei.
Este pronóstico negativo ha abierto la posibilidad de una disputa interna. Sectores de la denominada «vieja guardia» de la UDI advierten que si el resultado es insatisfactorio (menos de 20 escaños), se producirá una fuerte arremetida que cuestionará la conducción de la «generación de recambio», forzando una intervención de los líderes más antiguos.
Desde el círculo del actual presidente del partido, Guillermo Ramírez, se contrasta esta versión, afirmando que el diputado goza de una posición de consenso y que su liderazgo es respaldado por la vieja guardia, con la que mantiene comunicación constante. Pese a esto, dirigentes como el exministro Víctor Pérez han manifestado su inquietud por el rumbo tomado por la generación de Ramírez en los últimos años.
Toda la UDI sigue con atención la fuerza del Partido Republicano, cuyo abanderado, José Antonio Kast, ha mostrado un liderazgo que, se advierte, podría favorecer el crecimiento de su bancada en el Congreso. Los Republicanos son vistos como el competidor natural del gremialismo, compartiendo bases electorales al haber surgido de las propias filas de la UDI. El votante de derecha más ideologizado ahora cuenta con una oferta más diversa, lo que amenaza con fragmentar el apoyo tradicional a la UDI.
Existe también la incógnita sobre el espacio que podría ganar Johannes Kaiser y su Partido Nacional Libertario, un grupo pequeño que podría captar parte del voto más ideologizado. Algunos en la UDI consideran que esta bancada podría «incomodar el diseño republicano», especialmente si Kaiser logra un tercer lugar con poca distancia de Kast.
Pese a la tensión, la directiva de la UDI intenta proyectar calma. Guillermo Ramírez rechazó las proyecciones negativas y aseguró que el próximo Congreso mostrará una derecha fortalecida. El timonel afirmó que la derecha chilena «va a experimentar un aumento muy importante en el número de parlamentarios» y que, por lo tanto, las fuerzas están «administrando riqueza» y no pobreza, insistiendo en que el foco del partido está en capitalizar el crecimiento general del sector.
De hecho, un reciente sondeo de Imaginacción, otorga a Chile Vamos la elección de 50 cupos (incluidos Demócratas y Amarillos) y 25 al Partido Republicano y asociados (PSC-NL). (NP-Gemini-La Tercera)
