Gran atención ha causado en el mundo entero el anuncio del Reino Unido de adherir formalmente al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, conocido como TPP-11. Ello es una respuesta esperable, en su búsqueda de nuevos socios comerciales más allá de sus fronteras naturales, tras su salida de la Unión Europea.
Sin embargo, la reciente suscripción del Acuerdo de Asociación Económica Integral (RCEP) y la reconfiguración de fuerzas en el Asia Pacífico hacen de esta una apuesta, además, estratégica. Según destacó en sus palabras la propia secretaria británica de comercio, Liz Truss, el Reino Unido reconoce en este acuerdo la mejor manera para profundizar la integración con algunos de los mercados más dinámicos en el mundo.
En 2019, Chile se convirtió en el primer país del mundo en firmar un Acuerdo de Asociación con Reino Unido para resguardar la continuidad de nuestro comercio bilateral. Hoy, el Reino Unido busca ingresar al acuerdo plurilateral con las 11 economías que serán el motor de la recuperación económica global. La magnitud de esta nueva arquitectura regional tiene profundas implicancias para Chile, no solo en el aspecto comercial, sino también en nuestra inserción geopolítica más allá del Asia Pacífico.
A dos años de su entrada en vigor, el TPP-11 ha dado los frutos esperados para quienes lo han ratificado, demostrando ser una herramienta útil para enfrentar la reactivación económica, además de otorgar previsibilidad a las reglas de comercio en tiempos de gran incertidumbre; ¿por qué entonces seguir dilatando su aprobación?
Quienes han acogido razones para lo anterior, más de carácter político que sustantivas respecto del contenido del acuerdo, invisibilizan que las exportaciones chilenas a países del TPP-11 han caído en más de 2.000 millones de dólares desde la entrada en vigor del Acuerdo, según un informe elaborado por la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei). En la misma línea, un estudio del prestigioso Peterson Institute mostró que Chile potencialmente dejaría de incrementar sus exportaciones en US$ 6 mil millones al año si no ratifica el pacto.
La evidencia respalda al TPP-11 como un valioso y necesario instrumento en la coyuntura actual, en particular para la reactivación de las pymes y el empleo. Así ha sido el caso para Australia, Canadá, Japón, México, Nueva Zelandia, Singapur y Vietnam, quienes además de no haber sufrido ninguno de los males que en Chile algunos insisten en concluir de algunos capítulos del acuerdo, muy por el contrario, han reiterado a Chile la urgencia e importancia de beneficiarse del acuerdo cuanto antes.
La decisión del Reino Unido es un llamado de alerta a nuestros legisladores de que no podemos seguir esperando y, a la vez, reafirma lo que tantas veces hemos dicho y demostrado: Chile no puede restarse del TPP-11 y es oportuno hacerlo ahora.
No son solo 3.000 nuevas oportunidades de liberalización arancelaria; mecanismos más flexibles de acumulación de origen; nuevos mercados para los exportadores de servicios, y más y mejores oportunidades para nuestras pymes; la no ratificación del TPP-11 atenta profundamente contra nuestro compromiso con la integración y el libre comercio, pilares de nuestra vocación internacional.
Andrés Allamand
Ministro de Relaciones Exteriores
Rodrigo Yáñez
Subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales



