El Gobierno del Presidente Gabriel Boric ha reforzado la estrategia de evitar replicar los embates de la candidata de Unidad por Chile, Jeannette Jara, quien ha agudizado su ofensiva contra el Ejecutivo en el marco de la segunda vuelta presidencial. Esta táctica busca disipar la tesis de «continuidad» que pesa sobre su campaña y, a su vez, apuntalar su base de respaldo en sectores populares.
Recientemente, Jara criticó duramente la gestión gubernamental ante la aglomeración de migrantes en la frontera de Chacalluta, señalando que «El Gobierno es el que tiene que actuar y debió haberlo hecho con anterioridad». El asesor de Jara, Ricardo Solari (PS), utilizó estos reproches para demostrar la «alta autonomía» de la candidata respecto a La Moneda, destacando la necesidad de una presencia y un protagonismo «más vigoroso» de la autoridad.
La réplica del Ejecutivo a Jara ha sido en un tono condescendiente, distinto al que se usa con el abanderado opositor, José Antonio Kast. El ministro de Seguridad, Luis Cordero, se limitó a señalar que las críticas de personas en procesos electorales «forman parte de las reglas del juego». Cordero contrastó esto con el tono severo que usó contra Kast la semana pasada, advirtiendo que «la retórica tiene consecuencias» y que las personas «no pueden ser utilizadas como medios para una controversia electoral».
La ministra secretaria general de Gobierno, Camila Vallejo, también respondió con cautela. Si bien comentó que las candidaturas «siempre buscan diferenciarse» de la administración actual, luego reparó en el presunto desconocimiento de Jara sobre la labor en la frontera. Vallejo dijo que «no puedo culpar a los candidatos por no tener esa información» y que «muchas veces a través de la prensa quizás no se sabe eso». No obstante, fue más directa al criticar la política migratoria de Kast, señalando que «no basta con decirle a los migrantes váyanse si el otro país no los va a recibir».
LA MONEDA INTERVIENE EN FAVOR DE JARA
El cuidado del Ejecutivo hacia la campaña de Jara se ha manifestado en situaciones previas. Un caso similar ocurrió cuando Jara emplazó al Gobierno a reponer el gasto social en la Ley de Presupuesto, a lo que el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, se limitó a validar el punto de vista de la candidata como parte del «legítimo debate democrático».
La intervención más notoria ocurrió con el ministro de Vivienda, Carlos Montes, quien hizo declaraciones incómodas para Jara al vincular su comando con una persona ligada a una toma. La Moneda dirimió la situación en favor de Jara, siendo la propia ministra Vallejo quien validó la versión del equipo de la candidata y dio por «cerrado el punto». Esta actitud de cuidado hacia la exministra se ha mantenido por meses, incluso cuando la entonces vocera subrogante, Aisén Etcheverry, desdramatizó en junio la negativa de Jara a suscribir el acuerdo Codelco-SQM, validándola como parte del «debate de ideas» en un marco presidencial. (NP-Gemini-Emol)



