La derrota presidencial de Jeannette Jara ha profundizado las grietas entre el Socialismo Democrático y el Frente Amplio (FA). El senador y timonel del PPD, Jaime Quintana, encendió la polémica al afirmar que la «falta de reflexión» del FA podría causar un daño irreversible al sector.
Desde el Frente Amplio, la respuesta fue inmediata y transversal. La presidenta de la colectividad, Constanza Martínez, señaló que apuntar a otros es una «salida fácil» que no contribuye a la unidad necesaria para proyectar el futuro del bloque progresista.
Por su parte, el jefe de bancada de los diputados FA, Jaime Sáez, fue más tajante al tildar a Quintana de «opinólogo de reflexiones ajenas». Sáez instó al senador a promover la autocrítica dentro de su propio partido en lugar de atacar a sus aliados de coalición.
Otros dirigentes, como el senador electo Diego Ibáñez y la diputada electa Constanza Schonhaut, llamaron a asumir responsabilidades colectivas. Advirtieron que las derrotas en un gobierno de coalición pertenecen a todos por igual y pidieron dejar de «mirar la paja en el ojo ajeno».
La tensión también se trasladó al ámbito privado. El exministro Sergio Bitar (PPD) criticó duramente, a través de mensajes internos, una columna de autocrítica publicada por Giorgio Jackson. Bitar calificó el texto de Jackson como «liviano» y centrado en desviar la atención de sus errores personales.
Según el análisis de Bitar, el Frente Amplio no reconoce los aportes del Socialismo Democrático y busca reivindicarse apoyándose en grupos de izquierda radical. Esta postura, a su juicio, dificulta la construcción de un nuevo camino político común.
Este quiebre discursivo ocurre en un momento crítico para la oposición al gobierno electo de José Antonio Kast. La falta de una relación fluida entre ambos partidos amenaza la gobernabilidad interna del bloque de cara a los desafíos legislativos del 2026. (NP-Gemini-La Tercera)
