Me sorprende no haber visto, durante la discusión de la reforma financiera más grande de la historia de Chile, análisis sobre condiciones en mercados financieros. ¿Están conscientes de los cambios estructurales en mercados financieros que determinarán el futuro de las pensiones?
Se los digo: el cambio más importante es la gran caída de tasas de interés de equilibrio en el mundo.
Cuando comenzó el sistema de pensiones (1981), la tasa de interés en Chile a 10 años era sustancialmente más alta que UF+8%. Luego baja a 7% y hoy es aproximadamente 2%. Ocurre algo similar en todo el mundo. En 1990 la tasa real en EE.UU. era de 4%. Hoy es 1%. ¿Cuál es el efecto en las pensiones?
Separemos el proceso en dos períodos:
1. Período de acumulación. Cuando la persona trabaja y acumula ahorro.
2. Cuando jubila.
Voy a comenzar un breve análisis respecto del momento en que jubila.
Si la tasa de interés es 8%, el dinero ahorrado rentará derivados del 8% por año (más o menos 8% por año dependiendo del “vehículo” que tome). Para simplificar, asuma que la persona toma todos sus ahorros y los invierte en un bono que renta 8% por año. Con la tasa de interés actual, al jubilar los ahorros rentarán 2% por año. Es decir, necesita cuatro veces más de ahorro para recibir lo mismo.
Este ejemplo simplifica algunas cosas que no alteran la conclusión. El punto central es que para generar la misma pensión necesita cuatro veces más de ahorro si jubila con tasa de 2% que con tasa de 8% (en la práctica nadie jubiló en los primeros años del sistema).
Pero la situación es aún peor.
Durante el período de acumulación, los ahorros crecerán a tasas mucho más bajas que en los primeros años del sistema. Con tasa de interés del 2% real, es difícil pensar que el centro de la distribución de retornos sea sustancialmente más que 3% real.
Para obtener un volumen de ahorro similar al que el sistema generaba en sus primeros años, necesitamos que las contribuciones sean más de 2,5 veces lo que son hoy. Deberían ser, por lo menos, 25% de los salarios, como en países que tienen el problema más o menos resuelto. Antes de la reforma de 1980, la contribución en Chile era de 30% de salario.
Lamentablemente, con la economía completamente estancada, sin crecer, eso es inviable.
Si combinamos los dos puntos del análisis, los efectos se potencian. Dados los bajos retornos financieros, al jubilar tendrán menos ahorros y esos ahorros rentarán menos una vez jubilados.
Las diferentes propuestas en discusión plantean aumentar la contribución en 6 puntos porcentuales, lo que a todas luces es insuficiente. Nos lleva a 16%, en circunstancias que necesitamos acercarnos al 25%.
En el mundo de hoy, 6% adicional resultará en pensiones más bajas que las que generó el sistema en los últimos años.
Pero más grave aún, quieren que de ese insuficiente 6%, 2% vaya a hacer redistribución. Quieren que personas con pensiones en promedio más bajas que las de hoy, hagan distribución. En la práctica no están aumentando el ahorro en 6 puntos, sino que en 4 puntos.
Es demencial. Dada la estructura de los mercados financieros, 6% no es suficiente. Y quitarles 2% para hacer distribución es repartir pobreza. Es quitarle plata a gente pobre y dársela a gente más pobre. Claramente no es el instrumento.
El problema central es que la discusión, hasta el momento, ha sido fundamentalmente política. No están considerando la estructura de los mercados financieros.
Les pido a los políticos de todos los sectores que por favor hagan su propio análisis sobre el efecto de las tasas de interés en los retornos esperados. Hasta ahora no han calibrado el impacto del colapso de las tasas de interés globales.
Con la economía atrapada en un bajo crecimiento, no estamos en condiciones de aumentar las contribuciones en más de 6%. Pero ese 6% tiene que ir en su totalidad a la cuenta individual para tener un atisbo de pensiones aceptables. No hacerlo será un acto de irresponsabilidad histórica. No es ideología. Es matemáticas y finanzas. (El Mercurio)



