Los gobiernos de Tailandia y Camboya pactaron un alto el fuego inmediato tras veinte días de violentos enfrentamientos fronterizos. El documento oficial fue suscrito este sábado por los ministros de Defensa de ambas naciones asiáticas en conflicto.
El acuerdo garantiza que más de medio millón de civiles desplazados puedan retornar a sus hogares con total seguridad y dignidad. La medida busca normalizar la vida en las zonas limítrofes afectadas por los recientes intercambios de artillería.
Las disposiciones incluyen la congelación de posiciones militares actuales y el inicio de labores de desminado en la frontera. Asimismo, Bangkok se comprometió a liberar a dieciocho soldados camboyanos capturados una vez consolidada la tregua efectiva.
La cooperación policial para combatir la ciberdelincuencia también forma parte de los puntos acordados por las autoridades de defensa. Este acercamiento busca reducir las tensiones en una frontera de ochocientos kilómetros heredada del periodo de colonización.
Los enfrentamientos registrados durante diciembre dejaron un saldo lamentable de al menos ciento una personas fallecidas en ambos países. La intensidad de las operaciones incluyó el uso de aviones de combate y lanzamientos de cohetes tácticos.
La tregua actual surge tras la ruptura de un pacto anterior que fuera mediado por el presidente estadounidense Donald Trump. Aquel intento de paz de julio no logró contener el histórico litigio sobre la demarcación territorial exacta.
El cese al fuego es visto como un alivio necesario para la estabilidad del sudeste asiático en este cierre de año. Las comunidades locales esperan que esta pausa sea definitiva tras experimentar los combates más intensos en décadas. (NP-Gemini-La Tercera EFE)



