Un aumento relativamente sostenido en la conflictividad laboral se ha observado en Chile. El informe del Observatorio de Huelgas Laborales (OHL) del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) y de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Alberto Hurtado (UAH), muestra que hubo 462 huelgas en 2016, un 20% más que en 2015 y el peak desde 1990.
El alza se dio tanto en el sector público como privado, pero fue particularmente intenso en este último, donde subieron 26% a 197. Clave en este avance fue la multiplicación de las huelgas que se dieron fuera del proceso de negociación colectiva reglada -definidas como “extra legales”-, las que pasaron de 85 a 133 desde 2015 a 2016, marcando un máximo histórico.
Así y todo, el análisis de OHL de COES-UAH arroja que el número de trabajadores involucrados en paralizaciones extra-legales disminuyó en el mundo privado y, en particular, en el público. Es decir, pese al alza movilizaron en promedio a un número menor de personas empleadas.
Este hecho marca una diferencia con las huelgas legales del ámbito privado, que sí sumaron más gente.
Otra característica de los paros es que fueron más breves en 2016. La baja en la duración promedio de las huelgas fue de 1,4 días en el aparato público y de 1,2 días en las legales y extra-legales privadas.
VIOLENCIA
El informe da cuenta que si bien la zona central concentra el número mayor de huelgas, es en las zonas extremas del país donde se movilizan más trabajadores en relación al total de ocupados.
En el sector público, a diferencia de lo que ocurre en el privado, la Región Metropolitana presenta un bajo número de huelgas en comparación con otras regiones, lo que reflejaría que las movilizaciones públicas presentan una distribución geográfica más homogénea que las privadas.
¿Qué tan violentas son las huelgas? Según los datos recogidos en el informe, en 2016 creció el porcentaje de huelgas que estuvo acompañada de acciones que implicaron interrupción del libre tránsito, tanto dentro como fuera de los establecimientos en huelga, de un 16,4% a un 20% en el sector privado y de un 9,9% a un 27,3% en el público.
Eso sí, se destaca que en la mayor parte no recurrieron a medidas de este tipo y fueron pacíficas, como ha sido la tónica. Lo que sí sale a la luz es que el año pasado se registró un alza donde hubo alguna modalidad de intervención policial, de 11,07% a 17,3% en el ámbito privado, y de 7,44% a 13,27% en el caso público.
También se dan diferencias al observar los motivos de las paralizaciones. En 2016, sólo un 22% de aquellas observadas en el Estado respondió a demandas salariales y casi igualmente importantes son aquellas causadas por exigencias ligadas a la gestión o a la organización del trabajo (21%). Entre los privados la mayor parte de los conflictos tiene relación con demandas salariales (47,9%) y sólo un 3,8% se explica por demandas vinculadas a la gestión o a la organización del trabajo.
SINDICATOS
El estudio advierte que los datos revelan una “profunda crisis que atraviesa la institucionalidad laboral en Chile”. Por un lado, muestran que los procedimientos legales establecidos para encauzar los conflictos colectivos en las empresas no son necesariamente los más prácticos; y, por el otro, que más de un tercio de los conflictos laborales desembocan en huelgas en el sector privado fuera del marco de la negociación colectiva reglada y sin ajustarse a los procedimientos establecidos para ellos en la legislación.
“Los mecanismos que ofrece la ley para garantizar el derecho a huelga a los trabajadores y asegurar condiciones de seguridad a las empresas, no son accesibles o no resultan atractivos para una buena parte de los trabajadores del sector privado chileno”, puntualiza.
¿Cuáles son los factores que han facilitado el aumento de las huelgas? El informe instala como posibles hipótesis que el fenómeno tenga relación con un proceso de revitalización del sindicalismo en el sector privado que se expresa en una mayor capacidad de organización; el cambio en la jurisprudencia o en la interpretación jurídica de las normas laborales; y el contexto político de los últimos años que ha estado marcado por el despliegue de movimientos sociales.
SECTOR PÚBLICO
El estudio hace un llamado a matizar las afirmaciones que sugieren que la conflictividad laboral se concentra en el sector público. De hecho, las huelgas en ese ámbito representan sólo un cuarto del volumen total de las paralizaciones en el país y la mitad de las huelgas extra-legales ocurridas en 2016. Y, desde el punto de vista de los trabajadores comprometidos, el peso es aún menor (ver tabla).
En la línea de desterrar mitos, la investigadora de COES-UAH, Francisca Gutiérrez, destaca que la huelga es un signo de tensiones dentro de una relación laboral, por lo tanto, involucra distintos actores. «Uno no puede atribuirle a las huelgas o las características de una huelga solamente a lo que sucedió con los trabajadores o una intencionalidad de los trabajadores. Hay un montón de factores que intervienen», dice.
Rodrigo Medel, también miembro del equipo del OHL, puntualiza que «hay que tener ojo cuando decimos aumento de la conflictividad, no estamos diciendo aumento de la violencia o de actos disruptivos que trasgredan el orden público, porque justamente una de las características de las huelgas -a diferencia de otras manifestaciones de protesta- es un bajo nivel de violencia».
Gutiérrez pone sobre la mesa que «las huelgas legales en general tienen una duración mucho mayor que las huelgas extralegales. Entonces, eso abre hartas preguntas con respecto a la legislación. Uno podría pensar que el hecho que las huelgas en el fondo estén canalizadas debería garantizar, por un lado que los trabajados tienen protección, pero también debería garantizar procesos más expeditos».
Medel suma un antecedente: «Duran cerca de cuatro veces más las huelgas legales que están suscritas al proceso de negociación colectiva, que la extra legal tanto en el sector privado como en el público».
Para Gutiérrez, el debate que modificó el Código del Trabajo bien pudo adelantar los procesos de negociación colectiva el año pasado, en el entendido que las empresas sintieron cierto temor por el escenario posterior a la vigencia la reforma. Y, además, dice, «también uno podría hacer una lectura quizás un poco más arriesgada, pero es una hipótesis, que quizás también aumentaron las tensiones debido a la incertidumbre respecto de cómo va a cambiar un poco la relación de fuerzas entre sindicatos y empleadores la reforma laboral».
Y advierte: «Dada las características de la reforma, que al final no dejaron en el fondo contento a ninguna de las dos partes, no hay claridad si es que realmente va a ser una reforma que va a favorecer a los empleadores o a los sindicatos. Por lo mismo, eso genera una sensación de incertidumbre que uno podría pensar que aumentan las tensiones que hay en el proceso de negociación».
El Observatorio de Huelgas Laborales (OHL) de COES-UAH llevará a cabo el lanzamiento del «Informe de Huelgas 2016» el miércoles en el Aula Magna de la U. Alberto Hurtado. A la cita asistirá el subsecretario del Trabajo, Francisco Díaz; la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa; el gerente general de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Fernando Alvear; y autoridades de la OIT.
BONO PROMEDIO: $2,13 MILLONES
En 2016 las empresas entregaron bonos de término de conflicto que en promedio ascendieron a 2.138.181 de pesos bruto, según arrojó el estudio de Negociaciones Colectivas Mercer Chile.
Al hablar del nivel de conflictividad de las negociaciones, el 58% de las empresas que participaron del estudio las calificó como «para nada o casi nada conflictivas», mientras que el 42% las tildó de intermedias o conflictivas. Al comparar los resultados de esta muestra con las del estudio anterior, se aprecia una leve alza en la conflictividad, pues en 2015 el 61% de las compañías que conformaron la investigación afirmaron que los procesos eran «para nada o casi nada conflictivos», mientras que el 39% los calificó de intermedios o conflictivos.
«Los principales factores que influyeron este año en el alza de tres puntos de las negociaciones conflictivas fueron la incompatibilidad de satisfacer los requerimientos de los sindicatos por parte de las empresas ante las restricciones presupuestarias que han experimentado», detalló Agustina Bellido, Líder de Productos de Mercer Chile.
Los procesos más conflictivos se dieron principalmente en los sectores Salud y Servicios Financieros. «Las negociaciones para nada o casi nada conflictivas, se explican por factores como el trabajo constante de la empresa con el sindicato y/o grupo negociador; la posibilidad de dar cumplimiento a gran parte de sus requerimientos. Las compañías identifican además como factor relevante el tener dirigentes sindicales cuyos intereses están claramente dirigidos al bienestar de sus representados», detalló Natalia Bocaz, Consultora Senior de Carrera de Mercer Chile.
IMPORTANCIA DE LAS RELACIONES LABORALES
Entre los resultados, destaca que el 58% de las empresas presenta al menos un responsable del área de relaciones laborales, con una dotación promedio de tres empleados.
En el 42% restante no existe un área o cargo con dedicación exclusiva a esta materia, y las funciones son asumidas por la gerencia de Recursos Humanos. Las industrias del Retail y Minería son las que presentan la mayor frecuencia del área, con 86% y 78% respectivamente.
LA ENCUESTA
La consultora de Recursos Humanos efectuó este sondeo por segundo año consecutivo, con el propósito de realizar un análisis de los contratos y convenios colectivos vigentes, así como de los procesos de negociación que dieron origen a los instrumentos que conforman esta investigación.
En esta versión participaron 101 empresas, que tienen en conjunto una tasa de sindicalización del 54%. Estas compañías pertenecen a nueve diferentes sectores económicos. La fecha corte para la muestra fue el 30 de septiembre de 2016. (DF)




