El vicepresidente de la República, Álvaro Elizalde, y el ministro de Justicia, Jaime Gajardo, encabezaron la ceremonia de Asunción de Mando del nuevo director nacional de Gendarmería, Rubén Pérez Riquelme, y de la subdirectora Operativa, María Angélica Aguirre Cárdenas.
En su discurso, el vicepresidente Elizalde destacó la «doble misión» de la institución: «mantener la seguridad y el orden en los establecimientos penales y al mismo tiempo favorecer la reinserción social de las personas privadas de libertad en un sistema que hoy supera las 64.000 personas en régimen cerrado».
Elizalde reconoció que «algunos hechos ocurridos en un tiempo han puesto en evidencia deficiencias que deben ser mejoradas y la necesidad de seguir modernizando la gestión penitenciaria», asegurando que el gobierno de Gabriel Boric ha impulsado una sólida agenda legislativa en apoyo a Gendarmería.
El vicepresidente fue enfático al señalar la amenaza que representa la corrupción en el sector:
«La lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico exige no sólo capacidad operativa sino también integridad institucional. La corrupción dentro de los servicios del Estado, en especial los sistemas de justicia y seguridad, representa una amenaza directa a la democracia y debilita la confianza ciudadana”.
Por su parte, el nuevo director nacional, Rubén Pérez Riquelme, delineó sus prioridades. En línea con el ministro Gajardo, el énfasis inmediato estará en la estabilidad operativa de los recintos, pues «sin seguridad y sin estabilidad operativa es imposible sacar adelante las otras actividades».
Pérez Riquelme cerró su intervención con una declaración firme sobre el combate a las amenazas internas: «Al tenor de las exigencias penitenciarias actuales, la presencia del crimen organizado es relevante atacar la corrupción y no vamos a ceder un centímetro… vamos a seguir adelante a toda costa”. (NP-Gemini-La Tercera)



