A dieciocho días de la elección presidencial, los comandos de los candidatos de derecha, Evelyn Matthei y José Antonio Kast, han optado por endurecer el tono de sus críticas contra el Gobierno de Gabriel Boric. La estrategia busca tanto afianzar al electorado más duro —frente a la arremetida del libertario Johannes Kaiser— como apelar al público general desencantado con la actual administración.
El tono más álgido fue marcado por el jefe de campaña de Matthei, Diego Paulsen, quien reapareció en la vocería para criticar una supuesta estrategia del Gobierno para favorecer a Kast. Paulsen afirmó que el Ejecutivo haría «todo lo humanamente posible para que José Antonio pase a segunda vuelta», ya que las encuestas indican que Matthei «es más competitiva y asegura el triunfo ante el comunismo y un gobierno de continuidad».
El exdiputado no dudó en escalar la confrontación, asegurando que su sector asegurará «derrotar a este mal gobierno, un gobierno de atorrantes» que no ha sido capaz de entregar soluciones.
REACCIONES
Los dichos de Paulsen generaron un inmediato cruce de declaraciones. Desde La Moneda, el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, desestimó los comentarios, señalando que «la ofensa no tiene justificación en un debate democrático».
La propia candidata Matthei se vio obligada a intervenir. Si bien afirmó que las palabras «no son las mejores» y recordó que ella prometió portarse «como señorita», entregó un respaldo cerrado a su generalísimo. Matthei aprovechó para arremeter contra el Ejecutivo, señalando que los chilenos tienen «bastante formada su opinión» sobre los graves errores en temas como reconstrucción, cuentas de la luz y listas de espera.
OFICIALISMO ACUSA CLASISMO Y «MILEIZACIÓN»
Desde el oficialismo, la presidenta del Frente Amplio, Constanza Martínez, cuestionó la defensa de Matthei, señalando que «cuando se acaban las ideas, aparecen los insultos y el clasismo». El exministro Giorgio Jackson se sumó a las críticas, advirtiendo que de la «mileización» de la política «cuesta volver».
Sin embargo, en el comando de Matthei, voceros como Paula Daza respaldaron «absolutamente» el fondo de la crítica. Daza calificó al Ejecutivo como un «gobierno ineficiente, ineficaz, indolente con el sufrimiento de las personas» y justificó el uso de adjetivos duros. La senadora Ximena Rincón (Demócratas) también defendió los dichos, criticando que el Gobierno pide respeto después de haber «destruido la dignidad del cargo».
KAST SE SUMA AL ATAQUE
José Antonio Kast también endureció su discurso contra el Mandatario, asegurando que Boric ha sido un «mal Presidente» y que su legado va a ser «más muerte, más inmigración irregular» y «una educación destruida». El republicano se mostró confiado en pasar a segunda vuelta y ganar, proyectando una derrota del oficialismo por «60/40».
En medio de la escalada verbal, la derecha vive una disputa interna por los votos. Mientras el comando de Matthei busca instalar la idea de que son la candidatura «más competitiva» para ganarle a Jeannette Jara en un balotaje, el diputado republicano José Carlos Meza aprovechó el comentario de Paulsen para ironizar sobre el relato de «acuerdos» de la líder de Chile Vamos, exponiendo la tensión latente entre los dos principales aspirantes del sector. (NP-Gemini-La Tercera)
