Los agricultores y fuerzas vivas del Biobío y de Ñuble, los científicos de la Universidad de Concepción, los más calificados expertos en agua y riego del país, representantes de la pesca artesanal, alcaldes, municipios y parlamentarios de las más amplias fuerzas políticas de la zona afectada por esta idea han planteado su rechazo. La idea matriz de esta iniciativa parte de supuestos falsos, ya que no existe el agua excedentaria que pretenden trasladar al norte del país y porque en las temporadas de primavera e invierno, los caudales de los ríos cumplen con un objetivo ecológico de dilución y limpieza de los cauces, en un ciclo natural que permite la vida normal del Gran Concepción.
Resultaría un despropósito, además, pretender que nuestro gobierno, que fue elegido por la ciudadanía, entre otras razones, por administrar bien los recursos públicos, entregara a esta corporación de grandes empresarios un aporte de 2.000 millones de dólares para este proyecto privado, en circunstancias de que con esa cifra el Ministerio de Obras Públicas puede resolver el problema del agua potable rural, además de construir obras de riego y embalses para cuidar la escasa agua disponible.
Es necesario formular un llamado a las autoridades, especialmente las agrícolas, para ser extremadamente prudentes e independientes frente a esta iniciativa, porque apoyarla podría generar, además de problemas técnicos, sociales y ambientales, severos conflictos políticos, en un momento en que el país necesita unidad ante los desafíos que plantea la sequía que enfrentamos. (El Mercurio Cartas)
Víctor Pérez Varela
Senador UDI


