Un solo ejemplo que refleja el sesgo de CEJA es que no entrevistó a actores clave de la fiscalía para su investigación. El MP cuenta con datos verificables con los que jamás se habría concluido el absurdo de que son los medios y las redes sociales los que han dictado su gestión.
La tarde en que las manifestaciones estallaron, fiscales de turno y flagrancia se desplegaron por la RM y una fuerza de tarea —fiscales y funcionarios de Atención de Víctimas y Testigos (DAVT)— inició turnos, particularmente en la Posta Central y el Hospital del Salvador, para contactar a pacientes y abrir investigaciones de oficio por violaciones a DD.HH. En los días siguientes se abrieron puntos de toma de denuncias en hospitales, municipalidades y en la Fiscalía Nacional, a cargo de DAVT, en las Fiscalías Regionales Metropolitanas y el resto del país; se capacitó a médicos sobre su deber de denunciar; se estableció un plan de trabajo con organizaciones civiles —que CEJA omite— para detectar y abrir investigaciones de DD.HH., entre ellas el INDH, el Colegio Médico, la Unidad de Trauma Ocular; abogados y estudiantes voluntarios de la Defensoría de DD.HH. de la U. de Chile; y la Defensoría Penal Pública; y se nombraron fiscales preferentes. Solo en la Fiscalía Centro Norte, que concentra la mayor proporción de investigaciones de DD.HH., las causas abiertas de oficio representan el 47,4%, cifra que desmiente elocuentemente a CEJA.
Los fiscales y funcionarios/as del MP no merecen este informe imprudente e irresponsable; tampoco las víctimas de DD.HH. y menos las potenciales víctimas, a quienes se desincentiva a denunciar. (El Mercurio Cartas)
Jorge Abbott Charme
Fiscal nacional



