Las imágenes y las expresiones lo dicen todo. Anoche las caras decían que el gobierno estaba derrotado y que la oposición estaba contenta.
Los resultados de la elección municipal y regional aún son noticia en desarrollo. A la hora de escribir esta columna aún faltan los resultados de concejales y consejeros regionales, información que es de interés para analizar con más detalle el mapa político.
Pero la foto grande, la importante, parece haber quedado clara. Si en la elección anterior el gobierno ganó 15 de las 16 gobernaciones entre primera y segunda vuelta, hoy ya hay una región ganada por Chile Vamos en primera vuelta, y son cerca de 9 o 10 las elecciones que se definirán en segunda vuelta, siendo todas ellas -a excepción de O’Higgins- entre la izquierda y candidatos de Chile Vamos. Lo esperable en un mes más es que la oposición logre gobernar en varias regiones, superando de forma significativa lo que sucedió en la elección anterior. Quizás la gran esperanza del oficialismo era un eventual triunfo del independiente Claudio Orrego en primera vuelta, cuestión que -al menos hasta esta hora- no se estaba dando. De hecho, al observar los números de la votación de gobernadores de la Región Metropolitana, todo indica que la segunda vuelta será muy competitiva, cuando se analizan los votos de Francisco Orrego (Chile Vamos), Macarena Santelices (Republicanos), Rodrigo Logan (Partido Social Cristiano) y Claudio Rojas (Partido de la Gente), todos opositores a este gobierno.
A nivel municipal, por su parte, la madre de todas las batallas era la comuna de Santiago, donde el triunfo de Chile Vamos con Mario Desbordes fue nítido y contundente, superando todas las expectativas que existían en la opinión pública. El oficialismo celebra -y con razón- el resultado de Tomás Vodanovic en Maipú, en lo que parece ser su triunfo más relevante.
Si bien la oposición sufre la derrota de Karla Rubilar en Puente Alto a manos de un independiente -no oficialista-, es cierto también que anota triunfos importantes a lo largo del país, varios de ellos emblemáticos, como es el caso de Ñuñoa. A nivel de capitales regionales, por ejemplo, Chile Vamos triunfa en Antofagasta, La Serena, Santiago, Rancagua, Talca, Puerto Montt y Punta Arenas. Además, un Social Cristiano -opositor también al gobierno- triunfa sorpresivamente en Concepción.
Las elecciones de ayer tienen un fuerte componente local. Pero también tienen un componente nacional y político, que influye en el estado de ánimo de las coaliciones de cara a la próxima elección presidencial y parlamentaria. Desde esta última perspectiva, lo de ayer fue un primer paso para que la oposición avance en su plan de reemplazar a la izquierda y llegar al gobierno.
El progreso electoral de la oposición es significativo, cualquiera que sea la métrica que se use: votos a nivel nacional, competitividad en gobernaciones, cantidad de alcaldes, territorio gobernado por coalición, entre otras. Claramente, la candidatura presidencial de Evelyn Matthei sale fortalecida.
En un mes más será la segunda vuelta de las elecciones de gobernadores en una decena de regiones, y será también una oportunidad para que los conductores de las oposiciones muestren grandeza, liderazgo, vocación de mayoría y sentido de unidad. Sólo esa actitud permitirá que la oposición (Chile Vamos, Republicanos, Amarillos, Demócratas y otros), sea una alternativa mayoritaria para ganar la elección presidencial y para ser capaz de ofrecer gobernabilidad, algo que es indispensable para el progreso de nuestro país. (El Líbero)
Ernesto Silva
*Esta columna se escribió con la información disponibles hasta las 22:45 del día domingo 27 de octubre.



