Presidente de la CS destaca ocho principios irrenunciables del P. Judicial

Presidente de la CS destaca ocho principios irrenunciables del P. Judicial

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El presidente de la Corte Suprema, Juan Eduardo Fuentes, reiteró este martes los aspectos que más preocupan al Poder Judicial sobre los cambios al sistema de justicia que se están planteando en la Convención Constitucional, recalcando la necesidad de mantener la inmovilidad de los jueces y fortalecer su independencia, entre otros puntos.

Durante la ceremonia, la cual contó con la presencia del Presidente Sebastián Piñera y el Mandatario electo, Gabriel Boric, el titular de la institución abrió su extenso discurso asegurando que este «constituye un hito para abordar las temáticas que llaman la atención de nuestra institución con el propósito de fortalecer y asegurar el cabal cumplimiento de la misión de impartir justicia».

«El verdadero vigor de un sistema, de una democracia y de sus reglas no se prueba solo en los momentos de normalidad, sino precisamente en los momentos de mayor tensión y exigencia», añadió, para luego asegurar que «en esta cuenta pública no puedo dejar de referirme a lo que es, probablemente, el hito republicano más importante que viviremos en nuestra historia reciente: el desarrollo y discusión de una nueva Constitución«.

En ese contexto, Fuentes expresó que «como Poder del Estado, con más de 200 años de historia, somos conscientes del conocimiento y la experiencia que tenemos en la entrega de una pronta y cumplida administración de justicia. Eso nos llevó, con un afán colaborativo, a desarrollar jornadas de reflexión cuyas conclusiones pusimos a disposición de la Convención».

«Cabe destacar que el ex presidente de este tribunal (Guillermo Silva) concurrió a la Comisión de Sistemas de Justicia de ese órgano a expresar nuestras ideas, ofreciendo toda la colaboración que estime necesaria para su cometido. Además, se conformó un grupo de ministros para vincular a la Corte Suprema con la Convención, con el objeto de aportar antecedentes y opiniones dentro del marco que el respeto recíproco de competencias y la debida participación de todos los actores», añadió.

En ese punto, la autoridad señaló que «expresaré algunas ideas en torno a nuestro rol institucional, las que a mi parecer deben ser tenidas en consideración al momento de revisar nuestro sistema de justicia», mencionando los «principios irrenunciables para un sistema de justicia en un Estado de derecho democrático«.

PRINCIPIOS IRRENUNCIABLES

Según el magistrado, «uno de los principios que resulta trascendente para entender el quehacer del Poder Judicial es el de imparcialidad. Sólo cuando los tribunales son imparciales, pueden cumplir efectivamente su función, esto es, resolver los conflictos de los ciudadanos con legitimidad, de modo que se mantenga un clima de paz social».

«Por lo mismo, desde la doctrina existe completo acuerdo en torno a la relevancia de asegurar la autonomía e independencia de jueces y juezas en el ejercicio de la jurisdicción, y esto es así, entendida tanto como garantía de no intromisión interna y externa. Sin embargo, la imparcialidad, independencia y autonomía no son los únicos valores propios de la función jurisdiccional», advirtió.

Por ello, sostuvo que «la inamovilidad es una condición esencial en el desempeño del juez, sin la cual serían ilusorios los valores anteriores. Sin ella, la sujeción a influencias de todo tipo a que inevitablemente se expondría la magistratura, transformaría lo que hoy es una garantía para todas las personas, en una amenaza constante a la imparcialidad».

«También contribuye a la garantía ciudadana de un Poder Judicial independiente, el principio de legalidad o sujeción a la ley. El juez debe ser imparcial, justamente, porque su papel consiste en concretar, de ese modo, la voluntad soberana del constituyente y del legislador, de forma igualitaria y basada en el respeto de los derechos humanos de todas las personas«, dijo.

A su juicio, «sólo así se hace posible una efectiva aplicación del principio de igualdad ante la ley, ejerciéndose la jurisdicción frente a cualquier persona o autoridad, sin distinción, bajo el paradigma de que no es posible establecer diferencias arbitrarias y que no existe persona o grupo privilegiado”.

«Este es el rol que cumple el juez en nuestra sociedad, y esto es lo que explica la enorme cantidad de deberes y principios por los que se encuentra reglado. No podría ser de otra forma, pues el magistrado ostenta un cargo que no se activa cuando inicia su jornada laboral ni se desactiva cuando dicha jornada termina», recalcó.

En esa línea, expresó que «a consecuencia de lo anterior, los magistrados y magistradas se encuentran sometidos a exigentes deberes éticos cuyo núcleo se centra justamente en los deberes legales y constitucionales de independencia, imparcialidad y motivación, que son aquellos que resultan distintivos de su labor«.

«Por lo mismo, considerando el rol que ocupan en nuestra sociedad y la normativa que los obliga, es evidente que, además, los magistrados y magistradas deben propiciar el cumplimiento de elevados estándares para el ejercicio oportuno y efectivo de su función», subrayó.

Finalmente, el titular del máximo tribunal recordó que «la exclusividad está vinculada a la cosa juzgada y a la inmutabilidad de las sentencias. Y dice relación con el imperativo democrático de que sean sólo los tribunales los que, respetando la legalidad, pongan término definitivo a los conflictos sometidos a su conocimiento”.

«Estrechamente relacionado con este atributo se encuentra el principio de inexcusabilidad, pues al ser los jueces quienes están exclusivamente llamados a resolver los conflictos jurídicos, no pueden sustraerse de ejercer su función. El Poder Judicial no olvida estos imperativos, pero es fundamental que tampoco lo olvide la sociedad ni los demás órganos y autoridades del país», indicó.

En ese sentido, manifestó que «es por ello y con pleno respeto de las competencias de los órganos existentes y del proceso de generación de normas de la más alta jerarquía que como República estamos experimentando, recalco la importancia de tener en consideración estos principios que permiten la real existencia de tribunales de justicia».

«La imparcialidad, la independencia y autonomía, la igualdad ante la ley, la sujeción a la ley, la exclusividad, la inamovilidad, la inexcusabilidad y la cosa juzgada, conforman elementos esenciales de la jurisdicción que, de verse menoscabados, terminarían desnaturalizando dicha función y, consecuencialmente, afectando el Estado de Derecho y la paz social», concluyó.(Emol)

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