A pesar de que la idea de un acuerdo transversal de gobernabilidad sigue vigente en el Senado, la viabilidad de que Manuel José Ossandón (RN) extienda su mandato por un año más enfrenta hoy un complejo escenario. Aunque el actual timonel de la Cámara Alta manifestó abiertamente su disposición a continuar en el cargo, las críticas desde el Partido Socialista (PS) han puesto una luz de alerta sobre sus pretensiones.
La encrucijada se da en un contexto de empate técnico entre las fuerzas que apoyarán al presidente electo, José Antonio Kast, y la futura oposición. Esta paridad obliga a los sectores políticos a buscar una mesa de unidad que garantice la alternancia en la presidencia, vicepresidencia y el control de las comisiones legislativas, fundamentales para manejar los tiempos de la agenda gubernamental.
EL CONFLICTO POR EL ÁREA DE COMUNICACIONES
El principal punto de quiebre surgió hace dos semanas, cuando Ossandón decidió dejar sin efecto el concurso público para el cargo de jefe de comunicaciones del Senado. La medida causó indignación en el PS, dado que un profesional de sus filas integraba la terna ganadora.
Desde la bancada socialista, senadores como Juan Luis Castro y Gastón Saavedra han calificado la gestión de Ossandón como «autoritaria» y «obsesiva». «Su base de apoyo hoy está por verse. Ojalá, en vez de un proyecto individual, pudiera ofrecer una gobernanza compartida», señaló Castro, recordando que el senador RN llegó a la testera en 2025 precisamente gracias a los votos de la izquierda.
LA CRUZADA CONTRA LOS SUELDOS ALTOS
Por su parte, Manuel José Ossandón defendió su decisión bajo un argumento de coherencia administrativa. El parlamentario explicó que el cargo en disputa contemplaba una remuneración cercana a los $9 millones mensuales, cifra que supera la dieta de los propios legisladores.
«¿Cómo yo, que estoy en un proyecto contra los ‘supersueldos’, voy a contratar a un supersueldo?», cuestionó Ossandón, enfatizando que su objetivo es reducir las rentas de funcionarios del Congreso que, en algunos casos, alcanzan los $15 millones brutos. El senador descartó un sesgo político, asegurando que su negativa se aplicó por igual a los candidatos de RN, el PS y los independientes.
EL FUTURO DE LA GOBERNABILIDAD
Pese a los roces, el deseo de un pacto de gobernabilidad persiste. Ossandón ha abogado por evitar que un sector «pase la máquina» sobre el otro, apelando a la generosidad para dar estabilidad al primer año de la administración de Kast.
Sin embargo, el panorama interno en Renovación Nacional también añade incertidumbre, ante la disputa por el liderazgo que Ossandón mantiene con la senadora Paulina Núñez. Por ahora, el PS se mantiene firme en su postura: apoyan un acuerdo de alternancia que integre a todos los sectores, pero miran con distancia la opción de renovar el respaldo a la actual presidencia tras los recientes desencuentros. (NP-Gemini-La Tercera)
