¿Podrá Jeannette Jara contrariar la alternancia presidencial?

¿Podrá Jeannette Jara contrariar la alternancia presidencial?

Compartir

¿Podrá Jeannette Jara contrariar la alternancia presidencial? Como se sabe, las últimas cuatro elecciones presidenciales han sido ganadas por la oposición sin importar el género, la generación política, el carisma ni el sector político de la candidatura opositora que logró pasar a segunda vuelta. Analizamos aquí las fortalezas y debilidades de la candidatura de Jeannette Jara para evaluar su opción de contrariar esta constante histórica de alternancia presidencial.

Fortalezas

1.- El rostro luminoso del gobierno

Ella representa, sin duda, la cara mejor evaluada de la acción gubernamental. De hecho, cuando se evalúan las reformas empujadas por la exministra del Trabajo (40 horas, salario mínimo, reforma de pensiones) tienen niveles de valoración positiva significativamente mayores que la gestión gubernamental en materia de seguridad, economía o salud, y son también muy superiores a la evaluación del propio presidente Boric y su gobierno.

2.- Una alianza política más amplia

En 2021, la candidatura de Boric era sostenida solamente por el Partido Comunista y los partidos del Frente Amplio. La candidatura de Jara parte hoy con apoyo de esos mismos partidos, además de Socialistas, Pepedés, Radicales, Liberales, Regionalistas y tiene opción de contar pronto con la Democracia Cristiana, o al menos parte importante de ella.

3.- Mayor libertad para moverse hacia el centro

Aunque pueda parecer contraintuitivo, el hecho de ser comunista le permitirá moverse con mayor libertad hacia el centro, porque no tendrá, como le habría ocurrido a Tohá, una candidatura presidencial situada a su izquierda -aparte del inefable profesor Artés- ni sufrirá intensamente como lo habría hecho una figura de centroizquierda, la presión de comunistas y frenteamplistas para radicalizar la plataforma programática de su candidatura. Es comunista desde los 14 años, no requerirá demostrar permanentemente su identidad de izquierda para retener esa franja del electorado.

4.- Sin pretensiones refundacionales

El fracaso de la Convención alejó por mucho tiempo toda pretensión refundacional, tanto del gobierno como de sus partidos. Ni una nueva constitución, ni la puesta en cuestión de los TLC, ni los pilares de los sistemas mixtos de previsión y salud, ni el cuestionamiento al modelo de desarrollo económico y a la manera de crecer, ni la revolución tributaria, ni la refundación de instituciones uniformadas, estarán de verdad a la orden del día en un programa que seguro estará mucho más en continuidad con el gobierno de Boric después de la mutación iniciada el 5 de septiembre de 2022. Es muy probable, incluso, que la moderación sea más evidente en la propuesta que encabezará Jara que en las de las principales candidaturas de oposición, que deberán cuidar el vértigo que pueden generar en la población propuestas radicales en periodo de tanta incertidumbre.

5.- Su récord de diálogo y acuerdos

Mucho más que sus rivales, particularmente Kast, Jara puede con fundamento presentarse como promotora del diálogo y articuladora de mayorías para sacar adelante progresos que beneficien a las personas. Exhibe el mérito de haber sentado al empresariado a concordar la reducción de la jornada laboral a 40 horas y a la derecha parlamentaria para ponerse de acuerdo en una reforma de pensiones, allí donde habían fracasado previamente los presidentes Bachelet y Piñera.

Puede exhibir, además, pragmatismo para anteponer el interés de la gente a sus convicciones ideológicas y políticas, y carácter para defender los acuerdos incluso contra su propio partido, en cuyas filas estuvieron los más furibundos opositores a la reforma de pensiones que supuso una capitulación ideológica de proporciones.

6. La candidatura con mayor potencial de identificación

Sin duda el oficialismo encontró en Jeannette Jara la mejor candidata imaginable, incluso con mejores resultados de los que a mi juicio habría podido conseguir Michelle Bachelet.

Por la novedad que representa su irrupción en el escenario, con características empáticas y positivas muy similares a las de la expresidenta, pero sobre todo porque su potencial para conseguir que el electorado se identifique con su trayectoria vital es infinitamente superior a las otras candidaturas principales. Del mismo modo que en la primaria se distinguió como emblema de la meritocracia en comparación con candidaturas provenientes de la élite social y política, tiene la posibilidad de repetir ese contraste en la campaña presidencial con Kast y Matthei, particularmente. Su vida familiar, su experiencia de dirigente vecinal, su condición de primera generación que va a la universidad y su empleo como profesional en el Estado antes de roles políticos gubernamentales, todo eso se convierte en una fortaleza al complementarlos con su formación de administradora pública y abogada, profesora universitaria con estudios de posgrado, lo que le permite comunicar que “soy como ustedes, conozco por experiencia propia sus problemas, y estoy preparada para jugarme por resolverlos”.

7.- La unidad del oficialismo

Este factor puede llegar a ser una ventaja importante respecto de sus adversarios, que hasta ahora parecen llevar adelante una guerra fratricida que puede dejar muchas heridas supurando como para ser resueltas completamente en el breve tiempo que transcurre entre la primera y segunda vuelta presidencial.

Los partidos que sostienen la candidatura de Jara tienen un contingente numerosísimo de gobernadores regionales, alcaldes, concejales, diputados y senadores, que con lista parlamentaria única o doble, se movilizarán sin resquemor detrás de la candidatura triunfadora en la primaria oficialista, ayudados por el entusiasmo que genera su vertiginosa instalación en la posición de liderazgo en las encuestas luego de un largo periodo en que todo parecía irremisiblemente perdido para las izquierdas.

Debilidades

1.- Bajo reconocimiento de atributos para resolver principales problemas

La pregunta más interesante de Cadem es la que publicó la semana pasada, donde le pregunta a las personas con qué candidatura presidencial asocia un listado extenso de atributos. Su ventaja sobre los demás candidatos principales es enorme en atributos blandos, como tolerancia, simpatía, cercanía y conocimiento de los problemas de las personas, carisma y capacidad de diálogo y acuerdos. Sigue siendo fuerte, aunque con menos ventaja, en capacidad para hacer cambios en educación, salud, pensiones y vivienda, en credibilidad, consecuencia, carácter y liderazgo.

Su problema es que pocos le reconocen capacidad para enfrentar justamente los problemas que muy probablemente serán prioritarios a la hora de definir el voto en las próximas elecciones presidenciales, como la inmigración, la delincuencia y el narcotráfico, la economía y el empleo.

Los atributos blandos son, sin duda, incidentes en la determinación del voto de muchos electores, pero en la medida que se acerca el momento de entrar a la urna, resultan ser más determinantes los atributos duros, aquellos que tienen que ver con la capacidad de gobernar, y en particular de afrontar las principales preocupaciones de los ciudadanos. Esta vez serán determinantes particularmente la credibilidad que consigan las candidaturas respecto de sus capacidades para encarar y resolver los problemas de inseguridad, migración irregular y recuperación del crecimiento económico. Estos son los ámbitos de peor evaluación del gobierno y por extensión de la candidatura oficialista. Para tener alguna opción de disputar la presidencia en segunda vuelta, Jara requiere incrementar significativamente el reconocimiento de estos atributos duros.

2.- La fuerza del eje continuidad/cambio

Hace cuatro elecciones que es éste el clivaje principal de la elección presidencial, y las personas deciden apostar al cambio, negándole la continuidad al gobierno a través de su representante en la carrera presidencial. El problema es que para avanzar a la segunda vuelta necesita concitar todo el apoyo al gobierno del presidente Boric, pero tanto más identificada esté con la continuidad de su gobierno, particularmente en las áreas sensibles -seguridad, migración y economía- menos opción tendrá de derrotar a la candidatura opositora en segunda vuelta. La gestión de esta contradicción requiere una sutileza extremadamente difícil de manejar, particularmente en esta elección, donde casi no habrá otras candidaturas que se reclamen solidarias o comprensivas con el gobierno, todo indica más bien que el voto agregado de todas las candidaturas que se reclaman de oposición superará con largueza el 50% de los votos.

3.- El Partido Comunista

Al contrario de lo suele decirse, no fue el PC quien ganó la primaria con 60% de los votos. Jeannette Jara ganó justamente porque descomunizó completamente su campaña, se enfrentó con carácter a decisiones de su partido, logró instalar que no se estaba eligiendo al partido que conduciría al progresismo, sino más bien a la mejor representante del electorado pro gobierno, situándose políticamente al centro entre Winter y Tohá, como la mejor garante de unidad del sector y la que mejor podía identificar con su trayectoria los anhelos principales de la izquierda y centroizquierda. La primaria no fue una competencia de las maquinarias políticas de los distintos sectores, como lo prueba el hecho de que hay escasa correlación entre la fortaleza o debilidad del partido en cada comuna y el resultado de la votación. Esto vale para Winter, cuya votación es prácticamente indiferente a la fortaleza del Frente Amplio en cada comuna, ni siquiera a la presencia de alcalde o parlamentarios de su sector. Y lo mismo vale para Tohá y para Jara.

Por lo mismo, cualquier conclusión a partir de la primaria sobre debilidades eventuales en la elección parlamentaria del Frente Amplio y los partidos del Socialismo Democrático es, a mi juicio, completamente equivocada. A contrario sensu también lo es sacar conclusiones sobre una supuesta ventaja comunista en la elección parlamentaria que viene.

Es cierto que el comunismo prácticamente desapareció como amenaza en el mundo y ya no funcionan las campañas del terror, porque Rusia está más cerca del zarismo que del socialismo, China es capitalismo de Estado, casi todos los países detrás del muro que fue derrumbado hace tres décadas y media son gobernados hoy por formaciones políticas de derecha, y en América Latina subsiste Cuba en medio del hambre y dictaduras patrimoniales en Nicaragua y Venezuela, cuyos gobernantes concitan en Chile cifras marginales de valoración positiva.

El Partido Comunista es una debilidad para la candidatura no por la vigencia del anticomunismo de los años de la Guerra Fría, tampoco por su política internacional ignorante del término de la guerra fría, sino por sus posiciones recientes en Chile en los temas principales de la próxima elección: orden público, migración y crecimiento económico. Así como los comunistas han representado un problema para el gobierno de Boric en estos temas, lo serán aun más para la candidatura de Jara, militante de ese partido.

Colofón

La tarea se visualiza cuesta arriba para el oficialismo, sin duda. Pero las fortalezas de la candidatura de Jeannette Jara y la intensa disputa entre los opositores hicieron regresar el alma al cuerpo del electorado oficialista y del gobierno, que puede soñar con romper la constante de alternancia de las últimas cuatro elecciones presidenciales. La probabilidad no es muy alta. Dependerá del éxito que tenga la candidatura de Jara en su intento de desplazar el eje de la elección desde el clivaje continuidad vs cambio e izquierda vs derecha a los ejes que le son más favorables: pueblo vs élite, cercanía vs distancia soberbia, diálogo y acuerdos vs atrincheramiento e imposición, futuro seguro vs vértigo e incertidumbre.

De cualquier modo, el oficialismo ya salvó los muebles, evitó repetir el fracaso del presidente Piñera en llevar a su candidato a la segunda vuelta, y alejó el fantasma del naufragio parlamentario de la izquierda que dominaba el imaginario previo a las primarias. Disputará con opción el primer lugar el 16 de noviembre y el 14 de diciembre, si no logra contrariar la tendencia histórica, al menos se irá a la oposición representando cerca de la mitad del electorado, ahora con voto obligatorio.

Y seguramente uno de los efectos más duraderos de la candidatura de Jeannette Jara será la actualización del Partido Comunista chileno a los tiempos que corren, que después de esto seguramente hará por fin su Perestroika y Glasnost, aunque con cuatro décadas de atraso. (Ex Ante)

Pepe Auth