A pocas horas de una elección presidencial clave, la cifra más reveladora sobre el estado de ánimo nacional no proviene de las tradicionales encuestas de intención de voto, sino de un contundente 74% de universitarios chilenos que observa el futuro del país con pesimismo. Esta estadística, que expone la profunda desconfianza de la juventud, constituye la auténtica «mayoría silenciosa» y se alza como una crítica ineludible al rumbo actual de la nación.
Mientras el debate político se enfrasca en la polarización estéril y las promesas de campaña de los distintos comandos, la generación llamada a liderar el futuro confronta al país con su falta de fe. La incertidumbre manifestada por los estudiantes es señalada por expertos como el fracaso directo y rotundo del sistema político actual, incapaz de generar esperanza y estabilidad.
Los jóvenes perciben un escenario marcado por la inseguridad, el estancamiento económico y una profunda división social que ha fragmentado al país. Ante este panorama, ninguna de las herramientas tradicionales de persuasión, como las franjas electorales, parece tener la capacidad de restaurarles la certeza y la confianza en las instituciones y el porvenir.
Según el análisis de Cristóbal Hollstein, Director de Educación Continua de la Universidad UNIACC, lo que realmente se dirime en la jornada electoral de este domingo no es meramente qué candidato resulta victorioso, sino si el sistema democrático en su conjunto posee la capacidad de escuchar y atender esta alarma generacional. El riesgo latente es que Chile esté formando a una generación de profesionales y líderes destinados a administrar un país en el que, desde ya, han dejado de creer. (NP-Gemini-Emol)
