Lo de subir más las pensiones está muy bien, lo del reparto es una mala idea y ello, junto a la imposición de un administrador estatal forzoso para la cotización adicional, amenaza la propiedad de los ahorros previsionales de los trabajadores.
Ya la oposición, con renovados colmillos, está exigiendo que el Estado capture no un 3% sino un 6% de cotización, y muchos van más allá, pidiendo terminar con la capitalización individual.
El político inescrupuloso que pueda capturar el hasta ahora intocable ahorro previsional de los trabajadores, podrá financiar eternos gobiernos populistas. Y ahora, los anuncios proponen crear un ente estatal obligatorio para administrar ahorros previsionales y el quiebre del principio sagrado de que las cotizaciones son del trabajador, abriendo la puerta al reparto. Nos acercamos a dejar al gato a cargo de la carnicería.
El reparto, sabemos, no nos sirve, pero si el Gobierno y Chile Vamos dicen que es bueno para el 3%, ¿por qué no lo es para el 6% o para todo el 16% de cotización y los ahorros acumulados en las cuentas de las AFP? ¿Y qué garantiza que a futuro los políticos no nos van a obligar a cotizar todo en el ente estatal? ¿Por qué los políticos no nos permiten elegir entre un administrador estatal y muchos privados que compitan en igualdad de condiciones?
¿Por qué un gobierno que dice defender la libertad pavimenta el camino para esa amenaza? Parece buscar acuerdos a cualquier precio con una oposición que tiende a ser intransigente. Los acuerdos son muy loables cuando la contraparte es representativa —la oposición no representa al movimiento social— y cuando se obtiene algo valioso a cambio. Hay mejores caminos para subir las pensiones.
Oposición y gobierno, a pesar de contar con un anoréxico apoyo ciudadano, pretenden ir contra los deseos de los ciudadanos, especialmente los cotizantes, que abrumadoramente declaran querer que las cotizaciones vayan a la cuenta individual.
La Presidenta Bachelet dijo que el reparto es inviable por el envejecimiento de la población, y su ministro Nicolás Eyzaguirre señaló que es pan para hoy y hambre para mañana. Yo agrego: y votos hoy para políticos. El reparto parece muy solidario, pero no lo es tanto. Reparte cotizaciones de la clase media y de trabajadores de altos ingresos que cotizan a otros pensionados. Pero muchos de altos ingresos no cotizan o cotizan por el tope vigente, que es inferior a sus ingresos. Así, quien aportará ese 3% a reparto será, en mayor proporción, la clase media.
Una alternativa mejor sería que los cotizantes entregaran un 3% de cotización al Estado para subir pensiones y el Estado les devolviera con un bono de reconocimiento esas cotizaciones al jubilar. De esa forma, ningún cotizante perdería cotizaciones y el aumento de pensiones sería financiado a muy largo plazo con impuestos. Eso es más solidario, porque todos pagamos impuestos y más los que ganan más, no solo los trabajadores que cotizan.
El Gobierno podría proponer una reforma igual en aumento de pensiones y más maciza en su estructura, conquistando el apoyo ciudadano en el tema, en lugar de buscar dar gusto a la mayoría del Congreso. Si la oposición la rechazara, cargaría de nuevo con la responsabilidad de postergar el aumento en pensiones. ¿Habría estallado igual la revuelta social si la oposición no hubiera bloqueado la reforma previsional del Ejecutivo? No es bueno que el Gobierno caiga en el síndrome del león domesticado que ronronea al son de la oposición. (El Mercurio)
Bernardo Fontaine
Economista
Fundación Ciudadanos en Acción



