El Presidente Sebastián Piñera se refirió a la serie de reuniones que mantuvo con las autoridades de las mesas del Senado y la Cámara de Diputados -lideradas por Yasna Provoste (DC) y Diego Paulsen (RN)-, representantes de la sociedad civil, gremios y la directiva de los partidos de Chile Vamos la jornada de ayer en La Moneda asegurando que existe una “plena disposición a dialogar y buscar acuerdos, lo más amplios y sólidos posibles” de parte del gobierno.
Las declaraciones del Mandatario se dieron en el marco del balance diario del Ministerio de Salud, donde también el jefe de Estado anunció que el proceso de vacunación contra el Covid-19 se acelerará hasta llegar a la población de 35 años antes de las elecciones y ratificó que fueron adquiridas 3 millones de dosis de vacunas Sinovac.
“El objetivo de estas reuniones fue encontrar caminos de entendimiento para avanzar juntos en temas que son prioridad para la sociedad chilena y que son compromisos de nuestro gobierno”, explicó Piñera.
En ese sentido, enumeró algunos de los objetivos calificados como “urgentes y necesarios”, como fortalecer la red la protección social, extendiendo el postnatal; fortalecer el apoyo a las pequeñas y medianas empresas; recuperar los ahorros previsionales que han sido retirados; aportar más recursos al sector de salud “para el combate a la pandemia del coronavirus que aún no termina”; y también para “reducir las listas de espera” y fortalecer el apoyo a la recuperación de los empleos.
“Todos sabemos la importancia de cuidar y proteger nuestra institucionalidad, actuar con responsabilidad, respetar las atribuciones de los distintos poderes del Estado y el Estado de Derecho”, agregó, agradeciendo la buena actitud de los senadores y diputados durante la reunión.
El Mandatario aseguró que es necesario unir “fuerzas para superar la pandemia y la recesión de la economía mundial”.
Asimismo, expresó que es «necesario recaudar más recurso a través de un acuerdo tributario que permita llegar a más recursos adicionales«, sentenció.
MINISTRO DELGADO
El ministro del Interior, Rodrigo Delgado, realizó un análisis del encuentro entre Sebastián Piñera y las directivas de ambas cámaras liderados por la senadora Yasna Provoste y el diputado Diego Paulsen.
«Tengo una sensación de mucha esperanza. El tono con el cual se tuvo la conversación me gustó porque se puso sobre la mesa distintos liderazgos que mantuvieron un tono republicano», expresó el jefe de gabinete agregando que «eso nos va a permitir llegar a las metas propuestas».
En la oportunidad, Delgado comentó que el presidente Piñera fue muy claro en exponer que le gustaría hacer un cuadro general para conocer la realidad de las arcas fiscales: «Cuando uno toma decisiones de este tipo, se tiene que saber cuál es la realidad de los ingresos con el fin de saber que parte estará disponible las familias».
En esa línea, el ministro del Interior explicó los temas que se conversaron en la reunión: «Fueron tres los ejes: Uno tuvo que ver con los recursos que hay para las familias más necesitadas, lo segundo fue cómo podemos recaudar más, y lo tercero tiene que ver con el fortalecimiento institucional».
Posteriormente, Delgado sostuvo que «hay que separar dos cosas. Una es el carril legislativo, donde tanto la senadora Provoste como el diputado Paulsen comprometieron la mayor celeridad para poder sacar leyes específicas que puedan aportar. Como también hay temas más administrativos que el gobierno vía decreto puede apurar o sacar adelante«.
Por último, el ex alcalde de Estación Central adelantó que el mandatario ha extendido una invitación «para seguir conversando con los líderes de ambas cámaras», cerró. (La Tercera-Emol)
Este sábado, en el día internacional del Trabajador, el ministro del Trabajo, Patricio Melero, anunció que «hoy abrimos un nuevo subsidio» para empujar la recuperación del empleo en el país e incentivar el trabajo formal.
Bautizado como «susidio del Nuevo Empleo», Melero explicó que con esto «buscamos impulsar la formalización del trabajo y garantizar el acceso a la seguridad social como salud y seguro de cesantía«.
A diferencia de los subsidios ya existentes, el ministro acotó que este «es al trabajador: es él quien postula y quien lo recibe», y añadió que este nuevo beneficio se entregará por seis meses a los trabajadores que hayan iniciado una relación laboral a partir del 1 de abril de este año y cuya renta no supere tres ingresos mínimos, es decir, alrededor de $980 mil.
«En el caso de los hombres, el monto del subsidio será de $50 mil mensuales si tiene jornada completa, o un 15% de su renta mensual bruta, si tiene jornada parcial», explicó, agregando que «en el caso de las mujeres, los jóvenes entre 18 y 24 años, las personas con discapacidad y quienes reciban pensión de invalidez, el monto será de $70 mil mensual, en jornada completa, o de un 20% de la renta mensual bruta, en jornada parcial».
Asimismo, aseguró que esta medida significará un esfuerzo fiscal de US$248 millones, lo que irá «directamente al bolsillo de cerca de 500 mil potenciales trabajadores y trabajadoras”.
«Están abiertas las postulaciones desde el día de hoy», subrayó, asegurando que se espera que los primeros pagos inicien en junio. «Hay varias postulaciones hoy día en la mañana cursándose». También enfatizó en que este nuevo subsidio será compatible con todos los demás beneficios que entrega el Estado, como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) o el Ingreso Mínimo Garantizado, entre otros.
AMPLIACIÓN DE OTROS SUBSIDIOS
A su vez, Melero anunció la ampliación del subsidio Contrata, Regresa y Protege. Los dos primeros, detalló, a la fecha han sido solicitados por 75 mil empresas y beneficiado a 661 mil trabajadores, mientras que el tercero ha sido recibido por más de 22 mil mujeres.
En ese sentido, señaló que los ajustes al subsidio Contrata y Regresa contemplan la ampliación de la ventana de postulación en dos meses hasta el 30 de junio de 2021.
Además, se ampliará el universo de potenciales beneficiarios del subsidio Regresa, «por la vía de permitir a las empresas postular al beneficio por trabajadores suspendidos entre el 6 de febrero y el 31 de mayo de 2021 y que han sido reincorporados a sus trabajos».
Mientras que el Protege será ampliado también al permitir a trabajadoras, que inician una nueva relación laboral, postular y recibir simultáneamente los subsidios Protege y Nuevo Empleo desde el primer mes de inicio de la relación laboral.
Además, según el secretario de Estado, se flexibilizarán los requisitos de entrada al beneficio para mujeres, de modo de dar acceso a trabajadoras que hayan declarado y no pagado sus cotizaciones previsionales.
Por último, el ministro resaltó la entrada en vigencia de la ley de Modernización de la Dirección de Trabajo, que incorpora el uso de tecnología a la fiscalización y fortalece su profesionalización.
“Con esta ley avanzamos significativamente en el compromiso de brindar a los ciudadanos soluciones que vayan acorde a los tiempos y permitirá a la Dirección del Trabajo, vigilar la estricta observancia de las normas laborales y una fiscalización más eficiente de los eventuales abusos”. (Emol)
Un saldo de 87 detenidos dejaron tres fiestas clandestinas ocurridas anoche en las comunas de Las Condes, Lo Barnechea y Santiago centro.
En el primer evento ilegal, a eso de las 22:30 horas, Carabineros sorprendió a 14 personas al interior de un local comercial. El hecho se produjo en la calle Sánchez Fontecilla y los asistentes se encontraban ingiriendo bebidas alcohólicas y no respetando ni el aforo ni las medidas sanitarias.
A través de su cuenta de Twitter, el alcalde Joaquín Lavín asegura que algunos «trataron de arrancar y esconderse». Todos fueron trasladados a la 17 comisaría de Las Condes.
Mientras que cerca de la 01:30 de la madrugada, en la calle Los Ciruelos de Lo Barnechea, vecinos alertaron de la realización de una fiesta clandestina en el subterráneo de un edificio aún en construcción.
Al llegar personal policial corroboran el hecho y descubren a 32 personas en una fiesta en el proyecto inmobiliario que está en la etapa final para su entrega.
De acuerdo a Carabineros, el organizador del evento era un joven de 26 años que se identificó como el hijo del dueño del proyecto y quien habría señalado que aprovechó que estaba ejerciendo funciones de cuidador para invitar a amigos. Los 32 detenidos fueron trasladados a la 53 comisaría de Lo Barnechea.
Y en Santiago centro los efectivos llegaron hasta un domicilio ubicado en calle Lord Cochrane, deteniendo a 26 hombres y 15 mujeres, todos adultos, chilenos y extranjeros.
Ellos participaban en una fiesta con música a alto volumen e ingesta de alcohol y drogas, según señala la institución. Al ver la presencia policial, muchos intentaron huir en distintas direcciones siendo algunos de ellos aprehendidos al interior del inmueble y otros en sus inmediaciones.
Además, se incautó al interior del domicilio 3 plantas de marihuana, 7 cápsulas de droga sintética Tutsi, equipos de amplificación y bebidas alcohólicas. El organizador del evento fue identificado no obstante logró huir. (Emol)
El jefe del Segundo Piso de La Moneda, Cristián Larroulet, ha sido culpado, entre otras derrotas del Gobierno, del fracaso del Ejecutivo frente al Tribunal Constitucional, lo que derivó en la promulgación del tercer retiro del 10%. Al sigiloso y estratégico poder en las sombras del ex ministro de la Segpres se refirió el senador Manuel José Ossandón (RN), para quien el problema es que el economista «tiene una influencia impresionante» en el Mandatario.
Según Ossandón, Larroulet «es lejos el más poderoso de todo el gobierno, después del Presidente. Designa a los directores, a los ministros, todo, todo». En ese sentido, en conversación con radio Biobío, el senador preguntó: «¿Sabe lo que le haría a Larroulet?».
«Le haría un tremendo ventanal en La Moneda para que viera la calle. Si él viera la calle y entendiera lo que pasa afuera, mucho cambiaría. Más que atacarlo como persona. Pero él vive en otro mundo, de La Moneda a su casa, es un “chicago boys” cerrado, la economía es lejos lo más importante. Y sí, es uno de los grandes responsables de la crisis que vivimos, es el principal orejero del Presidente», respondió.
A juicio del senador, lo que pasa es que en el Gobierno «nadie le dice nada al Presidente, menos él (Larroulet), si piensan igual». Para Ossandón debe haber un responsable que tome las decisiones, «un compadre que lleva las riendas, como decimos en el campo, ‘él que va al anca, puede decir, vamos por aquí o por allá, pero quien lleva las riendas es quien va en la montura’. Ese se llama Sebastián Piñera, no hay que echarle la culpa a Larroulet. Él eligió a sus asesores, son iguales, tiene menos pelo no más», precisó.
Ossandón aprovechó para referirse a una eventual candidatura presidencial. «No tengo ninguna puerta cerrada, pero soy objetivo. Hoy el problema no es una candidatura presidencial, es lograr y ayudar a que el país llegue a un acuerdo para que salga de la crisis. Si en algún momento, toca apechugar se verá en ese minuto, pero hoy la encuesta CEP es gravísimo para el futuro de Chile lo que se ve», comentó el parlamentario de RN, repasando que «a mí en Chile Vamos no me van a pedir que sea candidato porque no me quieren, pero lo que me tiene contento, es que todo lo que dije hace tres años, repiten como monitos los candidatos de Chile Vamos«.
SOBRE LAVIN
El senador oficialista analizó el escenario político chileno, con una mirada especialmente crítica de Chile Vamos, las opciones presidenciales oficialistas, y la “política de marketing” en la que recaen algunos sectores.
En ese sentido, Ossandón repasó la falta de liderazgos dentro del oficialismo, asegurando que “hay que evaluar seriamente hacer primarias en Chile Vamos”, ya que no hay candidatos, a su juicio, que demuestren que la gente los sigue.
“No digo que no sean necesarias, sino que hay que estudiarlas”, apuntó. “Hay que ver qué pasa. No hay liderazgos y deben demostrarlo. Por ejemplo, tiene a Joaquín Lavín que debe demostrar que ha cambiado”, señaló, en entrevista
“Si él quiere ser candidato presidencial de verdad, hablemos de cosas serias y no nos cambiemos de un día para otro.Mire, a favor del 10%, luego en contra, después celebrando el proyecto del gobierno, al otro día, no, que promulguen el otro proyecto. Entonces, al final la gente no nos cree y nos pone a todos en el mismo saco”, explicó.
En ese aspecto, Ossandón reprochó la tendencia de “andarse etiquetando”de Lavín, quien el año pasado aseguraba ser socialdemócrata. “Ahora habría que ser ‘Aliancista-Jilesista’, ya que antes era ‘Bacheletista-aliancista’, hoy día es ‘Aliancista-Jilesista’, una cosa así será”, manifestó, en entrevista con Biobío.
“Si quiere ser Presidente, tiene que demostrar que cambió, que aquí hay políticas serias y que se acabaron los eslogans y marketing, no solo él, sino todos”, afirmó. Cuestionado sobre la afinidad del alcalde de Las Condes con la diputada Pamela Jiles, indicó que Lavín “a lo mejor es ‘Jilesista-Chilevamista’”.
Por otro lado, el senador abordó el anunciado y desmentido cambio de secretarios de Estado, expresando que “espero que no cometan el error de hacer un cambio de gabinete, porque ya sería un chiste, ya que es una silla musical en que cambian a uno de cada lado”.
“Un ministro que se cambia de cartera se demora como cuatro meses en conocer o más a la gente del lado. También, el que manda aquí, el verdadero ministro del Interior se llama Sebastián Piñera.El verdadero ministro de Hacienda se llama Sebastián Piñera, el jefe del equipo político se llama Sebastián Piñera y si él no internaliza esto, ¿Qué va a cambiar? Le echan la culpa a los ministros que ponen la cara y el pecho”, aseguró. (Bio Bio-El Mostrador-El Desconcierto)
«No hay ni habrá cocina», aseguró en su Twitter la presidenta del Senado, Yasna Provoste, luego de las críticas recibidas por participar ayer en una reunión junto al Presidente Sebastián Piñera.
Provoste fue convocada por el Mandatario a la cita por su rol de cabeza del Senado, en la que participó junto al presidente de la Cámara de Diputados, Diego Paulsen, y los vicepresidente de ambas cámaras, con el el fin de generar una agenda de «mínimos comunes» en materia económica en medio de la crisis y tras una semana de intensos roces políticos.
Sin embargo, la senadora recibió críticas desde distintos frentes aludiendo al términos «cocina»-negociaciones políticas a puertas cerradas- para cuestionarla, por lo que la legisladora se defendió.
«No hay ni habrá cocina. He dicho que los diálogos entre autoridades deben ser abiertos y transparentes. Por eso, he informado antes y después los contenidos de cada encuentro relevante», aseguró.
En ese sentido, recalcó que «la transparencia, y también la sobriedad, dignifican la política. Por eso seguiremos dando cuenta pública permanente ante la ciudadanía, en nuestras redes sociales y a las organizaciones de la sociedad civil».
Dicho eso, comentó que en el encuentro con el Presidente «planteamos lo mismo que le dijimos hace casi un mes: queremos una renta universal; apoyo a las Pymes y si es necesario, dotar al Estado de mayores ingresos, partiendo por abordar las exenciones tributarias», añadiendo que «para el mediano plazo señalamos la necesidad de abordar la reactivación de la economía y la generación de empleo».
«Estamos disponibles a colaborar, pero en instancias formales del Congreso» y no «para un trabajo en grupos reducidos», resaltó Provoste. Y sostuvo que «como oposición» también convocarán a las conversaciones a centros de estudios, dirigentes sindicales, pymes y «distintos sectores para un debate que debe ser rápido para implementar soluciones inmediatas, donde nadie puede quedar fuera».
Provoste reaccionó a las críticas al diálogo Congreso-Ejecutivo que hiciera la diputada y figura presidencial del Partido Humanista, Pamela Jiles, quien cuestionó duramente a la senadora por la reunión que consideró a espalda a la ciudadanía.
«Nueva cocina en curso? LaAbuela y sus Niet@s no formamos parte de ningún “acuerdo” para volver a salvar a Piñera cuando lo tenemos chapoteando en el barro. Advierto a toda la clase política que no se negocia con asesinos, menos a espaldas de mi pueblo @ProvosteYasna«, publicó en Twitter.
Nueva cocina en curso? LaAbuela y sus Niet@s no formamos parte de ningún “acuerdo” para volver a salvar a Piñera cuando lo tenemos chapoteando en el barro. Advierto a toda la clase política que no se negocia con asesinos, menos a espaldas de mi pueblo @ProvosteYasna pic.twitter.com/1JXsKZ83Zf
«Los crímenes responden a una política generalizada del Gobierno chileno, a cuyo frente está Sebastián Piñera, y fueron realizados de forma sistemática durante varios meses», aseveró Garzón, cuya fundación envió el jueves a La Haya (Países Bajos) una solicitud de investigación junto a diversas organizaciones chilenas y europeas.
El texto, al que tuvo acceso Efe, también señala a los colaboradores «civiles y militares» de Piñera como autores de estos presuntos crímenes, cometidos a finales de 2019, durante el denominado «estallido social» que vivió el país, con masivas marchas que dejaron una treintena de muertos y miles de heridos.
La crisis social, la más grave que vivió Chile después de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), empezó como una protesta contra el alza en el precio del tiquete de metro y se convirtió en una revuelta por un modelo económico más justo que se extendió durante un año.
Las protestas dejaron episodios de violencia extrema con saqueos e incendios, además de señalamientos por parte de distintos organismos como la ONU y Amnistía Internacional (AI) contra las fuerzas de seguridad por violaciones a los derechos humanos.
También firman la petición la Comisión Chilena de Derechos Humanos (CCHDH), la Asociación Americana de Juristas (AAJ) y el Centro di Ricerca ed Elaborazione per la Democrazia (CRED).
La Fiscalía de la Corte Penal Internacional debe determinar si tras esta denuncia abrirá un examen preliminar y una posterior investigación, un proceso que se podría alargar durante años.
EVITAR LA IMPUNIDAD
En palabras de Garzón, durante la eventual investigación será clave la complementariedad entre la Justicia internacional y la chilena ya que «hasta ahora lo que habido es impunidad» y no «una investigación efectiva» de los crímenes.
Según los denunciantes, muchos delitos cometidos durante el denominado estallido social fueron «fraudulentamente» calificados «para favorecer su posterior impunidad» y sus investigaciones han sufrido «demoras injustificadas».
El presidente de la CCHDH, Carlos Margotta, afirmó que se abrieron más de 11.000 investigaciones a raíz de la crisis social, y más de 6.300 fueron concluidas sin determinación de responsables.
«Homicidios, torturas, mutilaciones, detenciones arbitrarias y actos inhumanos causaron daño intencional a miles de habitantes (…). No podemos permitir la impunidad», agregó Margotta.
Piñera, un conservador que accedió al cargo en 2018 para un segundo periodo, ha negado reiteradamente que existiera una política sistemática y deliberada para reprimir las marchas y si bien se refirió a los abusos policiales al comienzo de las protestas como «casos aislados», casi dos meses después del estallido reconoció que hubo «atropellos a los derechos humanos».
El mandatario se comprometió a reformar el cuerpo policial de Carabineros, el más señalado durante las marchas y cuyo director general dimitió tras varios incidentes, y al menos dos de sus ministros de Interior fueron suspendidos por el Parlamento.
Otras voces del Gobierno también han reconocido en este tiempo que las fuerzas policiales cometieron violaciones de derechos humanos en las manifestaciones, pero negaron «categóricamente» cualquier planificación del Gobierno o la Policía para que eso ocurriera, tal y como afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand, en una entrevista con Efe el pasado diciembre. (El Mostrador)
El senador del PPD Jaime Quintana dice que el ambiente de crisis política después de la derrota sufrida por el gobierno tras el rechazo del Tribunal Constitucional al requerimiento presentado para detener el proyecto de retiro del 10% de las AFP le recuerda los días previos al acuerdo del 15 de noviembre, que selló el itinerario constituyente. Un hito del que fue protagonista.
Advierte que “no estamos en la mayor situación de solidez institucional”, pero tiene confianza en la estabilidad que ofrece el itinerario institucional. “La redacción de la Constitución está a la vuelta de la esquina y eso hace una diferencia no menor”, subraya.
En este escenario, el parlamentario PPD reafirma la necesidad de llegar a acuerdos, sostiene que una eventual acusación constitucional contra el Presidente Piñera “no contribuye en nada a ordenar los procesos políticos” y llama a su sector a replantearse la viabilidad de sus candidaturas presidenciales.
¿Qué autocrítica le cabe a la oposición frente a esta crisis?
Probablemente, el hacer de todos los temas una confrontación le ha jugado una mala pasada a la oposición. En el pasado debimos haber dejado de manera más explícita nuestra voluntad de diálogo. Hoy eso se está haciendo. La presidenta del Senado, Yasna Provoste, ha manifestado y tendido los canales de diálogo al Ejecutivo y hacia todos los sectores y eso se aprecia en el Senado.
¿Hay espacio para un acuerdo?
Habría que definir cuáles son esos temas. La actitud del Presidente Piñera no ha facilitado el diálogo, al revés. Su conducta le puso fecha de vencimiento al presidencialismo en Chile. La posibilidad de que en la nueva Constitución pasemos de un parlamentarismo de facto a algún tipo de parlamentarismo ha quedado completamente abierta después de este mal gobierno.
¿Cómo evalúa el rol que ha cumplido hasta ahora la senadora Provoste?
En pocas semanas la senadora Yasna Provoste ha demostrado que es posible lograr una unidad de propósitos que respete las diferencias en la oposición en pleno año electoral, pero al mismo tiempo de fortalecer el rol del Senado. Eso es muy relevante en estos tiempos. Eso significa afirmar la frágil institucionalidad que tenemos.
El rol de ella contrasta con el que han tenido los candidatos del sector, ¿por qué cree que los presidenciables de la oposición no han logrado capitalizar la crisis del gobierno?
Algunos se han dejado llevar por las encuestas. Se echa de menos mayor debate. Lo que hemos visto en algunos candidatos es dejarse llevar por lo que puede ser la tendencia del momento. Pero nosotros necesitamos liderazgos que se anticipen, que marquen posición. Me hubiera gustado un rol de los presidenciables de mayor solidez técnica.
¿Eso incluye a los candidatos de su sector del eje PS-PPD, Paula Narváez (PS) y Heraldo Muñoz (PPD)?
A nuestros candidatos les ha faltado capacidad para mostrar propuestas, ser más claros en lo que se necesita para terminar esta pandemia en términos de ayuda. Todos hablamos de la renta básica universal, por supuesto, pero eso hay que ver cómo se hace.
¿Cree que es el momento de evaluar un giro en las apuestas presidenciales? ¿Hay espacio para eso?
Yo creo que siempre los partidos, los dirigentes y los propios candidatos tenemos el deber de estar observando cómo avanzan las posibilidades. Tenemos una realidad extremadamente dinámica, pero, además, un conjunto de compatriotas que aún no decide el voto y eso hace que nuestras opciones de la centroizquierda estén todavía bajas. Yo creo que de aquí al 20 de mayo los partidos de Unidad Constituyente deberían preguntarse si tienen candidaturas competitivas para pasar a segunda vuelta y ganarle a la derecha.
¿Y si la respuesta fuera que no?
Yo puedo responder eso solo desde la perspectiva del PPD. En el caso del PPD no hay nadie mejor que Heraldo. Él pasó por un proceso de primarias, fue ratificado en un consejo nacional… No hay candidato mejor, pero esa reflexión debe hacerla cada colectividad por separado. Antes de inscribir la primaria es perfectamente posible cambiar los nombres. Cuando en el fútbol quedan pocos minutos y el partido no se está ganando a veces se puede cambiar jugadores, o una jugadora.
¿Debieran dar un paso al costado quienes no marquen?
Lo que han resuelto los partidos me merece todo el respeto, pero eso no está escrito en piedra, porque hoy día la inmensa mayoría no quiere que gane la derecha. En esta realidad dinámica tenemos un mensaje muy claro de la ciudadanía que dice “pónganse de acuerdo y busquen los mejores nombres”. La gente dice que no resolvimos bien el tema presidencial hace cuatro años y eso no nos puede volver a suceder. Por lo tanto, creo que no cometo ninguna herejía si digo que previo al 20 de mayo los partidos de UC deberían preguntarse si tienen candidaturas competitivas para segunda vuelta. Antes del 20 de mayo es posible cambiar jugadores.
¿Yasna Provoste se perfila como una jugadora?
Yasna Provoste ha cumplido un rol de manera extraordinario, con mucha lucidez y con sentido de unidad que hace rato no se veía en la oposición. Pero esa respuesta le corresponde a la Democracia Cristiana.
Paula Narváez es quien menos marca en este momento, ¿debiera dar un paso al costado?
No soy quien para pedirle gestos a nadie. Yo parto de la base que todos los candidatos están todos los días tomando el pulso de si son capaces de pasar a segunda vuelta y ganarle a la derecha. Esa es la responsabilidad de los candidatos, pero no solo de ellos, sino también de los partidos y de quienes tenemos un rol de dirigencia.
¿Coincide en que Pamela Jiles hoy es la única que ha capitalizado la crisis?
Ella ha conectado con un sentimiento profundo. Si el gobierno de Piñera hubiera hecho lo que hizo (Emmanuel) Macron, claramente, no habría habido tanto espacio para propuestas de ese tipo sabiendo que los retiros son cada vez más regresivos, no obstante, el gobierno no dio alternativas. (La Tercera)
No ha retirado ninguno de los dos 10% de sus ahorros previsionales.
“Gracias a Dios no he tenido la necesidad de tener que recurrir a esos recursos. Me parece una mala política pública, pero comparto el temor fundado -porque ya no es prejuicio- cuando la izquierda más radical está hablando de nacionalizar y expropiar los fondos de pensiones”, dice Marcela Cubillos.
La semana en que el gobierno del cual fue ministra de Medio Ambiente y Educación vivió una de sus crisis más profundas precisamente por un nuevo proyecto de retiro, ella -ahora candidata a la convención constituyente por el distrito 11- la cierra con una advertencia. “No son acuerdos los que bajo la apariencia de serlo son una rendición”, afirma. Justo cuando Sebastián Piñera se aprontaba a reunirse con las mesas del Senado y la Cámara de Diputados para explorar un entendimiento.
Cubillos no calibra a favor de Chile Vamos, hasta ahora, ninguno de los dos acuerdos previos. Ni el constitucional de noviembre de 2019 ni el económico de 2020. “Hoy están como despreciados. Hay que mirar que no se aproveche este minuto para vestir como acuerdo lo que simplemente sea un interés de avanzar en la agenda que pone la izquierda”, dice.
La exministra no cree que esta crisis golpee las campañas -”la gente entiende que en esta elección hay una lógica separada, que corre por el lado de la contingencia y pensando más en una proyección a futuro”-, pero sí reprocha el daño que, a su juicio, hace la falta de convicciones de su sector.
Han sido semanas de crisis para el oficialismo, en plena pandemia y bajón económico. ¿Cómo se sigue hacia adelante? ¿Cambio de gabinete, orden de prioridades?
A mi juicio, el gobierno tendría que concentrarse en tres cosas fundamentales. Primero, garantizar la atención de salud de la mejor manera posible. Segundo, el proceso de vacunación. Y tercero, en que las ayudas sociales y económicas lleguen a quienes lo están pasando mal, a los sectores medios, y se agilicen los procesos de pago.
¿O sea concentrarse en gestión?
A mi juicio, el partido se juega no en el Congreso, que es donde están las polémicas. El partido se juega en las UCI, en los vacunatorios y en los procedimientos de pago de las ayudas económicas. El país que mejor saldrá adelante será el que primero obtenga esta inmunidad frente al Covid y que al mismo tiempo -y ahí está la otra parte- logre mantener certeza jurídica y estabilidad de sus instituciones.
¿La agenda política terminó?
Cuando tienes una pandemia y una crisis asociada, esta es la agenda que importa a la gente. Pero estamos asfixiados por un debate político lleno de demagogia, de espectáculo, de intolerancia, y el partido se juega en otra cancha.
¿El gobierno está perdido al dedicar energía al debate político?
Al revés. El gobierno ha puesto su centro en una red de salud que está funcionando. En segundo lugar, el proceso vacunatorio es un ejemplo a nivel mundial. Y tercero, se puede mejorar en las ayudas especialmente a sectores medios y con mayor eficiencia en los pagos, pero es lo que el gobierno ha estado haciendo en los últimos días.
¿Por qué tiene entonces solo un 9% de aprobación, según la CEP?
Lo que partió en octubre de 2019 no ha terminado. Chile Vamos adoptó el relato de la izquierda para interpretar el estallido de 2019. Nunca lo discutió. Y desde ahí hay un ataque permanente a las instituciones. Entonces hay dos áreas. Un área de gestión, propiamente del gobierno, y otra de defensa del Estado de Derecho, de nuestras instituciones, que corresponde al gobierno, a Chile Vamos, y ojalá a toda la clase política.
Pero hay críticas en Chile Vamos. Esta semana la senadora UDI Ena von Baer dijo que La Moneda está “cediendo al populismo”.
Hoy, ante la crisis que estamos y la virulencia de la oposición, que amenaza con acusaciones, con desestabilizar o falta el respeto a la figura presidencial, es momento para la unidad. Y respecto de las convicciones, la coalición debe hacer un análisis para que no le pase lo de la DC, que licuó su proyecto político, sus convicciones, y terminó absorbida por una izquierda más radical. Hoy tiene poco peso electoral y poca influencia.
¿Y qué responsabilidad le atribuye al Presidente en esto?
Mi experiencia, por lo menos, con el Presidente Piñera fue de mucha promoción de convicciones. En materia educacional, cuando presentamos proyectos de ley para corregir la reforma de Bachelet, reivindicar el mérito para que el esfuerzo fuera valorado al elegir el colegio, y enfrentar la violencia en los liceos emblemáticos, fue una agenda tremendamente promovida por el Presidente.
¿Y después?
Cuando se le atribuye al gobierno la única responsabilidad en esta materia no es hablar con la total verdad. Cuando parlamentarios de Chile Vamos votan o empujan la agenda de la izquierda y no la de nuestras convicciones, el escenario es más complejo. Sí creo que hay una cosa que tenemos que mirar y es que a veces se sobrevaloran los acuerdos. No son acuerdos los que bajo la apariencia de serlo son una rendición. Y cuando un acuerdo se quiere elaborar solo en función de la agenda de la izquierda, eso no es un acuerdo. O cuando te pretenden dar como moneda de cambio paz social, siendo que es un deber. Los acuerdos, si son de buena fe, son siempre beneficiosos. Pero en ellos ambas partes ceden y ambas partes obtienen algo. No podemos vender derrotas como triunfos, eso también empieza a diluir convicciones.
¿Los dos grandes acuerdos desde el estallido hasta ahora han sido derrotas para Chile Vamos?
Antes de mencionar un tercer acuerdo exijamos primero que se cumplan esos. En el primer acuerdo de la nueva Constitución y la paz, se cumplió sólo la primera parte. La paz, nada. Y segundo, el acuerdo económico que se hizo el año pasado no duró nada. A los pocos días la izquierda estaba diciendo que era insuficiente. Entonces hoy están como depreciados esos acuerdos. Hay que mirar que no se aproveche este minuto para vestir como acuerdo, lo que simplemente sea un interés de avanzar en la agenda que pone la izquierda.
¿Es eso es lo que ocurre hoy en las conversaciones del Congreso con el Presidente?
No sé, todavía no sabemos bien de qué se va a tratar. Pero todas las últimas veces que la izquierda ha planteado avanzar en algún acuerdo ha sido sobre la base de su agenda, ¿o usted cree que plantearían avanzar en una agenda para enfrentar la violencia y asegurar el Estado de Derecho?
Candidatos presidenciales como Joaquín Lavín y Mario Desbordes afirman que es urgente llegar a un acuerdo político…
Lo verdaderamente urgente hoy es agilizar las ayudas, avanzar en la vacunación y empezar a definir, con los consensos más amplios posibles, cómo reactivar el empleo, las pymes, la inversión, garantizando certeza y estabilidad.
La oposición hasta ahora ha hablado de reforma tributaria y renta básica universal.
Hay muchos países que se están dando cuenta de que en medio de una pandemia no es el mejor momento para iniciar una reforma tributaria. Entonces pregunto: ¿En una negociación habrá disposición a incorporar materias de la agenda de gobierno del Presidente Piñera, o solo vamos a tener que ceder ante la agenda que la izquierda ha impuesto en el Congreso? Hay que tener esos resguardos.
¿Cómo ve el rol de la presidenta del Senado, Yasna Provoste? Ud. encabezó como diputada la acusación en su contra, y ella fue una antagonista dura cuando Ud. fue ministra de Educación.
Si en el cargo que hoy está ejerciendo ella puede ser un factor de ordenación adentro de su coalición, eso puede ser positivo para los meses que quedan. (La Tercera)
Chile a escala. Ésa era la premisa de un ejercicio inédito por su alcance y momento, impulsado por el proyecto Tenemos que Hablar de Chile, una plataforma de participación y diálogo ciudadano impulsada por la Universidad Católica y la Universidad de Chile.
La propuesta sonaba arriesgada: manteniendo la representatividad en la muestra -territorial, de género, educacional y socioeconómica-, se invitaba a la gente a ser parte de conversaciones sobre el país. El momento, además, era crítico. Entre junio y noviembre de 2020, en plena pandemia, la iniciativa proponía un diálogo a través de pequeños grupos que confluían en una videollamada, para compartir durante una hora y media su visión del escenario actual del país y sus proyecciones del futuro.
8.815 personas terminaron participando de este ejercicio, cuya síntesis difiere de los modelos más típicos. Más que porcentajes, hay conceptos; más que listas, hay frases. Puntos que se repiten, que aparecen y reaparecen de forma persistente más allá de las temáticas específicas que se abordan.
“Es una invitación a repensar cómo construimos espacios de participación ciudadana que sean incidentes, diversos e inclusivos. Espacios que releven la voz de quienes habitualmente han sido marginados de la discusión pública y que respondan al anhelo de miles de ciudadanos: ser escuchados y reconocidos”, dice María José Lincovil, coordinadora de participación ciudadana del proyecto.
FRAGILIDAD
“Incertidumbre. Es lo único que puedo sentir. Me genera esto el panorama de Chile en general, y ahora la pandemia”.
Es la frase textual de uno de los participantes, en uno de los conversatorios, pero refleja uno de los elementos más transversales que recoge el ejercicio. Lo refleja además una estadística: de los 8.815 participantes, 1.250 expresaron ideas sobre su ánimo en la semana previa que tenía características vinculadas con la inseguridad, 945 con la ansiedad y 799 con la preocupación, las tres emociones más predominantes de todo el cuadro.
“Una inseguridad respecto al funcionamiento de la vida. Es una inseguridad en la convivencia social y en lo institucional”, dice el informe final del trabajo de Chile a Escala. La fragilidad aparece en el temor no sólo por el momento actual de la persona, sino por la falta de certezas sobre los escenarios futuros, algo que, según la síntesis de los autores del informe, se ve exacerbado por la pandemia del Covid-19, pero va más allá también de la situación sanitaria. “El estado de incertidumbre reportado con insistencia por las personas parece reflejar la profunda fragilidad con la que perciben también la educación, las pensiones, la institucionalidad, la salud y el medioambiente”, es otra frase del documento.
“Es especialmente la inseguridad, el concepto madre. El hilo conductor. Pero no es inseguridad reducida a orden público. Ni tampoco a la pandemia. Es la inseguridad de los proyectos de vida. Una inseguridad extendida. Las personas tienen algo que perder, es su proyecto de vida el frágil”, apunta Hernán Hochschild, director ejecutivo de Tenemos que Hablar de Chile.
DIVERSIDAD
“Creo que me gustaría que se acepte a la gente diferente, para poder tener una sociedad mas justa y equitativa”
Uno de los consensos que emerge de las conversaciones, como una realidad cada vez más patente y también como un deseo hacia delante, es el de un país diverso, de un coro polifónico antes que de solistas. “En los diálogos, Chile no emerge como una identidad única ni una realidad reproducible en una única voz. Emerge sobre todo la diversidad del país: territorios, generaciones, orígenes y proyectos de vidas diversos, que construyen experiencias desde donde se habla y escucha. La conversación y los temas que de ella emergen, entre diferencias y convergencias, muestran la diversidad de esas experiencias de vida, lo que a su vez se traduce en una multiplicidad de opiniones y posturas”, señala el reporte.
“En Chile llevamos generalizando mucho tiempo. Los estudiantes, el pueblo, los trabajadores, las mujeres, los empresarios, los políticos. Esas generalizaciones están obsoletas. En cada uno de esos términos hay diversidad que no vemos”, plantea Valentina Rosas, subdirectora de Tenemos que Hablar de Chile.
Quizás es en este punto donde emerge uno de los elementos más esperanzadores del informe: de acuerdo a los investigadores, en el ejercicio de los diálogos aparece una población mucho más dispuesta al entendimiento que al conflicto.
“No vemos una diversidad polarizada que imposibilite el entendimiento o la escucha mutua. En los diálogos se ven más diferencias de priorización, de estrategia o de focalización, que diferencias de concepto en relación a un tema. Además, se observa una alta disposición a los acuerdos”, plantea el documento. “Así, el relato común que surge es que no somos —a ojos de la propia ciudadanía participante— un país inviable por sus quiebres y disputas, sino uno que valora inmensamente su diversidad, el entendimiento y la convivencia”.
Hay otro elemento de interés en el ejercicio. Los investigadores consideraron que en este punto podía haber un sesgo, dado que las personas que participaron en las conversaciones podían estar más dispuestas al diálogo que la población en general. Para ello, se contrastaron los hallazgos con una encuesta realizada por la empresa Criteria para la plataforma en octubre del año pasado. Sin embargo, las tendencias son coincidentes: el 91% está de acuerdo en que “es importante llegar a acuerdos en los grandes temas del país”.
RESILIENCIA
“Mantener el espíritu guerrero y la resiliencia que tenemos para levantarnos de las catástrofes”
Aparece como uno de los conceptos más puramente chilenos. Algo que está en nuestro ADN de país y que, pase lo que pase en el futuro, no queremos perder. Cimentada en hechos como los constantes desafíos que nos ponen los terremotos y en instancias como la Teletón, la resiliencia y la solidaridad son mencionados en las conversaciones como valores positivos y deseados que nos identifican.
“Un país que se levanta frente a la adversidad. La idea de país de esfuerzo, que siempre vuelve a intentarlo. Aunque se derrumbe la casa, se vuelve a levantar. Es convivir con los terremotos, pero también con el rito de la reconstrucción, como algo propio de quienes son parte de esta tierra”, apunta el reporte, que además destaca que nos vemos como una sociedad que no es insensible con el sufrimiento de otros. “No es una solidaridad que se predique de las instituciones, sino de las personas. Es la idea de que si la vida enfrenta dificultades, la disposición de las personas en Chile es ayudar”, se plantea.
Eso sí, Hernán Hochschild señala que en las conversaciones aparece también el deseo de que estos conceptos estén más presentes también a nivel del Estado. “Es la identidad telúrica dirían algunos. Esta sensación que cada cierto tiempo al país se le mueven las bases, pero respondemos con encuentro y reconstrucción. Que el país se une por los que más lo necesitan. Es una identidad que está, pero que no está lograda del todo. Y quizás se asocia a este reseteo de la política y a esta ética pública que se anhela”, es su análisis.
DESCONFIANZA
“La misma educación nos dice que tenemos que competir con el otro. No caminamos de la mano con las ideas para construir el desarrollo social”
Entre los conceptos que resaltan, la desconfianza es uno de los que genera mayor alerta. Porque no sólo es a un nivel del Estado, un “que se vayan todos”, sino también en las actitudes y relaciones con los otros miembros de la sociedad. Esto es tan transversal que incluso impacta en la relación con los actores políticos. “Pareciera haber una base de desconfianza lo suficientemente fuerte, que no espera a un héroe que tenga una misión salvadora. Pero en este reseteo, hay espacio para líderes articuladores de soluciones y también para rupturistas del funcionamiento actual de la política”, es una de las descripciones que hace el informe de Chile a Escala.
“La desconfianza es institucional y social. Y no significa que no queremos instituciones, o no queremos vivir en sociedad. Es justo lo contrario. Es un dilema de la desconfianza. Es quizás un juicio. Se espera mucho más de las instituciones, de nuestro vivir en sociedad, del trato. Por eso se enjuicia tan mal a las instituciones. No es que no deberían existir. Es lo contrario. Son importantes. La política es muy importante. Tiene que conducir el camino. Pero no lo hace. Discute de sus temas, hace de todo un problema insalvable. Pero la política no es para eso, en la mirada de los diálogos. Es justo lo contrario”, afirma Valentina Rosas sobre este aspecto.
EMPATÍA
“Como ciudadano es fundamental conversar y ponerse en el lugar del otro”
En numerosas partes de las conversaciones se asoma como un punto pendiente, un concepto a conseguir desde múltiples dimensiones: una mayor empatía es uno de los anhelos de cara a la nueva sociedad que se espera construir. Algo que se le pide no solo a la política, sino que a otras dimensiones. Así, uno de los temas que aparece con frecuencia es la brecha entre lo público y lo privado.
“Es una brecha que se vive. Porque no es siempre que sean mundo separados. A veces puedo pagar el examen en la clínica, a veces voy al hospital. Es un transitar, muy claro a veces dentro de un mismo grupo familiar. El juicio es del funcionamiento de las cosas y a esa brecha de cuando puedes pagar y cuando no puedes pagar. Por eso la necesidad de mejorar los servicios del Estado”, apunta Valentina Rosas.
Acá es donde la empatía aparece como un factor fundamental. “Hay un espacio grande de colaboración y complementariedad. No hay una discusión antagónica entre sociedad, individuo, mundo privado y Estado. La ciudadanía ve complemento entre ellos, no disputa”, añade la investigadora.
Esto también guía las expectativas, por ejemplo, respecto a una nueva Constitución. “La novedad es que las cosas funcionen para todas las personas, incluidos los desprotegidos y los que se encuentran en mayor inseguridad. Esta nueva institucionalidad es aquella que hace parte, que integra a las personas, que atiende a la realidad en la que viven y que funciona para todas las personas. Esa institucionalidad tiene también una cierta personalidad y ética, que está en las expectativas de los participantes y no necesariamente se refleja en estructuras específicas, sino que se espera de cualquier institucionalidad posible”, se plantea en el reporte.
CAMBIO
“Para hacer los cambios, tenemos que unirnos y dialogar”
De acuerdo con el informe de Chile a Escala, el cambio es uno de los conceptos que se repite más veces y con más insistencia. Va asociado a otras ideas destacadas: cambiar la Constitución, la educación, el sistema de salud y de pensiones y el sistema político. Por la profundidad del alcance y de las materias, hay un elemento llamativo: de acuerdo al análisis, lo que se anhela en la mayoría de los casos es un cambio que lleve a una mayor estabilidad en la vida.
Esto, por ejemplo, aparece cuando se habla de las modificaciones que se buscan al modelo del actual Estado. “Las personas aspiran a que los derechos aseguren un piso mínimo sobre el cual puedan construir sus proyectos de vida, según sus distintas alternativas. No es un Estado que asiste en nuestras decisiones de vida, ni que las determina, sino que facilita y protege las bases para realizarla. Es por tanto una expectativa de un Estado que no les obliga en su proyecto de vida, pero que sí les garantiza una base para conseguirlo”, señala el informe de Tenemos que Hablar de Chile.
Algo parecido ocurre en el apartado de la educación. “Las personas participantes creen que se estudia para ser libre en el desarrollo de su vida, pero también para ser consciente del otro y del entorno, y se espera un espacio de participación de todos los actores de la comunidad educativa en ello. Se trata de lo emocional, de la educación para la vida, para la construcción de proyectos personales; con espacio de alternativas y con base en el convivir y el respeto por el otro”, se indica en el reporte.
“‘Las cosas tienen que cambiar’ para que la vida no cambie tanto. Es un cambio estabilizador. No un cambio desestabilizador. Es un cambio contra la inseguridad de la vida. Es un cambio en las instituciones. Radical en cómo funciona y opera la política, pero incremental en la forma del cambio. En salud, educación, y en los temas que analizamos con profundidad, el cambio no es una transformación total. Se habla desde lo que se conoce. No se habla de instituciones totalmente nuevas. La novedad es que funcionen para todos”, es la mirada de Hernán Hochschild sobre este concepto.
ESPERANZA
“Han sido semanas con nerviosismo, pero con esperanza porque vienen grandes cosas y días mejores”
Quizás, pese a su significado textual, la esperanza es un concepto que en el marco de los diálogos queda sumamente arraigado a la realidad. Porque en las conversaciones hay una expectativa de que puede haber un mejor mañana, pero también se sabe desde qué punto se está partiendo en el proceso. La sensación es que hay una oportunidad de construir modificaciones relevantes hacia el futuro.
“Existen expectativas vinculadas a un cambio en la política, en el Estado y en su relación con los ciudadanos; en una nueva Constitución y también en lo social, pensando en una nueva educación que impulse los proyectos propios, que una en la diferencia y facilite la convivencia. De esta forma, vemos un rol activo del ciudadano como supervisor de las instituciones, participativo en ser escuchado y entendido, y consciente del papel que cumple la política”, plantea el informe.
“La esperanza surge en la conversación. Es el fruto de proyectarnos. No es una expectativa concreta. Las personas no tienen una seguridad de que Chile va a ser mejor. Pero sí creen que podría serlo. Es una esperanza en el límite, posiblemente asociada a esta resiliencia. Esta idea de que en Chile nos volvemos a levantar”, dice Valentina Rosas.
Eso sí, el reporte tiene una alerta sobre lo que implica este sentimiento: “Es una esperanza precaria, porque la incertidumbre puede devenir en desesperanza. El optimismo se debilita en las conversaciones frente a la magnitud de los problemas que oprimen a las personas. Es la pandemia, pero también la política, la economía, el medioambiente, lo social, y todo entrelazado, además, con la vida cotidiana. Pareciera verse que esa precaria esperanza es una oportunidad, pero también una exigencia”. (La Tercera)
A un amigo que, con algo de cinismo, me decía que se sentía como en Corea del Norte, pero sin la esperanza, le dije que se le había olvidado cómo estábamos en la década del 70.
El mundo separado en dos por un telón de acero y con misiles nucleares amenazándonos con un apocalipsis planetario. EE.UU. perdiendo la guerra de Vietnam, con el caso Watergate debilitando su democracia y una inflación de dos dígitos. Europa dividida con una mitad empobrecida, esclavizada y en manos del comunismo. El 60% de la población mundial bajo la línea de pobreza. China e India enfrentando hambrunas recurrentes. Mao y Pol Pot matando personas a destajo en sus “revoluciones culturales”. Inglaterra en caída libre, con inflación descontrolada, su industria estatizada obsoleta e incapaz de competir. Crisis petrolera y en el Medio Oriente la guerra del Yom Kippur. Terminando la década, Irán caía en manos de una teocracia medieval y la URSS invadía Afganistán.
En América Latina, los países transitando entre gobiernos populistas y dictaduras militares con pocas esperanzas para democracias liberales. Las economías en franca decadencia, pobreza y violencia crecientes, deudas galopantes e inflaciones disparadas.
En Chile pasamos de un gobierno marxista escéptico de la democracia, entusiasta de la violencia e ignorante de la economía, a una dictadura militar. Teníamos problemas de desnutrición y miseria; violencia desatada y una fractura de nuestra convivencia que todavía no cicatriza. En lo personal, mis abuelos agricultores: uno expropiado y la otra saqueada viviendo en Santiago, sin nada que hacer más que pasear su pena. Mis padres trabajando para mantener una familia y nosotros tratando de aprovechar la educación que nos daban.
Enfrentado a ese panorama desolador, nadie se hubiera imaginado que estaban a punto de empezar los mejores 40 años de la historia moderna. En los 80, occidente liderado por Thatcher, Reagan y Walesa con un discurso de libertad derrotarían al comunismo, la inflación y la decadencia. Nadie se habría imaginado que una improbable alianza entre el Papa y un sindicato derrocarían al comunismo en Polonia; que el imperio Soviético se desintegraría y que el Partido Comunista ruso se disolvería; que caería el muro en Alemania y esta se reunificaría en paz. Quién hubiera pensado que el PC chino abrazaría el capitalismo y sacaría a 400 millones de personas de la pobreza.
En los 70, nunca pensamos que gracias “al modelo” seríamos el país más rico de Sudamérica, el mejor en desarrollo humano; que derrotaríamos la inflación y tendríamos más de 1 millón de jóvenes en la educación superior; que recuperaríamos la democracia y tendríamos gobiernos responsables, créditos hipotecarios a 30 años, agua potable y alcantarillado, autopistas o que limpiaríamos el Mapocho.
Estamos en una crisis política, qué duda cabe. Pero no es la peor de nuestra historia. Ni es terminal. Como dijo Rocky: “No termina hasta que suena la campana”. Tenemos buenas razones para estar preocupados. Pero eso debe movernos a la acción y no a la depresión. Los chilenos tenemos el defecto de proyectar las curvas al infinito. Cuando vamos creciendo creemos que es imparable. Y cuando vamos cayendo que es irreversible. No es así, son ciclos y debemos tratar que este ciclo demagógico-populista sea corto. Para ello, ocúpese y participe en el proceso político. Apoye con tiempo y/o recursos a candidatos, organizaciones y partidos que crean en la democracia, en el imperio de la ley y la sociedad libre; que quieran salvar un sistema económico de libertades y que aspiren a limitar el poder de los políticos sobre nuestras vidas.
Así, cuando en el futuro sus hijos o nietos le pregunten: ¿Dónde estabas tú cuando los rostros de TV creían que los contrataban por su erudición y opinaban de todo? ¿Dónde estabas tú cuando dos candidatas presidenciales proponían que el fisco gastara en un año el equivalente a 750 teletones y nadie las corregía ni se reía? ¿Dónde estabas tú cuando se gastaban las pensiones, violaban la Constitución y en el Congreso homenajeaban la violencia? Que su respuesta no sea: “Quejándome en mi casa”. (El Mercurio)