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Despotismo oligárquico-Hernán Herrera

Marcela Cubillos tenía un pasado prometedor. Destacó temprano como dirigente de UDI y aparecía como política dotada e inteligente. En algún momento, sin embargo, pareció desencajarse. Renunció al Ministerio de Educación, como quien tira un traje viejo. Desligándose de la responsabilidad con uno de los desafíos nacionales más urgentes, la enseñanza, dio un salto hacia la defensa de intereses empresariales, como directora ejecutiva del centro de lobby Libertad y Desarrollo. A poco andar, salto nuevamente, ahora para participar en la campaña del rechazo al primer plebiscito de entrada. Es sabido el rotundo fracaso al que condujo a las derechas la actitud intransigente del sector en el que fichó, que dio al “rechazo” un quinto de los votos.

Se fue a España con su marido, otro político que es también una mente dotada, quien abandonó el Ministerio de Relaciones Exteriores, luego de haber abandonado ya el cargo de senador, para irse a la península a un cargo internacional. Ahora ella vuelve. En su cabeza parece haber cuajado otra idea. ¿Ir a disputar, siguiendo el ejemplo de Jaime Guzmán, algún reducto al comunismo en las elecciones municipales? ¿Alguna comuna popular, en la cual implementar políticas comprometidas con la tarea de superar la pobreza y dar testimonio de que las derechas son más que un asunto de clase?

Nada de eso. Cubillos, la ex lobbista de LyD, viene a la comuna más rica del país, la municipalidad con más recursos, donde la derecha usa arrasar en las elecciones. Hay quien podrá suponer que viene a tapar eventuales irregularidades de lustros de la UDI en el municipio. Pero eso es menospreciar el carácter de Cubillos. Ella se tiene para tareas más elevadas. Probablemente mira el caso de Lavín, piensa que lo puede hacer mejor, vale decir, que Las Condes ahora sí funcione como trampolín eficaz hacia La Moneda.

La UDI popular queda, de paso, en el olvido; la vocación por los pobres, de las viejas revistas “Realidad” y documentos antiguos que nadie se da el trabajo de desempolvar. Los principios de antaño no son los de hoy. Ahora la política es disputa por recursos, por apoyar a los empresarios para que generen crecimiento y de paso llenen sus arcas y las de la derecha economicista. No se pida, en cambio, compromisos de vida con las clases pobres; tampoco una visión propiamente política del país, que repare en el problema de fondo de la pérdida de legitimidad inveterada de las instituciones, partiendo por los partidos y dirigencias políticas.

Lamentablemente así, una mente dotada como para ayudar a comenzar a salir de la crisis de legitimidad en la que nos hallamos, llega en modo activista del economicismo, la defensa de intereses de clase y los dineros, perdiendo probablemente una buena oportunidad que la vida le estaba deparando, de asumir decisivamente responsabilidad con los intereses superiores de la nación. (La Tercera)

Hugo Herrera

Pacto fiscal: hoja de ruta para una verdad incómoda

Educación no sexista: lobos disfrazados de corderos-Roberto Astaburuaga

La semana pasada el Tribunal Constitucional resolvió, por 6 votos contra 4, rechazar el requerimiento de inconstitucionalidad presentado por un grupo de diputados contra la expresión “no sexista y” del artículo 12 del proyecto de ley que consagra el derecho de la mujer a una vida libre de violencia. El Gobierno, desesperado por obtener algún logro político y presionado por las insatisfechas feministas, se la jugó para que TC no repitiera la sentencia de 2021, en la que declaró inconstitucional una frase similar respecto al proyecto de ley de garantías de la niñez.

El artículo en cuestión señala: “Los establecimientos educacionales reconocidos por el Estado deberán promover una educación no sexista y con igualdad de género y considerar en sus reglamentos internos y protocolos la promoción de la igualdad en dignidad y derechos y la prevención de la violencia de género en todas sus formas”. La norma establece una obligación para todo tipo de establecimiento educacional, sea público, privado o subvencionado. La discusión giró en torno a la definición, límites y alcances del concepto de educación no sexista. Lo anterior tiene relevancia porque será la Superintendencia de Educación la que fiscalizará que se cumpla esta obligación de promoción, y si considera que ello no ocurrió, podrá sancionar al establecimiento educacional.

Lo increíble es que ni el Gobierno ni las feministas son capaces de ponerse de acuerdo sobre su significado. El proyecto ingresó en enero de 2017 y en los 7 años de tramitación fueron absolutamente incapaces de definir el concepto o de demostrar su supuesta efectividad… porque hablar con lenguaje inclusivo está claro que no reducirá el número de asesinatos de mujeres, como tampoco cambiarle el nombre del delito por “femicidio”. ¿Por qué no quisieron dejar por escrito lo que realmente creen que es la educación no sexista? Porque es lo que vimos en la Convención Constitucional, ese feminismo totalitario que sólo considera válida su diagnóstico -y “soluciones”- de la relación entre el hombre y la mujer. Las adoratrices de Butler que defendieron la misma idea, que la educación tenga un carácter no sexista, en el proyecto de Constitución rechazado el 4-S, son las mismas que defendieron la constitucionalidad de la norma impugnada.

En este sentido, no sorprende que el Presidente, en sus observaciones al requerimiento, haya citado a un conocido profesor octubrista, el cual sostiene que el derecho a la educación no sexista “es un modelo que el Estado debe implementar a través de un conjunto coherente de medidas: marco regulatorio, promoción de buenas prácticas, actividad de gestión directa de establecimientos educacionales (sea a nivel central o municipal) y también es una obligación respecto de la gestión privada, que no sólo se garantiza vía el marco normativo general, sino que también a través de control y fiscalización”, y que “obliga al Estado a organizar todo el aparato de educación para garantizar que la educación no establezca distinciones con base en el sexo, género y las identidades sexuales. Esta reorganización del modelo de educación implica hacerse cargo del currículum oficial, del oculto y del omitido, así como de los espacios educacionales y las formas en que estos se estructuran y regulan la convivencia de la comunidad educativa”.  Esta es realmente la definición en la que creen las feministas y no la que la abogada del Gobierno defendió en los alegatos, negando lo que siempre han defendido, asustadas de perder, como si se tratara de una cuestión inofensiva, una mera lucha contra la discriminación se basa en la diferencia sexual entre el hombre y la mujer. Pero, la verdad siempre triunfa y es imposible esconderla, especialmente si la han aplicado innumerables veces, como expuso la representante del movimiento ciudadano “Con mis hijos no te metas” que agrupa a decenas de miles de padres.

Podrán decir que la educación no sexista es diferente a la educación sexual integral, que persiguen un fin noble y que los casos polémicos en que los niños han salido afectados no es realmente lo que ellas buscan, pero deben hacerse responsables de las políticas públicas que impulsan, y las palabras de una diputada oficialista de esta semana confirman sus verdaderas intenciones. Por cada niño cuya infancia e inocencia se ve vulnerada por una supuesta educación “no sexista” que lucha contra “estereotipos de género”, por cada padre que ve cómo adoctrinan a sus hijos en las más disparatadas teorías de género y no dispone de herramientas jurídicas eficaces para oponerse o que impotente constata que el Poder Judicial, con su Secretaría de Género, avala lo que una burócrata ñuñoína cree que es el interés superior del niño, por cada establecimiento educacional, especialmente los cristianos, que ve cómo su proyecto educativo tiene que adecuarse a la interpretación antojadiza e ideológica de los organismos estatales fiscalizadores, el feminismo es responsable.

Es tiempo de que los políticos abran los ojos de una vez por todas y no se contenten sólo en oponerse a la agenda feminista que socava el derecho preferente de los padres de educar a sus hijos, sino en recuperar el terreno perdido y avanzar. No pueden seguir amparándose en excusas sobre desconocer el contenido o consecuencias de la agenda feminista. Cuando el lobo aúlla, el orco ronda. (El Líbero)

Roberto Astaburuaga

La frontera negra del narcofascismo

En su obra homónima de 1919, Freud define lo siniestro como “aquella suerte de espantoso que afecta las cosas conocidas y familiares desde tiempo atrás”. El término alemán unheimlich, “siniestro”, significa “inquietante, que provoca un terror atroz”. Por otro lado, “sería todo lo que debía haber quedado oculto, pero que se ha manifestado”.

Antes del megaincendio y del fallecimiento del ex presidente Piñera, a comienzos de febrero de 2024, ya venía precipitándose una serie de procesos y acontecimientos sórdidos y violentos, cuya línea parecía indicar una direccionalidad alarmante y angustiosa.

Entre otros: interminable desarrollo del Caso Fundaciones y del Caso Audio; desastre educacional en la Región de Atacama; intensificación de la crisis de seguridad en Chile, con prácticas de tortura y homicidios de niños; lapidario informe de la Contraloría General de la República sobre 419 pensiones de gracia, concedidas por el Gobierno en el marco del 18-O.

Además: declaración de Conflicto Armado Interno por el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, en enero, a raíz de la ocurrencia de motines de narcotraficantes en las cárceles de su país; discusión en torno a la pertinencia de la actuación de Peso Pluma en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, debido a su apología del estilo de vida de los soldados del narcotráfico; asalto a dos monjas de la Congregación Hijas de San José, en el barrio Yungay; asesinato de dos agricultores en la Ruta de la Fruta, cuando volvían del Mercado Mayorista Lo Valledor; convocatoria al COSENA por Boric, que no prosperó, y ataque a locales comerciales en la Estación Central –el mismo día, anterior al del megaincendio–, por una banda de vendedores ambulantes.

Con posterioridad a estos hechos, el acontecer se ha tornado aún más sórdido, retorcido, incomprensible y siniestro.

El 2 de marzo, en Tirúa, Región del Bío Bío, 19 focos simultáneos e intencionales, ubicados en un predio de la empresa CMPC, dieron inicio a un incendio forestal que se extendió durante días.

El 18 de marzo, murió otro trabajador del Jardín Botánico, debido a las graves quemaduras que sufrió durante el megaincendio, en Viña del Mar, con lo cual la cifra de fallecidos asciende a 135.

Ante las recomendaciones del presidente Noboa a Boric de tomar decisiones duras para combatir la delincuencia, la ministra Camila Vallejo respondió con arrogancia y sorna que él ya había tomado “muchas decisiones difíciles, porque de eso se trata gobernar”.

Pero el día anterior, había ocurrido el secuestro del teniente primero (r) del Ejército venezolano Ronald Ojeda, refugiado en Chile. La línea de investigación en curso vincula su asesinato con el cártel Tren de Aragua.

Según cifras de Gendarmería, publicadas por La Tercera, hasta comienzos de diciembre de 2023, existen 1282 bandas criminales, debidamente identificadas, en las cárceles de Chile. Abarcan alrededor de 4 mil integrantes y 600 líderes. Las más peligrosas son Tren de Aragua y Cártel de Sinaloa.

El 3 de marzo de 2024, el juez Fernando Guzmán presentó un informe ante la Corte de Apelaciones de Santiago, sobre el Centro de Detención Preventiva Santiago 1.

Constató una ausencia de Estado en los recintos penitenciarios, situación agravada a partir de octubre de 2019 y, luego, debido a la excesiva extensión del aislamiento durante la peste. Guzmán también tomó en consideración la corrupción de Gendarmería que, en 2023, alcanzó la cifra de 56 funcionarios dados de baja.

Semanas después, Gendarmería recibió amenazas de reos organizados, debido a la decisión de instalar inhibidores de señal de teléfonos en Santiago 1: desde contratación de sicarios para disparar a las antenas, hasta motines y amenazas de tomar rehenes a abogados defensores.

Hace poco más de un año, en enero de 2023, se discutía si las maras tenían o no presencia en Chile, lo cual fue desestimado más tarde. Pero ya entonces, el ex fiscal Luis Toledo señalaba la necesidad de anticiparse al problema, en lugar de esperar “a que todas las organizaciones criminales de América Latina se asienten en Chile”.

La reciente formalización de cargos contra el ex director de la PDI, Sergio Muñoz Yáñez, y la dictación de su prisión preventiva por “violación de secreto bajo la ley de lavado de activos y la de deberes de funcionarios públicos, en carácter reiterado”, a partir del Caso Audio y el peritaje del celular del abogado Luis Hermosilla, constituye un hito más en esta pendiente al abismo, cuyas derivaciones y secuelas, cada vez más intrincadas, permanecen abiertas.

El acontecer se precipita y corrompe. Parece ser un final, más allá del cual subyace una frontera negra en expansión: una maraña multiforme en movimiento, que permanece y palpita en antimoradas paralelas, habitadas por criaturas parasitarias y desechables que se autodestruyen en vínculos abyectos, promiscuidad y masacres gozosas.

Más allá de la presente oscuridad, parece no haber nada, excepto laberínticas fronteras negras sucesivas: variantes de una única unidad indiferenciada, en tanto pudrición viviente y brotación de lo siniestro.

Pues sólo la maldad absoluta del narcofascismo y sus redes se enseñorea; esto es, el imperio totalitario, vertical, extorsivo y aniquilador del crimen organizado y su horda de esbirros: jefes, soldados, pseudorrevolucionarios, pseudoprofesionales, pseudoartistas, pseudointelectuales y consumidores intocables, movidos sólo por la ambición de poder, dinero y ostentación de sí y por sí.

Esa frontera negra es el cruento vacío de la disolución total, en que la vida no es más que un trozo de carne humana abandonado en la vía pública, y sangre derramada que se pudre inexorablemente, sin misericordia, mientras el terror se radicaliza y la luz de la inteligencia termina de extinguirse, pues ya no era en el Espíritu. (Ex Ante)

Lucy Oporto Valencia

La política

Chile se encamina a un período electoral, y cansa ver tanta división, malas prácticas y vergonzosos episodios de pésimo uso de los escasos recursos públicos. Por eso, es bueno recordar de qué se trata en realidad la política.

En una sociedad libre, compuesta por hombres y mujeres libres, la política debería ser una actividad noble, encargada de la convivencia colectiva. Su objetivo debería ser el bien común. El conflicto entre las personas o entre grupos de interés es inherente a cualquier sociedad humana. En Occidente se fue desarrollando con el tiempo el concepto del “consentimiento de los gobernados”: poco a poco se formaron instituciones para elegir autoridades y resolver los conflictos de manera consensuada, evitando que se vuelvan destructivos para la propia sociedad.

Quienes se involucran en política deberían encargarse, entre otras funciones, del correcto ejercicio del poder y el uso legítimo de la fuerza para mantener el Estado de Derecho, y la distribución de los dineros del país según sea necesario para promover el bien común. Todo esto se sabe, pero poco se cumple. No todas las autoridades ejercen la política con dignidad y la sociedad civil —por ignorancia o desidia— es poco exigente con sus representantes.

Es una lástima que en Chile los conceptos cívicos fundamentales para la vida en sociedad sean vistos como una materia de segunda importancia; no se inculcan en las familias ni en los colegios con la debida prioridad. Se suele olvidar que el carácter de las personas y, por ende, el carácter de los futuros políticos, se forja día a día desde la infancia, y ese es el verdadero pilar de la cohesión nacional, sin el cual no hay progreso. Una sociedad avanza si todos sienten compromiso con la comunidad, con los demás. En un país cohesionado, lo público se considera de todos y por eso se cuida. Pero si no existe compromiso cívico ni sentido de comunidad, entonces muchos creen que lo público es de nadie y por eso se abandona o se le da mal uso, como lo observamos diariamente en el ejercicio de los asuntos de Estado. Hay ciertas obligaciones que debe internalizar una persona civilizada —y con mayor razón un político—, sin necesidad de que se lo imponga la ley. Se trata de una actitud de respeto cívico primero, y luego, como autoridad, de respeto por el cargo.

Muchos definen la política solo en función del poder: cómo obtenerlo, cómo ejercerlo. Pero también se puede ver la política como una disposición a participar y a contribuir, para lograr objetivos provechosos para la sociedad mediante el consenso. Lo esencial es que en una sociedad compleja hay gobernantes y gobernados, dirigentes y dirigidos, pero todos por igual deben someterse al ordenamiento jurídico del Estado de Derecho. De eso se trata la política, ni más ni menos. (El Mercurio)

Karin Ebensperger

 

Kundera, el enigmático anti-totalitario

Este 1 de abril, Milan Kundera, ese icónico disidente del comunismo -que nunca quiso serlo- habría cumplido 95 años de edad. Murió en el exilio francés. Un exilio obligado y auto-asumido. Kundera, junto a Václav Havel y al ruso Aleksander Solzhenitsyn, son claves para entender aspectos muy importantes, y a la vez menos conocidos, de la Guerra Fría.

Importantes, porque no todo fue carrera armamentista, conspiraciones o juegos de espías. Tampoco una disputa tecnológica por conquistar el espacio. La Guerra Fría fue algo más que un perpetuo temor al apocalipsis nuclear.

Uno de esos aspectos fue el auge y declive de las ideas comunistas. En dicha línea, los tres fueron fundamentales. Coincidían en que la desilusión con aquella forma de ver el mundo no ocurrió por disconformidades teóricas, sino por observaciones directas en Europa, Asia, África y en América Latina.

También coincidieron en su diagnóstico respecto al lugar donde se produce el impacto más negativo de aquellos regímenes. De manera unívoca subrayaron el espacio personal. La asfixia colectivizante y el afán de buscar el igualitarismo absoluto generan en las personas una sensación espiritualmente empobrecedora. Algo así como estar viviendo en pecado.

Solzhenitsyn lanzó grandes luces humanistas sobre esas áreas terriblemente oscuras del totalitarismo. Describió la cotidianeidad en sus campos de concentración. Archipiélago Gulag y Un día en la vida de Ivan Denisovich constituyen el núcleo de su obra. Tras partir al exilio, quedó asombrado -lo mismo que Bukovski (el canjeado por Luis Corvalán)- con la cantidad tan numerosa de personas que hacían de “tontos útiles”. Eso conducirá a un retorno a los nacionalismos, advirtió. El problema ruso al final del siglo XX Alerta a Occidente forman el otro gran núcleo de su obra. Havel, por su lado, demostró cómo la sensibilidad artística puede conectar con los desafíos políticos y con las demandas de una nación deseosa de libertad. Ingresó a la historia como símbolo del sentido común ciudadano.

Kundera fue el polo opuesto. Especialmente de Havel. Quizás por eso nunca congeniaron. Incluso, se negó a volver a su natal República Checa una vez caído el comunismo. A diferencia de Havel no disfrutaba de los grandes escenarios. Prefería que sus obras hablasen por él. Por eso, negó ser disidente.

Sin embargo, se convirtió en un excepcional diseccionador del comunismo y en un europeo fragmentado.

Su novela La Broma es un esclarecedor texto de lo irreconciliable que es el humor en las sociedades totalitarias. El leninismo en todas sus variantes aborrece la ironía. Por eso, los llamó agelastas (los que no saben reír). En esa novela, Kundera relata cómo a su joven protagonista, a quien llama Ludvik, se le ocurre hacer una broma sencilla y envía un mensaje por correo a su novia Marketa. En el texto, hace ironías políticas sobre los cerebros radiantes que -consciente o inconscientemente promueven el totalitarismo, y cita a Trotsky. Se desencadena lo inevitable. Su carta es leída por las autoridades, se le expulsa de la universidad y sus compañeros y vecinos, ante el peligro que representa su sola presencia, le retiran el saludo. Comienza así a hundirse en una sucesión de dimes y diretes procesales kafkianos. Termina condenado a trabajar en unas minas de uranio. Allí descubre que para sobrevivir adecuadamente con los agelastas se debe recurrir al cinismo extremo y cotidiano. Todo es mentira; todos saben que se debe mentir para sobrevivir. Gobernantes y gobernados.

La situación personal y profesional de Kundera se hizo insostenible después de la invasión militar de 1968. La “gobernanza” autónoma checa, con claros trazos liberales y que afloraba con fuerza, no se condecía con la realidad geopolítica mundial. Tampoco con la ideología imperante en Europa oriental. Brezhnev estimó necesario cambiar la mani militari y reemplazarla por otra “gobernanza”. Más ad hoc. Por eso le llamaron “normalización”.

Esa misma medicina habían aplicado en la década previa en Hungría. Y también, aunque de forma aislada, en la Alemania oriental y en Polonia. Fueron episodios que Kundera denominó fragmentación del Viejo Continente. Plasmó sus opiniones un texto magistral. Un Occidente secuestrado. La tragedia de Europa central. Todo fue trágico, decía. No se trató de un cambio brusco de la clase gobernante; de unos apparatschiks por otros más dóciles. No. Las invasiones militares se decidieron cuando los guardianes de la verdad leninista estimaron que las liberalizaciones estaban terminando con el principio básico y sagrado de aquellos regímenes, cual es acabar con la individualidad.

En ese texto, Kundera va aún más lejos. Sostiene que “no es Rusia, sino el comunismo, el que priva a las naciones de su esencia, y del cual, por cierto, el pueblo ruso es su primera víctima” (p. 48). Además, advierte, ante esa sorprendente cantidad de elementos periféricos y fisgones que tiene el comunismo. “Se trata de una ideología “profundamente anacional y antinacional” (p.49).

Eligió Francia para su exilio obligado. Quería observar de cerca la fragmentación europea. Desde allí produjo otras novelas notables. En la misma línea de las anteriores, pero con resonancia mundial. La insoportable levedad del ser fue quizás su obra emblemática.

Ahí, y en varias otras, insistió en alertar sobre los efectos de las ideas totalitarias y sus formas más sutiles de dominio. Hablaba de socialismo kitsch para referirse a excesos no directamente relacionados con la represión policial, sino con las formas vulgares de los apparatschiks. Esas cuestiones mundanas, donde tratan de expresar superioridad cultural sobre el resto de los mortales.

En otras palabras. Así como Marx pretendía haber descubierto leyes científicas de la sociedad humana y Lenin desarrolló los métodos de aplicación, la aplicación posterior de esa ideología incluyó la evocación de principios estéticos y morales. Kundera alerta que casi por regla lo hacen de manera rústica y grosera. El socialismo kitsch sentimentaliza el poder a través de la demagogia.

En más de alguna observación apuntó a Elena, la esposa de Nicolae Ceauscescu en Rumania como uno de los más grandes símbolos de lo kitsch. Como se sabe, el régimen la elevó a la categoría de primera científica del país. La maquinaria diplomática del régimen solicitaba en el extranjero que le otorgasen doctorados honoris causa y que le hicieran reconocimientos académicos. Elena Ceauscescu representaba un igualitarismo falso y un avance científico inexistente. A Elena Ceascescu se le adjudicaba la autoría de miles de textos de ciencia, que, obviamente, no escribió. No sólo no era ingeniera química, como decía la biografía oficial, sino que jamás terminó carrera alguna. Socialismo kitsch.

Aunque en América Latina se hablan otros dialectos del leninismo, esta observación kunderiana es plenamente visible. ¿No es acaso eso lo que se observa en Nicaragua con Rosario Murillo? Un régimen sostenido en una represión policial inaudita, pero también en una brujería chabacana. ¿No se repite eso en las recientes descalificaciones de Maduro a Pepe Mujica, rayanas en una vulgaridad inconcebible?. Ya lo había demostrado el propio Chávez cuando en 2007 denostó al entonces Secretario General de la OEA con palabras de una zafiedad y ordinariez nunca antes vista. Socialismo kitsch.

Kundera no fue un novelista sencillo. Para entender sus observaciones es necesario recurrir a más de una novela y a más de una conferencia. Se mantuvo lejos de los medios de prensa. Consultado hace años en un seminario organizado por Letras Libres, contestó sobre este punto: “1) El entrevistador te hace preguntas que le interesan a él, pero que no te interesan a ti; 2) de tus respuestas, sólo utiliza las que le convienen; 3) las traduce a su vocabulario, a su forma de pensar”.

No cabe duda que fue la némesis de Havel. El ex Presidente checo era más político que otra cosa. Un disidente extrovertido. Un estadista gozador del cosmopolismo. Siempre buscando algún escenario.

El novelista no-disidente tenía 94 años de edad cuando falleció en Francia en julio del año pasado. (El Líbero)

Iván Witker

Realidades ignoradas-Iris Boeninger

“…el mundo un paso y otro paso otro paso

un canal donde atascarse con algunos cuchillos con algunos

reinos negros con algunas novedades del silencio y del sol…”. (Fragmento de un poema de Susana Thenon).

“Atascarse con algunos cuchillos de algunos reinos negros” representa la dura realidad de la vida que enfrentan cotidianamente los ciudadanos en Chile.

Un senador del Partido Comunista, en una actitud francamente antidemocrática e inaceptable, llama a privilegiar la “presión social” para forzar al Senado que se aprueben las reformas del gobierno. Esto nos trae también a la memoria la terrible violencia que comenzó en Chile el 18 de octubre de 2019, validada en ese entonces por muchos de quienes hoy nos gobiernan. No fue este el único llamado ni es la primera vez que incitan a la gente a “las calles”.

Lo han manifestado también para insistir en llevar a cabo otro proceso constituyente cuando termine el actual gobierno para validar todas aquellas propuestas que ya que fueron rechazadas en septiembre de 2022 por el casi 62 % de la población, aunque siguen incluidas en el programa de gobierno aún vigente en el Servel.

¿Se habrán dado cuenta que la mayoría ciudadana rechaza cualquier tipo de violencia o convocatorias antidemocráticas que pretenden saltarse la institucionalidad en Chile? ¿Saben acaso que el ciudadano tiene un agotamiento constitucional?

Ortega y Gasset escribió que “toda realidad que se ignora prepara su venganza”. El rencor que se percibe en quienes incitan a esta llamada “presión social” está muy relacionado con realidades ignoradas.

Existen profundas diferencias en el seno del gobierno donde no está claro si están tras los objetivos del programa o existe otra realidad que ignoramos.

Ser. Dirigir. Gobernar.

Es mandatorio gobernar con un irrestricto respeto por la institucionalidad.

En Chile el Presidente de la República no puede reelegirse. Asume sabiendo que deberá dirigir el país durante cuatro años. Sabe también que existe la posibilidad que en el siguiente periodo de gobierno sea oposición. Sea gobierno y también como oposición es importante enfrentar todas las realidades, lo que genera empatía con las necesidades colectivas de la gente. Esto exige una mirada larga, amplia y ancha tal de darle continuidad a los proyectos en marcha que recibió del gobierno anterior y generar otros que vayan más allá de su propio mandato. Eso es lo que le da eficacia a la democracia y mayores certezas a las personas.

Imaginemos por un momento que en una empresa, un hospital o un colegio, se de el fenómeno de realidades ignoradas y que cambien su gobernanza, modifiquen sus estatutos, los proyectos de mejoras o planes de estudio cada cuatro años, sin una mirada de continuidad. Sería un caos.

La política es el arte de gobernar un espacio público compartido y lleno de contradicciones. Por esto, la comunicación a la ciudadanía debe ser clara, concreta, sin oscuros ni ignorando realidades. La cultura de la participación, la conexión emocional, el consenso y la inclusión han resultado decisivas en determinados puntos de inflexión de la historia reciente.

La gente necesita que los diálogos gobierno/oposición o gobierno/ ciudadanía se hagan de manera no violenta. En el caso del senador comunista, no le preocupó que renaciera el miedo a la repetición de épocas negras, donde la presión social en las calles produjo una gran angustia colectiva.

El terror y el odio en la comunicación a la gente son instrumentos al servicio de intereses políticos, del cual se aprovechan los populismos extremos para influir en el electorado.

Hemos visto insultos en el Parlamento, diálogos en medio de gritos, agresiones a través de la prensa y en medio de este fuego cruzado, la compleja situación de la gente aparece como insalvable.

La política debe recuperar la inteligencia del pacto. Solo serán líderes relevantes quienes sean capaces de recuperar la ilusión colectiva de que es posible un mejor futuro dialogando y acordando.

Será en ese momento en que los ciudadanos, como decía Thenon, se crucen con las novedades del silencio y el sol. (El Líbero)

Iris Boeninger

El desafío de celebrar el día mundial de la libertad de prensa

Del 2 al 4 de mayo, Santiago albergará por primera vez la Conferencia del Día Mundial de la Libertad de Prensa. Este evento, en su 31ª edición, está siendo conjuntamente organizado con Unesco y estará centrado en el papel que desempeña el periodismo y la libertad de expresión en el contexto de la actual crisis medioambiental.

Resulta significativo que, precisamente en esa fecha, se cumplirán 30 años desde la firma de la “Declaración de Santiago sobre el Desarrollo de los Medios de Comunicación y la Democracia en América Latina y el Caribe”. Fue entonces que, los Estados de la región señalaron que “la libertad de expresión es la piedra angular de nuestras democracias. La democracia es indispensable para la paz y el desarrollo dentro y entre nuestros países”.

El desafío de celebrar el Día Mundial de la Libertad de Prensa, Santiago +30, representa nuevos retos. En ese entonces, nuestro país se encontraba en la etapa temprana del restablecimiento de la democracia, después de una larga y conocida estela de violaciones a los derechos humanos, crímenes y censura a la prensa libre por parte de la dictadura cívico-militar.

Hoy, Chile cuenta con una democracia sólida, una institucionalidad consolidada y respeto por el Estado de Derecho, incluyendo una prensa independiente. El haber sido elegidos como sede de este encuentro mundial evidencia este desarrollo, donde activistas, líderes sociales y expertos han jugado un rol crucial.

Pese a estos avances, aún persisten brechas en Chile y en el mundo. Las amenazas a esta profesión continúan presentes y han adquirido formas más sofisticadas y difusas. Si en algunos lugares del planeta los asesinatos a periodistas ocurren con una lamentable periodicidad, en otras partes los riesgos se perciben a partir de la concentración de los medios de comunicación, la falta de estatutos de protección a periodistas, los contenidos con sesgos de género, y la persecución criminal como herramienta para censurar o sancionar a la prensa libre.

El resurgimiento de movimientos autoritarios, y el incremento exponencial de la desinformación, la violencia de género y de otros tipos contra periodistas, sobre todo mediante el uso de las redes sociales, nos alertan sobre los peligros a los que están expuestas y expuestos.

En paralelo, la humanidad enfrenta lo que el Secretario General de la ONU denomina, no un calentamiento global, sino una “ebullición global”. En esta emergencia climática, resulta esencial el rol de todos los actores, en el abordaje de esta crisis. Por ello, esta conferencia que celebramos este 2024 en Chile, se enfocará precisamente en este tema: “Prensa para el Planeta: periodismo frente a la crisis ambiental”.

El periodismo tiene una especial responsabilidad en la difusión de los impactos que tiene la emergencia climática. Esto ayuda a contrarrestar la desinformación que niega sus efectos. La información de calidad contribuye a una mejor toma de decisiones y a un adecuado control por parte de la ciudadanía.

Hemos visto que la violencia hacia quienes investigan estas materias es cada vez más recurrente y peligrosa. Una de las primeras acciones del gobierno del Presidente Gabriel Boric fue impulsar la suscripción del Acuerdo de Escazú, que apunta precisamente a garantizar la transparencia de la información ambiental y la protección de los derechos de quienes la proporcionan.

Conmemorar nuevamente el Día Mundial de la Libertad de Prensa permite que nos reunamos con representantes de la política, la academia, el sector privado, la sociedad civil y diversas organizaciones, para debatir sobre los aprendizajes, abordar las amenazas que impactan en las democracias, y las nuevas problemáticas con énfasis en la crisis medioambiental y el fortalecimiento de la alfabetización digital para enfrentar la desinformación.

Sabemos que, en la actual emergencia climática, es más importante que nunca que la información sea transparente, clara y precisa. Y la prensa cumple un papel trascendente en ello. Por eso, tenemos la convicción de que esta conferencia es extremadamente relevante y contribuye en sensibilizar acerca de la importancia de la protección de los medios, el ejercicio del periodismo y la libertad de expresión. (La Tercera)

Alberto Van Klaveren

Ministro de Relaciones Exteriores

Camila Vallejo

Ministra Secretaria General de Gobierno.

Inflación de marzo subió 0,4%, dentro de las expectativas e IPC anual baja a 3,7%

La inflación de marzo se ubicó dentro de las expectativas del mercado. Según informó esta mañana el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del tercer mes del año se expandió 0,4%, llevando al dato anual a bajar a 3,7%.

Se trata de una dato que estaba dentro de las proyecciones optimismas del mercado, considerando las negativas sorpresas inflacionarias de enero y febrero, además de las advertencias del Banco Central de una alta inflación para los próximos meses.

Con esto, además, en lo que va del año la inflación acumula una variación de 1,6%. Según el INE, nueve de las trece divisiones que conforman la canasta del IPC aportaron incidencias positivas en la variación mensual del índice, y cuatro presentaron incidencias negativas.

Entre las divisiones con aumentos en sus precios destacaron las alzas de educación (5,4%) con 0,227 puntos porcentuales (pp.), y vivienda y servicios básicos (0,8%), con 0,137pp.

Las divisiones restantes contribuyeron, en conjunto, con 0,258pp. Entre las divisiones que consignaron bajas mensuales en sus precios, destacó alimentación y bebidas no alcohólicas (-0,9%), con una incidencia de -0,200pp.

En cuanto las variaciones por productos, en las alzas destacaron la gasolina con un alza de mensual de 3%, el gas licuado subió 6% y la enseñanza universitaria escaló 5,7%.

Por otra parte, transporte aéreo bajó 20,8%, y las cecinas descendieron 3,4%. (Emol)

El mundo encabritado

La división geopolítica del mundo entre los Estados Unidos y la Unión Soviética tuvo como plataforma un “equilibrio del terror”, tácitamente nuclear. Ello sostuvo el orden global de la guerra fría.

Pese a sustos como el de la crisis de los misiles en Cuba (1962), ese orden impidió una tercera guerra termonuclear. Es decir, planetariamente superlativa. Sin embargo -o quizás por lo mismo-, la guerra clásica siguió dirimiendo conflictos entre potencias menores, con todos sus espantos y con apoyo visible o tácito de las potencias mayores. Paradigmática fue la larga y cruenta guerra de Vietnam

Con la implosión de la Unión Soviética ese orden se acabó. Tras el soñador veranito del “fin de la Historia”, el duopolio fue sustituido por una multipolaridad difusa y el club nuclear hoy tiene demasiados miembros (no todos registrados). Hoy se habla con desparpajo de “bombas nucleares tácticas”, mientras la tecnología produce armas equivalentes de alta letalidad y alcance. Como efectos paralelos, ya no hay disuasores creíbles que impidan el uso del arma total, las nuevas guerras afectan a las potencias nucleares y, de paso, liberan beligerancias en las potencias menores.

Guerras contagiosas

En el fragor de su “operación militar especial” contra Ucrania, el líder ruso Vladimir Putin se ha declarado dispuesto a emplear su panoplia nuclear y Volodimir Zelenski está pidiendo cupo en la OTAN. Según los expertos esto implicaría una expansión indescifrable del conflicto. Además, si el próximo presidente de los Estados Unidos es Donald Trump y vuelve a coquetear con Putin, la OTAN dejaría de ser lo que era y Ucrania tendría que resignarse a una alternativa de espanto: ser el epicentro de una guerra con armas nucleares ruso-europeas o resignarse a una negociación con Rusia desde posiciones de suma debilidad. Esto es, perdiendo territorios.

En Israel el sólo conteo de víctimas indica que la guerra asimétrica en Gaza dejó de ser una acción de represalia de un Estado polarizado contra la organización terrorista Hamas. Aquí la OTAN está fuera de juego (aún) y la ONU se limita a lo poco que puede: asistencialismo, recursos ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y acuerdos sobre tregua. En ese vacío de intermediación colectiva, Joe Biden se aleja de Netanyahu, precarizando la posición de Israel y aumentan las señales de expansividad bélica regional, con actores como Irán, Siria, Líbano y Yemen. Rizando el rizo, también hay poder nuclear efectivo en este escenario.

En el Asia Mayor el clima ominoso tiene a los habitantes de Taiwán con los nervios de punta. El efecto-demostración de la invasión rusa a Ucrania ya ha producido vistosos alistamientos militares de la República Popular China y de los Estados Unidos, unos para recuperar y otros para defender la isla. No sería prudente ignorar que en la vecindad de China está Corea del Norte, con un stock importante de armas y sistemas nucleares, que tiene sobre ascuas a Corea del Sur, Japón y Filipinas. Además, en cualquier mal momento puede endosarlos a Xi Jinping para su uso como reserva estratégica.

En ese contexto luctuoso y quebradizo, los conflictos bélicos en África, ex reducto colonial de Europa, se mantienen comparativamente encapsulados. Eso da una terrible tranquilidad a los proveedores de armas. Aquí salta la interrogante sobre nuestra América Latina que, pese a la doctrina Monroe, sigue siendo una suerte de Europa sub-20: ¿puede seguir luciendo como una región excéntrica, en términos de guerras?

América Latina desintegrada

Basta una panorámica de la región para concluir que el optimismo sería mal consejero. Las dictaduras y las guerrillas errantes producen acuerdos de mutua conveniencia, surge el sicariato -doméstico y exportable- como instrumento político, abundan las asonadas con chapa de “estallidos”, el narcotráfico ejerce su poder económico y decaen las democracias.

Nominativamente hablando, Haití ya ni siquiera existe como Estado viable, en Cuba la dictadura no puede alimentar a su población y en Nicaragua el matrimonio Ortega reproduce el todo poderío de la familia Somoza. La dictadura venezolana, por su lado amenaza militarmente a Guyana, endureciendo una vieja demanda sobre la región del Esequibo. Una guerra focalizada permitiría a Nicolás Maduro eludir elecciones limpias,  poner fuera de la ley a todos los opositores y seguir ignorando el impacto de sus millones de emigrantes en los sistemas políticos de los países receptores. Por cierto, cualquiera diría que ignora la experiencia del general argentino Leopoldo Fortunato Galtieri con su guerra de las Malvinas/Falklands.

Aquello no es todo. En Brasil hubo un conato de golpe de Estado en modo Trump, para impedir que Lula llegara al poder. Este, por su parte, aún apoya a algunos dictadores de la región mientras postula a un asiento permanente en el Consejo de Seguridad  de la ONU. En la mayoría de los otros países la polarización política ha debilitado las democracias representativas y, de arrastre, ha puesto en jaque la seguridad ciudadana. En tal contexto el crimen organizado se ha transnacionalizado y tienta a los ciudadanos con el Estado carcelero del salvadoreño Nayib Bukele. Ecuador es el más reciente paradigma. Por otra parte, gobernantes ideologizados -algunos con base política y social minoritaria- practican una injerencia temeraria. Los presidentes de México y Colombia solidarizaron con Pedro Castillo, expresidente peruano autogolpista y desconocieron a Dina Boluarte como sucesora legal. El Presidente de Chile intentó dar orientación política a dicha presidenta, pero retrocedió a tiempo. El expresidente boliviano Evo Morales, tras fracasar su intromisión plurinacionalista en Chile, apoyó “estallidos” secesionistas en el Perú, donde ahora es persona non grata. Su sucesor Luis Arce, pese a un rotundo fallo desfavorable de la CIJ, vuelve a demandar territorio marítimo a Chile, sin antes reasumir relaciones diplomáticas y a sabiendas de que el tema alerta al Perú.

Suma y sigue. Argentina vuelve a levantar el tema de la soberanía sobre las islas Malvinas/Falklands, que ya le costó una guerra perdida y cuya proyección hacia la Antártica -que afecta a Chile- hoy se ve más clara que ayer. En paralelo, los presidentes Gustavo Petro, de Colombia, y Javier Milei, de Argentina, se insultan a gusto, como si eso no gravitara en sus políticas bilaterales. Al cierre de esta columna, la policía ecuatoriana extrae un asilado desde la embajada de México y AMLO rompe relaciones con Ecuador.

Entretanto, por la grieta geopolítica que dejaron los Estados Unidos en la región siguen entrando Rusia, China e Irán, incluso en el estratégico mercado de las armas.

En resumen:

Bomba a la vista y a nivel global.

Demasiadas potencias mayores en guerra y en pie de guerra, demasiadas armas de gran letalidad, demasiadas dictaduras desafiantes, demasiadas polarizaciones que intranquilizan, demasiados criminales con vínculos políticos y demasiadas democracias que agonizan. La percepción de que Trump puede volver a  la Casa Blanca es un aliciente extra para los malandras.

Son tiempos oscuros que el Papa Francisco trató de exorcizar, en Semana Santa, aludiendo a “la inútil locura de la guerra que es siempre y para todos una sangrienta derrota”.

En el siglo pasado, por mucho menos, estallaron dos guerras mundiales. (El Líbero)

José Rodríguez Elizondo