Otro pacto de gobierno

Otro pacto de gobierno

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Si las fuerzas de centroizquierda no logran configurar una opción de gobierno que inspire confianza a la mayoría del país, no podrán culpar a nadie. Será la consecuencia directa de sus propios errores. ¿Cuáles? Haber validado un proyecto político -el rumbo y el programa bacheletistas-, que no pasó la prueba de la práctica; haber dilapidado el capital de credibilidad de los años concertacionistas, cuando el PS, la DC, el PPD y el PR gobernaron con método y racionalidad; haber hecho concesiones al populismo seudoprogresista en lugar de impulsar reformas bien pensadas, que consolidaran los avances de las décadas anteriores.

La factura es muy alta. Y lo será más si la Presidenta Bachelet busca asegurar que el próximo gobierno sea continuador del suyo. Al pedir a los partidos oficialistas que designen un candidato presidencial antes de marzo, el ministro Fernández es vocero de ese deseo de la Mandataria. Los más interesados en la “proyección” son, por supuesto, el PC, el MAS y la IC, que en estos años accedieron a posiciones de poder que nunca imaginaron, y ahora temen por el mal tiempo que puede venir. Nada indica, sin embargo, que una alianza invertebrada como la NM pueda mantenerse en pie, y mucho menos seguir gobernando.

Quienquiera que sea percibido como el candidato del continuismo tendrá escasas posibilidades. Allí radican precisamente las dificultades de Ricardo Lagos para decantar el perfil de su candidatura, es decir, para ofrecerle al país otra hoja de ruta y otra forma de gobernar sin que ello implique el quiebre con La Moneda. La Presidenta merece consideración por supuesto, pero el país necesita un cambio.

¿Habrá una nueva oportunidad para la centroizquierda? Únicamente si asimila las duras lecciones del extravío refundacional, esto es, que no se hace política democrática sumando demandas diversas y prometiendo cualquier cosa; que el estatismo no es lo que Chile necesita; y que sin crecimiento económico la inclusión social es puro discurso.

No es claro que llegue a realizarse una primaria de los siete partidos oficialistas. Ignacio Walker dijo a La Tercera (3/12/2016) que sería un profundo error que la DC participara en una primaria de la NM, porque no se le puede ofrecer al país más de lo mismo. “La NM no es una alternativa para el próximo gobierno”, sentenció.

En realidad, cuesta imaginar que en las filas de la DC surja una corriente que proponga repetir lo vivido. Por lo tanto, la presencia de un candidato democratacristiano en la primera vuelta de noviembre de 2017 es un escenario posible, que se vincula al deseo de muchos militantes de que la DC recupere su identidad. Walker dijo, en todo caso, que no se cierra a la posibilidad de apoyar a Lagos. “Incluso he dicho -afirmó-, que es la única variante que nos puede desviar de una opción propia”.

La centroizquierda solo podrá competir con alguna posibilidad de éxito si es capaz de articular una alternativa creíble de buen gobierno, definidamente comprometido con una vía coherente de progreso. Ello exige otro pacto político. (La Tercera)

Sergio Muñoz

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