La Organización Internacional del Trabajo (OIT) prevé que se pierdan en el segundo semestre del año un total de 590 millones de empleos a tiempo completo en todo el mundo como consecuencia de la crisis del coronavirus.
Lo anterior, supondría un descenso del 8,6% de las horas de trabajo en el cuarto trimestre (245 millones de empleos menos) y un descenso del 12,1% en el tercer trimestre (345 millones de empleos).
En la sexta edición del informe de la OIT sobre el covid-19 y el mundo de trabajo, con estimaciones actualizadas, indica que la pérdida de horas de trabajo conlleva un aumento del desempleo y de la inactividad y que el aumento de esta última es una de las principales consecuencias de la actual crisis laboral, «en la que es necesario hacer hincapié en el plano político».
Asimismo, puso de relieve que el cierre de lugares de trabajo sigue afectando adversamente a los mercados de trabajo de todo el mundo, «lo que redunda en la cantidad de horas de trabajo perdidas superior a la prevista». Los países de ingreso mediano bajo son los más afectados, según la OIT.
Por otro lado, apuntó que sigue siendo elevada la proporción de trabajadores que residen en países en los que se ha establecido algún tipo de cierre de lugares de trabajo, que se sitúa en el 94%.
También la entidad indicó que la gran cantidad de horas de trabajo perdidas ha propiciado «una notable pérdida de ingresos provenientes del trabajo».
De hecho, estima que en los nueve primeros meses del año, el total de los ingresos laborales ha disminuido en un 10,7%, lo que equivale a US$3,5 billones si se compara con el período entre enero y septiembre de 2019, excluidas las medidas de apoyo a los ingresos establecidas por los gobiernos.
«Al tiempo que redoblamos esfuerzos para vencer al virus, debemos adoptar medidas a escala lo antes posible para paliar sus efectos en los planos económico, social y laboral. En particular, fomentar el empleo y la actividad empresarial y garantizar los ingresos», dijo Guy Ryder, jefe de la OIT
MEDIDAS FISCALES APLICADAS
La Organización resaltó que las medidas fiscales puestas en marcha por muchos países para mitigar los efectos adversos del mercado laboral han tenido eficacia para sustentar los ingresos y las empresas. En esta línea, dijo que de no haberse aplicado ninguna medida de incentivo fiscal, la pérdida de horas habría sido, de media, del 28%.
«Una de las razones de estos aumentos estimados de las pérdidas en horas trabajadas es que, en los países en desarrollo y en los países emergentes, los trabajadores se han visto mucho más afectados que en las crisis anteriores, especialmente las personas que trabajan en la economía informal», señaló la OIT
Sin embargo, destacó que las medidas de incentivos fiscales se han aplicado de forma dispar en todo el mundo. Así, la brecha en materia de estímulo fiscal es de unos 982.000 millones de dólares (838.126 millones de euros) en los países de ingreso bajo o de ingreso mediano bajo.
«La brecha es equiparable a la cantidad de recursos que dichos países necesitarían para alcanzar el mismo valor promedio de incentivo fiscal, relativo a la pérdida de horas de trabajo, que se aplica en los países de ingreso alto», sostuvo la entidad.
«La brecha en materia de incentivo fiscal estimada para los países de ingreso bajo es inferior al 1% del valor total de las medidas de incentivo fiscal anunciadas por los países de ingreso alto», agregó.
MEDIDAS A ADOPTAR
Para la Organización Internacional del Trabajo, deben adoptarse «medidas de respuesta duraderas y eficaces» en el plano político para afrontar cinco retos, entre los que se encuentran armonizar y planificar las intervenciones en los planos sanitario, económico y social o velar por que las intervenciones en materia de políticas se mantengan en la justa medida y sean cada vez más eficaces y eficientes.
Pero también aboga por colmar lagunas en materia de incentivo fiscal en los países emergentes o en desarrollo, «lo que requiere fomentar la solidaridad internacional»; que se adopten medidas de apoyo en materia de políticas a los grupos más afectados o que se fomente el diálogo social como mecanismo «eficaz» para adoptar medidas de respuesta política frente a la crisis.
SITUACIÓN DEL EMPLEO DEL COMERCIO EN CHILE
Un golpe certero infligió la pandemia al empleo que genera el comercio, que es el principal rubro que da trabajo en el país con un 19% del total de ocupados. Sólo basta mirar la magnitud de la destrucción de plazas laborales en el trimestre mayo-julio, período en que la merma de 24,9% en el sector supera el 20,6% nacional.
Un estudio realizado por Quant Research y la Cámara Nacional del Comercio (CNC) sobre los ocupados formales detectó que la destrucción de puestos de trabajo durante la crisis ocasionada por el Covid-19 ha sido casi 6 veces superior a lo observado en las anteriores de 1997 (asiática) y 2008 (financiera).
Según el análisis, a cinco meses de iniciada cada crisis la caída en el empleo formal en el sector ha sido notoriamente mayor en la emergencia sanitaria (-19,6%) que en las crisis asiática (-3,2%) y financiera(- 2.5%).
¿Qué sucederá hacia adelante? En los casos de las crisis pasadas, el estudio plantea que a partir del quinto mes se inició el camino de recuperación del empleo, demorando alrededor de diez meses en retomar los niveles precrisis. Según el economista y director de Quant Research, Ramón del Piano, esto fue una respuesta rápida cuya velocidad fue superior a los 17 meses que demoró el mercado laboral total en reponerse.
GENERACIÓN DE EMPLEO
Lo que ocurra ahora no es claro. Para la gerenta del Departamento de Estudios de la CNC, Bernardita Silva, estos niveles de caída deberían ser el piso tanto en el empleo como en las ventas del sector.
No obstante aquello, advierte que es difícil saber cuánto se van a demorar en recuperar los trabajos porque hay muchas interrogantes: “No sabemos si va a haber rebrote y el origen de las crisis anteriores son distintos”. A ello agrega que habrá cambios en el escenario laboral dado el explosivo crecimiento de las ventas on line (que según los datos recopilados por la CNC crecieron a la fecha 148% desde que comenzó la crisis sanitaria).
Explica que la digitalización y la automatización -que en las otras crisis no estuvieron presentes- gatillará una reconfiguración del empleo en el comercio, en donde puede ser que no todos los puestos se recuperen.
“En esta crisis se vio un tema de digitalización muy fuerte, lo que va a acelerar la automatización de muchos empleos del sector. Entonces, ahí hay un cambio más bien estructural que vienen a influir en la recuperación de los empleos del sector que no teníamos en otras crisis”, señala.
Lo que proyecta es que se dará por una parte un cambio en el perfil del trabajador que se desempeñe en el rubro, mientras que otros migrarán a actividades como los servicios y transporte, por ejemplo.
Por su parte, Del Piano, espera que en velocidad replique el patrón, en el sentido de que la recuperación será antes que el empleo total.
Una presión adicional, eso sí, será lo que ocurra con quienes están hoy acogidos a la Ley de Protección al Empleo.
Esto porque, según Silva, la diferencia entre las caídas de las ventas presenciales y el empleo del sector comercio revela que la normativa ha sido eficaz en mitigar los despidos hasta ahora, pero ello supone un desafío para la recuperación. Las ventas presenciales del sector han sufrido una caída superior al 60% respecto de los niveles pre-crisis, mientras que el empleo formal lo ha hecho en menor magnitud. (Emol EFE DF)
