No ha sido una tarea fácil para la canciller Antonia Urrejola. Desde que fue designada en el cargo el 21 de enero, la ministra de Relaciones Exteriores ha dedicado buena parte de sus energías a afinar la nómina de embajadores y embajadoras para el nuevo periodo. Y si bien ya se dieron a conocer los dirigentes que representarán a Chile en organismos internacionales como la ONU (Paula Narváez) o la OEA (Sebastián Kraljevic), el proceso aún no llega a su fin y ha cruzado por las presiones de los partidos oficialistas.
Incluso antes de la designación del gabinete de Gabriel Boric, los partidos oficialistas venían -informalmente- proponiendo nombres para que fuesen considerados en las embajadas de mayor importancia.
La presión sobre la Cancillería y el propio Mandatario comenzó a crecer justamente luego de que comenzaran a filtrarse nombres que estaban en las nóminas preliminares. Ese fue el caso del exsenador socialista Juan Pablo Letelier, quien fue propuesto por el Partido Socialista para ocupar el cargo que ostentó su padre asesinado por la DINA en la embajada de Washington.
Si bien a inicios de marzo la posibilidad de que el socialista llegara a ese cotizado puesto era considerada como un hecho por fuentes del gobierno, el escenario cambió. Y sobre qué hay detrás de la decisión hay varias versiones. Una de ellas es que la opción de Letelier -quien no compitió en las pasadas parlamentarias al estar afectado por el límite a la reelección, generó ruido en algunos sectores de la coalición porque es una figura asociada a la Concertación y que tiene pocas redes en el Frente Amplio. En ese contexto, según las mismas fuentes, se hicieron diversas gestiones para que otros nombres fueran considerados en su reemplazo.
Y fue en medio de esas conversaciones que surgió el nombre del exembajador en Estados Unidos Juan Gabriel Valdés para quien el gobierno de Chile ya solicitó el beneplácito a Estados Unidos. En el PS aseguran que su nombre fue promovido por el expresidente Ricardo Lagos, aunque en Cancillería desmienten esa versión.
Otro de los candidatos de los partidos del Socialismo Democrático que quedó en carrera es el excandidato presidencial y excanciller, Heraldo Muñoz. Su partido, el PPD, lo propuso tanto para la embajada de Estados Unidos como para asumir la de Naciones Unidas.
El hecho de que en esta última destinación haya quedado en manos de la excandidata socialista Paula Narváez, generó molestia en la colectividad liderada por Natalia Piergentili, que considera que el exlíder de la colectividad tenía credenciales de sobra para asumir allí.
Tras la designación del gabinete el presidente Gabriel Boric evaluó la opción de que el líder del movimiento UNIR, Marcelo Díaz, asumiera como embajador en Buenos Aires, destinación que ocupó en el segundo gobierno de Michelle Bachelet antes de ser nombrado vocero.
Sin embargo, las posibilidades del ahora exdiputado se fueron extinguiendo con las semanas frente a la presión de los partidos por esa embajada clave. Así es como el gobierno definió que al cargo quedara en manos de la expresidenta de la CUT, Bárbara Figueroa (PC). De hecho, Chile ya pidió a Argentina el denominado “agreement”.
Su nominación ha generado críticas al gobierno del Presidente Boric, principalmente desde la derecha. En ese sector acusan al Mandatario a haber faltado a la verdad cuando dijo que no utilizaría las embajadas como “premios de consuelo”. Cabe destacar que la líder comunista compitió en las elecciones del año pasado para ser constituyente y había sonado como posible ministra o subsecretaria del gabinete, lo que finalmente no se concretó.
“Una nueva designación que no se entiende: ¿Cuál sería el argumento para que Bárbara Figueroa de la CUT sea embajadora de Chile en país clave como Argentina? No más improvisación y cuoteo por favor. RT para exigir a @gabrielboric que corrija este error”, cuestionó a través de Twitter el secretario general de RN y diputado, Diego Shchalper, mientras que José Antonio Kast (Partido Republicano) calificó la nominación como “absurda”.
El presidente del PC, Guillermo Teillier, salió a contrarrestar las críticas a la dirigenta. “Si es así, a mí me parece muy bien. Ella se lo merece, tiene todas las capacidades y va a contribuir a la relación entre Chile y Argentina”, dijo el exdiputado, agregando que “ese es el griterío de aquellos que no pueden soportar que una mujer trabajadora que ha sido protagonista de la lucha del pueblo de Chile sea nombrada embajadora”. (La Tercera)
