No son errores administrativos-Pablo Eguiguren

No son errores administrativos-Pablo Eguiguren

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El martes de la semana pasada las redes sociales explotaron cuando se hizo público el cambio de nombre del Gabinete de la Primera Dama a “Gabinete Irina Karamanos”. Este cambio incluyó un nuevo dominio (www.gabineteirina.cl, adquirido el 12 de marzo), y cambios en la página web del gobierno, donde “Gabinete Irina Karamanos” figuraba sobre los 24 Ministerios y debajo de “Presidente de la República de Chile”. Al día siguiente de la polémica, y tras una ola de críticas, el gobierno echó atrás el cambio y a través de un comunicado señaló que lo sucedido había sido un “error administrativo”.

Además de lo poco creíble del comunicado del gobierno llama la atención que, nuevamente, las autoridades evadan la responsabilidad de sus errores y busquen camuflarlos como si fueran errores administrativos o culpa de sus asesores. Algo similar pasó cuando la ministra del Interior, Izkia Siches, entregó información falsa con respecto al avión de inmigrantes venezolanos deportados. Luego del bochornoso episodio, el gobierno acusó a la ex subdirectora de Migraciones, funcionaria de carrera desde 1996, de haber entregado “información errónea” a Interior.

Sin embargo, lo más grave del “KaramanosGate” no son las explicaciones burdas del gobierno de Boric. Lo más grave de este episodio es que, una vez más, el actual gobierno incumple una promesa de campaña que apunta a su esencia generacional y simbólica, dañando gravemente su credibilidad. “Vamos a abolir esa institución (Primera Dama) y generaremos una instancia que sea transparente, en función de méritos y de carreras funcionarias, y no de lazos de sangre o afinidad con el Presidente” había señalado el candidato Boric en julio de 2021. “Hay que darle un giro diferente y más contemporáneo a este rol, despersonalizarlo” declaró la misma Karamanos en enero de 2022. El gobierno no solo incumplió la promesa de abolir el cargo de Primera Dama, sino que además llegó al absurdo de personalizar al extremo el cargo, transformándolo durante casi 3 meses (mientras la opinión pública desconocía el cambio) en una institución cuasi monárquica.

Esta promesa incumplida se suma a un largo listado de decepciones. “Reformaremos y modernizaremos el empleo público […], para que el ingreso al servicio público se defina por mérito y no por pituto” prometió el candidato Boric en diciembre de 2021. Poco se demoró el Presidente en nombrar a candidatos perdedores de las últimas elecciones en embajadas claves, como Sebastián Depolo en Brasil (RD, candidato derrotado al Senado) y Bárbara Figueroa en Argentina (PC, candidata derrotada a la Constituyente). Una investigación realizada por El Líbero identificó que 126 de las 411 personas que ocupan cargos claves en la administración Boric perdieron una elección entre 2020 y 2021. Es decir, uno de cada 3 cargos de primera línea fueron un premio de consuelo.

“Nos comprometemos a reducir el sueldo de las altas autoridades y asesores designados de confianza a no más de 10 veces el sueldo mínimo, que esperamos sea $ 500.000” dijo el candidato Boric en noviembre de 2021, en un claro guiño a las 900 mil personas que votaron por Parisi, quien proponía una medida similar en su programa. Sin embargo, un artículo de La Tercera mostró que más de 80 funcionarios de La Moneda ganan más de $5 millones, destacando al entonces jefe de gabinete de la Ministra Siches, Roberto Estay, con un sueldo de casi $7,5 millones. Si ni siquiera los asesores que trabajan en el entorno más cercano del Presidente Boric cumplen con el compromiso de campaña, ¿qué queda para el resto?

Estos no son errores administrativos. Estos son hechos concretos que muestran que la nueva generación que prometió cambiar las viejas prácticas de la política cayó en exactamente los mismos vicios. Una generación política que, además, ha mostrado una inexperiencia y soberbia que la tiene cayendo en errores no forzados e improvisaciones todas las semanas. No es de extrañar entonces que, a pesar de su votación histórica, Boric sea el Presidente peor evaluado en sus primero 100 días de gobierno. (El Líbero)

Pablo Eguiguren