La desaceleración que ha mostrado el PIB de Chile en los últimos años ha empezado a levantar un debate en torno al riesgo de que la economía entre en el terreno de una recesión técnica.
El BBVA fue una de las instituciones que alertó sobre esa posibilidad y también economistas como Jorge Desormeaux (más abajo). Pero no son los únicos ya que Moody´s ve una probabilidad mayor al 50% de que esto ocurra.
«Si consideramos la definición técnica de recesión -que es cuando se dan dos trimestres de crecimiento negativo en la actividad económica- pues yo que creo que efectivamente las probabilidad de que Chile presente estos dos trimestres negativos es alta, yo diría mayor del 50%», dijo Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics.
En conversación con radio Infinita, el economista hizo este cálculo, considerando «la profundización» de la debilidad económica del país. «Yo creo que no hay que descartarlo», dijo el experto.
Sin embargo, Coutiño advirtió que la posibilidad de dos trimestres de contracción sería «muy ligera» y marcaría el piso del ciclo, «donde la actividad económica estaría aterrizando, estaría tocando el suelo».
Pese a hablar de «caída estrepitosa de la economía» chilena, el experto de Moody´s prácticamente descartó la posibilidad de una recesión prolongada.
«Yo creo que sería más que nada un efecto aritmético que se estaría produciendo por los bajos niveles de producción que está teniendo la actividad pero que sería algo como tocar el piso y empezar a levantarse más adelante, por supuesto, de manera muy moderada, muy ligera», sostuvo.
La desaceleración de la economía no le ha significado una rebaja en la carga laboral a Jorge Desormeaux. Este economista de la Universidad Católica, con post grado en el MIT, asesora a algunas de las principales empresas a nivel local, las cuales se encuentran construyendo sus presupuestos para el 2017. “Septiembre es un mes súper intenso. Hay muchos temas dando vuelta”, señala desde su oficina en el exclusivo edificio El Golf 99.
Y uno de esos temas y que captó la atención del ex vicepresidente del Banco Central fue la publicación del Informe de Política Monetaria (IPoM) la semana pasada, en el cual el emisor recortó el rango de crecimiento esperado para el próximo año y advirtió de una actividad que no mejora, en el que probablemente fue el último discurso de Rodrigo Vergara como presidente del organismo.
“El mensaje fue muy valioso y me parece que fue bien recibido, un discurso de despedida que va a quedar en la historia de las presentaciones del IPoM”, señala Desormeaux sobre su colega, quien lo reemplazó en el Consejo a fines del 2009.
– ¿Le sorprendió el escenario planteado por el Central?
– El escenario es realista y se ajusta a las proyecciones de crecimiento que tiene el mercado, aun cuando las proyecciones del banco están un poco más cerca de las más optimistas.
– ¿Qué hay implícito? ¿Un estancamiento de la actividad?
– Es un poco más complejo que eso. La verdad es que si no hubiera habido una revisión de los datos del primer semestre, habríamos tenido una revisión importante hacia abajo en este IPoM. Porque claramente el crecimiento del segundo semestre va a ser muchísimo más débil.
– ¿Le sorprendió el tono del discurso de Rodrigo Vergara? ¿Fue más político que en otras oportunidades?
– Francamente sí, fue una sorpresa porque el Banco Central en general es extraordinariamente cauto en sus juicios, y siempre tiene mucho cuidado de no invadir terrenos ajenos. Pero encontré que lo que hizo Rodrigo fue una justa combinación de prudencia, pero también de gran responsabilidad al hacer presente su preocupación por la fuerte presión que existe sobre las políticas contracíclicas. Él advierte que hay que tener cuidado en este sentido, porque las políticas contracíclicas a lo más pueden suavizar el ciclo, no eliminarlo, y que esas políticas también tienen límites. Y cuando se abusa de esos límites uno arriesga la pérdida de credibilidad.
– ¿Vergara está considerando que los factores internos están pesando más en la economía?
– No, creo que él nunca abordó el tema de cuánto es externo y cuánto interno.
– Y usted, en particular, ¿cree que pesa más lo interno?
– La pregunta es cómo podemos realmente mejorar de aquí en adelante. Creo que el escenario externo va a mejorar, pero marginalmente, no hay que hacerse grandes ilusiones. Las perspectivas de la economía mundial apuntan a que será un crecimiento bastante mediocre tanto este año como el próximo. Sí, habrá una mejora, como lo apunta el Banco Central, pero diría que el gran potencial para que la economía chilena pueda tener un mayor crecimiento en 2017 está en mejorar las expectativas internas.
Ahí hay un enorme potencial, las empresas tienen recursos y proyectos, casi todo lo necesario todo para crecer y contratar. Lo que les falta es un horizonte de estabilidad y todos sabemos de qué cosas depende eso: de que el futuro sea más predecible y que haya menos incertidumbre. Y la verdad es que lamentablemente no hay disposición de parte de las autoridades de ir cerrando los temas abiertos. Si realmente tuviéramos una preocupación genuina por el crecimiento, la verdad es que deberíamos estar muy preocupados de ir cerrando temas.
– ¿Cuánto espacio tiene el gobierno para lograr que la economía repunte?
– La gente tiene que sentir que la racionalidad económica prevalece por encima de la racionalidad política. Desde que se inició este gobierno, la lógica política ha prevalecido sobre todas las demás y eso naturalmente genera una gran inquietud.
– ¿Hay espacio para crecer al techo del rango (2,75%) para el próximo año?
– Yo podría imaginarme escenarios en los cuales alcancemos el techo de la proyección del BC de 2,75%, pero son escenarios que tienen una muy baja probabilidad hoy, dada la poca disposición del gobierno a hacer primar la racionalidad económica. Pero hay que concentrarse más bien en el centro del rango (2,25%).
– El Central modera su proyección, pero sigue esperando una caída de la inversión este año. ¿Es factible?
– En el primer semestre hubo fenómenos puntuales que impulsaron positivamente la inversión, particularmente en el segundo trimestre. Eso no se va a repetir en el segundo semestre. Además, el Banco Central anticipa que la inversión en el sector construcción se seguirá debilitando. Cuando se suman ambas cosas, la inversión tendrá una caída en el segundo semestre y una pequeña caída en el año como un todo.
– Después del débil Imacec de julio, ¿será el tercer trimestre peor a lo esperado?
– El Imacec de julio fue muy bajo, pero hubieron algunos factores puntuales que incidieron, específicamente en el sector manufacturero. Y hubo un día hábil menos en relación al año anterior. La minería creció desestacionalizadamente en julio y tendrá bases de comparación más favorables a futuro. Por ello cabe esperar tasas de crecimiento un poco más altas en agosto y septiembre.
Pero no cabe duda que cuando uno analiza los fundamentales del consumo y la inversión, estos no se ven favorables. El consumo se está debilitando debido al deterioro del mercado laboral. Además, las expectativas empresariales y de consumidores están llegando a niveles sin precedentes. Todos los indicadores nos dicen que la economía va a ir perdiendo dinamismo a medida que transcurra el año.
– ¿Existe la posibilidad de una recesión técnica?
-Sin duda, ya el segundo trimestre el PIB experimentó un crecimiento intertrimestral negativo. De manera que dependiendo del crecimiento desestacionalizado que veamos en agosto y septiembre, el país podría caer en una recesión técnica. Es una señal que espero genere una reacción a nivel de las autoridades. Porque hay mucho discurso respecto de la importancia del crecimiento, pero eso no ha sido acompañado de decisiones de política que reflejen que esto es algo que se toma en serio. La autoridad está priorizando otras cosas.
– ¿Cuánto se juega el ministro Valdés en el Presupuesto?
– Es su gran prueba de fuego. Él ha tenido episodios que deben haber sido muy ingratos. El ministro de Hacienda sólo recibe críticas y acumula muchos enemigos, haciendo algo que está directamente relacionado con el bienestar del país.
Si a la política fiscal le pedimos hoy un estímulo mayor, eso tendrá un efecto negativo que puede anular completamente el estímulo inicial. Porque esto pondría al país rápidamente en perspectiva negativa de las agencias clasificadoras de riesgo, elevaría el costo del crédito y eso tendría un efecto negativo para la inversión. Esto no es tan difícil de explicar, pero hay gente que no quiere escuchar.
TASA: LA PREOCUPACIÓN DEL BC
– ¿Los riesgos externos ameritan una TPM estable?
– El banco está muy preocupado porque el progreso que han tenido en materia inflacionaria se relaciona mucho con la apreciación del tipo de cambio, y esa es una variable que no controlamos. De hecho, en el momento en que nos acerquemos a un alza de tasas en EEUU, el tipo de cambio en Chile se va a depreciar. El Banco Central tiene claro que los avances que ha logrado en materia inflacionaria tienen algo de precariedad.
Además, señala que las holguras de capacidad de la economía son mucho menores de lo anticipado. En el fondo, el arsenal que teníamos para moderar las presiones inflacionarias es menor de lo previsto. La propuesta de mantención prolongada de tasas es muy conservadora porque el BC entiende que las condiciones para una baja sostenida de la inflación aun no están presentes. Pero en la medida que las holguras de capacidad se amplíen y la inflación más persistente comience a dar señales de desaceleración, se abre la posibilidad de introducir una rebaja de tasas. (DF)


