“Creo que esa carta es hacer trampa, tiene que ver con tratar de camuflar, disfrazar su condición de un hombre que está mucho más preocupado de su vida personal y que tiene gran egoísmo con la centroizquierda”, opinó este jueves el aspirante a La Moneda del Partido Progresista (PRO), Marco Enríquez-Ominami.
El político reaccionó así al texto de siete páginas que habría hecho circular el comando de su oponente, Alejandro Guillier, en el que pediría a sus redes de campaña que resalten la figura del senador, refuercen su vínculo con el legado y figura de la Presidenta Michelle Bachelet y sostengan que un nuevo gobierno del abanderado de Chile Vamos, Sebastián Piñera “es un riesgo para el país, entre otras directrices.
“Esa carta es para corregir lo que él sabe, que es un pecado. Él ha cometido un pecado”, aseguró el presidenciable progresista, subrayando que a la centroizquierda “no nos puede dejar indiferentes que el candidato de ellos no haya querido votar por Bachelet en 2005 y haya preferido a Piñera que a Frei en 2009.
Meo también le recordó a Guillier que “no es de centroizquierda alguien que por 15 años trabaja para las isapres, no nos ayuda, nos deja solos”, añadiendo que el texto divulgado por El Mercurio finalmente “es hacerle un favor a Piñera”, porque el abanderado del PS, PPD, PR, PC e IC “no es de centroizquierda”.
Añadió que la misiva del comando del senador por Antofagasta “es de alguien que está muy inseguro” del resultado que pueda obtener el 19 de noviembre y por ello insistió en su invitación a él y a las candidatas del sector, Carolina Goic (DC) y Breatriz Sánchez (Frente Amplio) a un debate de propuestas para que los electores afines, los indecisos y los independientes decidan informados por quién votarán.
“Ya que Piñera no quiere ir a los debates ofrezcámosle al país esta gran primaria que no se hizo para que la gente decida. Esta elección es difícil para mí pero más para los electores. Yo estoy dispuesto al máximo de sacrificio para la segunda vuelta. Cuál es la final que quieren los chilenos una peleada o una que ya se sabe el resultado”, planteó Enríquez-Ominami. (



