La escasez de insumos médicos en hospitales y centros de atención primaria se ha agudizado en las últimas semanas debido a la falta de confianza de los proveedores, quienes arrastran meses de deudas impagas por parte del sistema público de salud. Este problema ha generado una seria preocupación, ya que insumos vitales como la insulina podrían no llegar a tiempo a pacientes que los necesitan. Aunque se han realizado reuniones en el Ministerio de Salud (Minsal) y el Parlamento para abordar la situación, la deuda sigue siendo significativa.
La deuda solo del Minsal, a través de Fonasa y Cenabast, con sus proveedores asciende a unos 150 millones de dólares. Esta cifra se dispara a casi 500 millones de dólares si se incluyen las deudas acumuladas por las municipalidades y corporaciones municipales. La situación más detallada la presenta la Asociación de Dispositivos Médicos de Chile (Adimech), a quienes se les deben más de 86 millones de dólares. De esta suma, 7,3 millones de dólares tienen más de 180 días de atraso, y la agrupación reporta un problema aún mayor: una «deuda oculta» de más de 21,5 millones de dólares por productos ya utilizados sin la documentación formal de orden de compra. La deuda de Adimech ha crecido un 99,7% entre mayo y septiembre.
Ricardo Cortés, presidente de Adimech, alertó que el sistema público de salud funciona actualmente «a crédito de los proveedores» y que muchas empresas están «al borde del colapso financiero». Subrayó que si el Estado no paga, se interrumpe la cadena de suministros, lo que representa un «riesgo inminente para la continuidad del sistema de salud». Cortés insistió en que el Presupuesto 2026 debe basarse en cifras reales para pagar las deudas, asegurar el abastecimiento y evitar que esta crisis financiera derive en una emergencia sanitaria mayor.
La preocupación es compartida en el Parlamento, donde el tema ha sido abordado en la Comisión de Salud del Senado. El senador socialista Juan Luis Castro calificó la deuda como «multimillonaria» y afirmó que el fisco no puede ser un «mal pagador» que está llevando a los hospitales a un «virtual colapso financiero». Por su parte, el presidente de la comisión, Ivan Flores (DC), señaló que la crisis es «sin precedentes» y tiene a algunos proveedores al borde de la quiebra. Lo más grave, indicó Flores, es que el quiebre en la cadena de suministro amenaza con impedir las atenciones de salud por falta de insumos críticos, más allá del problema de las listas de espera.
En respuesta, el Ministerio de Salud, a través de la subsecretaría de Redes Asistenciales, reconoció el desafío y señaló que han implementado medidas de optimización que han permitido reducir el crecimiento del gasto hospitalario por primera vez en más de una década. El Minsal indicó que la deuda al cierre de septiembre era de 260 mil millones de pesos (cifra diferente a la reportada por los proveedores), lo que representa una disminución del 19% respecto al año anterior, y que más de la mitad corresponde a deuda dentro de los plazos legales de pago. El ministerio confirmó que está trabajando en una «mesa de conciliación de deuda con las Asociaciones de Proveedores» para revisar caso a caso y establecer planes de pago responsables.
Finalmente, el Minsal destacó que el Presupuesto 2026 incorporará más de 370 mil millones de pesos adicionales para la normalización del gasto en bienes y servicios hospitalarios, lo que, según la entidad, es el mayor reconocimiento presupuestario del déficit estructural en una década, buscando abordar el creciente gasto en salud por el aumento de demanda y complejidad asistencial. (NP-Gemini-Bio Bio-Josefina Ossandón)



