La noche del martes comenzaron los telefonazos y recriminaciones entre diputados RN. Ximena Ossandón había distribuido una carta en la que acusaba al sector liberal de la bancada de creerse «dueños de la verdad» y con «superioridad moral» por sus ideas. La parlamentaria emplazaba directamente a su par, Marcela Sabat.
Molesta, la diputada se quejó ante el presidente del partido y recriminó ayer en plena Sala a Ossandón, quien se mostró arrepentida. La discusión no quedó ahí, y aunque varios pidieron bajar el perfil a la disputa, en el almuerzo los cuestionamientos se multiplicaron.
La forma de la crítica, a través de un documento público y con mención explícita de una integrante de la bancada, fue lo que generó mayor debate. «La ropa sucia se lava en casa», le habrían dicho. Aunque algunos reconocieron compartir la visión de Ossandón, coincidieron en que la acción fue equivocada.
«Que exista una sola verdad es lo que no compartimos. Por eso postulamos nuestras ideas en base a la diversidad. Es importante entender que hay distintas realidades y distintas verdades», señaló Sabat. La parlamentaria llamó a dejar «la imposición» y pasar a la «inclusión de ideas». «Se trata de construir un espacio en el que todos quepamos», agregó.
Asimismo, Andrés Longton, también de los «liberales», manifestó que las palabras de Ossandón «no les hacen bien al partido y al clima de unidad», sino que «empiezan a abrir heridas en el partido».
«Nos invalida como sector de RN, que puede ser minoritario dentro de la bancada, pero representa a gran parte del país. Un sector que quizás no se sentía escuchado, hoy tiene parlamentarios que lo representan. No hay ninguna superioridad moral», agregó. (El Mercurio)



