En la siguiente columna, el analista electoral, Pepe Auth, sostiene que la regla general será que la elección de gobernador se resuelva en segunda vuelta, con muy pocas excepciones, lo que hace aumentar el peso de la dimensión plebiscitaria al gobierno de turno. Con los datos de hoy, y faltando la nómina de listas y candidaturas, casi todas las elecciones de gobernador tienen alto nivel de incertidumbre del resultado, salvo la Región Metropolitana y Magallanes, donde parece relativamente asegurada la reelección de los actuales gobernadores.
«Ésta será la segunda vez que el país elija gobernadores regionales y será la primera con voto obligatorio. En sólo dos regiones la elección se resolvió en primera vuelta, con un nivel de participación relativamente alto, porque la elección de convencionales para la nueva Constitución atrajo muchos electores además de potenciarse con la elección de alcaldes y concejales.
Las 14 restantes debieron ir a segunda vuelta para dirimir entre las dos primeras candidaturas, lo que ocurrió con un nivel de participación paupérrimo, a tal punto que en muchos casos los candidatos ganadores obtuvieron menos votos de los que habían conseguido en primera vuelta.
Las votaciones recibidas por los gobernadores de participación en el plebiscito de diciembre pasado son muy insuficientes para dar certeza de sus niveles de apoyo. En el caso de Aysén y Valparaíso, cuyos gobernadores obtuvieron más de 40% y fueron electos en primera vuelta, la participación aumentará presumiblemente un 80% y un 100%, respectivamente, si se repite la concurrencia a las urnas del plebiscito de diciembre pasado.
Respecto de la elección de segunda vuelta en la que fueron electos la mayoría de nuestros actuales gobernadores, la participación podría crecer desde 220% en la Región Metropolitana a 560% en la región del Maule.
La votación de los triunfadores en primera vuelta es pequeña respecto de los votantes que presumiblemente concurrirán a las urnas en octubre próximo: 20,4% en el caso de Valparaíso y en el de Aysén 27,7%.
Pero en el caso de quienes debieron ir a una segunda vuelta la significación de sus votos previos respecto del previsible volumen de votos de la próxima elección es dramáticamente menor: 8,7% en Maule, 9,1% en Atacama, 9,7% en O’Higgins, 9,8% en Ñuble, 10% en la Araucanía, 10,1% en Tarapacá, 11,4% en Antofagasta, 12,4% en Coquimbo, 14,2% en Arica, 15,2% en Los Ríos y 16,3% representan los votos del gobernador de la Región Metropolitano respecto del número previsible de votos el 27 de octubre próximo. Esto le introduce un nivel de incertidumbre completamente inédita a la elección de gobernadores y alcaldes del 27 de octubre.
Resultados de 2021
En todas las regiones, a excepción de La Araucanía, perdieron las candidaturas que representaban al gobierno, cualquiera sea el signo político del candidato opositor. Esto, a pesar de la dispersión del voto opositor, pues hubo varias candidaturas de partidos opositores en casi todas las regiones.
La Democracia Cristiana eligió 4 gobernadores de sus filas: en las regiones Metropolitana, de Arica y Parinacota, del Maule y de Los Lagos.
El Partido Socialista eligió también 4 gobernadores: en las regiones de O’Higgins, Ñuble, Los Ríos y Aysén.
El Frente Amplio logró elegir 2 gobernadores: el independiente líder de Modatima en la región de Valparaíso y el candidato de Comunes en Tarapacá.
El PR eligió como independiente al ex intendente del gobierno de Bachelet en la región de Magallanes.
El PRO eligió al gobernador de la región de Antofagasta, dentro de la lista de la exConcertación.
El Partido Ecologista Verde consiguió la gobernación de Coquimbo en segunda vuelta contra el candidato de la alianza de gobierno.
Finalmente, resultaron electos dos candidatos independientes fuera de pacto. Un exmilitante DC en Biobío y un exsocialista en Atacama.
La derecha, entonces en el gobierno, sólo logró ganar y gobernar la región de La Araucanía, en segunda vuelta remontando la ventaja del candidato del PPD, en una elección marcada por la demanda de seguridad.
Candidaturas y listas para octubre
Un elemento decisivo para poder anticipar un probable resultado es el elenco de candidaturas y la capacidad de los distintos sectores para reducir su fragmentación, aunque este último factor no tiene la relevancia de la elección de alcaldes, porque existe la posibilidad de segunda vuelta, en caso de que ninguna candidatura alcance el 40% de los votos.
Hasta ahora sabemos que la decisión del Partido Republicano es presentar candidaturas propias en todas las regiones, lo que responde a la necesidad de marcar su diferencia al interior de la derecha y posicionar a sus candidatos para elecciones posteriores, particularmente la legislativa que le sigue.
Chile Vamos, por su parte, presentará su propia lista en todas las regiones, aunque todavía no tiene acuerdo entre sus 3 partidos en la nómina de candidaturas faltando 7 semanas para la inscripción definitiva.
El recién creado Partido Social Cristiano, motivado por las mismas razones que Los Republicanos, presentará también una lista propia de candidaturas a los gobiernos regionales, seguramente en las 16 regiones.
Demócratas y Amarillos replicarán seguramente su alianza de la elección de alcaldes y concejales a la de gobernadores regionales, presentando seguramente sus candidaturas propias en las regiones donde están constituidos legalmente.
Todo indica que se repetirá la situación de 2021, cuando los opositores concurrieron a esta elección en lista separadas, compitiendo entre sí por el pasaje a segunda vuelta para enfrentar a la candidatura oficialista.
En el oficialismo tampoco parecen soplar vientos de unidad en este ámbito, aunque en su caso la presentación de una sola lista puede ser determinante para su resultado, porque correría el riesgo de quedar fuera de la segunda vuelta en algunas regiones en caso de competir en dos o más listas. Por lo mismo, se puede esperar una presión irresistible de parte del gobierno para que sus partidos concuerden candidaturas únicas en todo el país.
Pronóstico preliminar
- Fue tan catastrófico el resultado de 2021 para la derecha en materia de gobernadores (uno solo de los 16), que tiene asegurado que avanzará significativamente con el consiguiente retroceso del gobierno.
- De nuevo la regla general será que la elección de gobernador se resuelva en segunda vuelta, con muy pocas excepciones, lo que hace aumentar el peso de la dimensión plebiscitaria al gobierno de turno.
- Con los datos de hoy, y faltando la nómina de listas y candidaturas, casi todas las elecciones de gobernador tienen alto nivel de incertidumbre del resultado, salvo la Región Metropolitana y Magallanes, donde parece relativamente asegurada la reelección de los actuales gobernadores.
- La Democracia Cristiana, aunque eligió cuatro, tiene sólo dos gobernadores que van a la relección: Arica-Parinacota y El Maule. El Gobernador de Los Lagos renunció a su partido y no se presenta a la reelección. El de la RM también renunció a su condición de militante y está buscando patrocinios para presentarse como candidato independiente fuera de pacto, aunque es probable que retroceda para ser candidato en la lista de centroizquierda, si la hubiera.
Arica y El Maule tienen una reelección difícil. En Maule, su actual gobernadora compitió en segunda vuelta con el ahora diputado Francisco Pulgar en calidad de independiente fuera de pacto. Ahora competirá en segunda vuelta con un candidato de oposición, en una región que ha batido todos los récord en materia de rechazo al gobierno y voto favorable a la oposición desde las parlamentarias en adelante.
Con los datos de hoy, mi pronóstico es que la DC retrocede significativamente en gobernadores regionales.
- El Partido Socialista presentará a sus cuatro militantes a la reelección y patrocinará la candidatura del actual gobernador de Atacama, ex PS elegido como independiente fuera de pacto. Le resultará muy difícil al PS mantener todas sus gobernaciones, particularmente las de O’Higgins y Ñuble, por los resultados electorales favorables a la oposición en las últimas elecciones y por la dimensión de plebiscito al gobierno que inevitablemente adquirirá gravitación a la hora de determinar el voto de las personas.
- El Frente Amplio apoya al gobernador de Valparaíso elegido en su lista en 2021, que puede reelegirse, aunque ahora con mayor dificultad e incertidumbre. Por otro lado, será difícil que el Frente Amplio, cualquiera sea el candidato, derrote a la derecha en Tarapacá. Tampoco parece tener opciones claras de ganar nuevas gobernaciones, porque en segunda vuelta les será muy difícil ganarle a la candidatura de la oposición.
- En Antofagasta resultó electo un gobernador respaldado por el PRO en la lista de centroizquierda con 72% de los votos en segunda vuelta contra la derecha y ahora se presenta a la reelección apoyado por el PPD. Se repetirá sin duda la fragmentación característica de los liderazgos de esta región y una competencia eventual con la derecha en segunda vuelta es de resultado incierto.
- La candidata del Partido Ecologista Verde que resultó elegida en 2021 en segunda vuelta contra un personero de derecha en la región de Coquimbo, tiene una reelección muy difícil, luego de conseguir el récord de que la unanimidad de los Cores solicitara su destitución al Tribunal Electoral. El PC y el FA buscan representar al oficialismo que en esta región podría ganarle a la oposición en segunda vuelta.
- La Araucanía, única región gobernada por la derecha, será muy probablemente desafiada por la candidatura independiente de René Saffirio, exalcalde de Temuco y exdiputado de Cautín, lo que le imprime a esta elección algún grado de incertidumbre en el resultado.
- La oposición tiene garantizado su incremento significativo. Porque disputará con alguna opción 14 de las 16 regiones y perfectamente podría terminar eligiendo entre 6 y 10 gobernadores regionales. La mayor parte provendrá de la lista de Chile Vamos, pero Republicanos elegirá muy probablemente algunos de ellos. Estos podrían ser quienes avancen a segunda vuelta contra los candidatos oficialistas en dos a cuatro regiones.
- El hecho de que como norma general haya segunda vuelta en la elección de gobernadores, sumado a la magnitud y extensión del territorio involucrado, así como el desconocimiento del rol y atribuciones del cargo, hace que las características personales de los candidatos y su gestión cedan gravitación en la determinación del voto a la dimensión de plebiscito al gobierno en mayor medida que la elección de alcaldes. De ello depende en gran medida el resultado de octubre. (Ex Ante)