Las causas de ingreso a estos programas son en un 90% negligencia parental, violencia intrafamiliar, maltrato o vulneraciones graves en la esfera de la sexualidad. Ignorar esta realidad y no hacer una reflexión seria respecto de la familia, de la niñez, las comunidades y del sistema social y económico que nos rige constituye un verdadero desastre social.
En este contexto, resulta indispensable valorar el trabajo del Servicio Nacional de Protección, de la Subsecretaría de la Niñez con sus campañas preventivas, de la Unicef, y por supuesto de la Iglesia Católica. Pero sus esfuerzos serán insuficientes si el país no pone a la niñez en el primer lugar de la agenda pública y política.
La mayor prevalencia de casos se concentra en las grandes urbes, particularmente en las regiones Metropolitana y de Valparaíso.
Poner el tema de la niñez en el centro no es solo un imperativo moral, es una urgencia nacional. Ellos son el futuro y nuestra esperanza, por lo que requieren nuestro compromiso hoy.
Fernando Chomali G.
Cardenal, Arzobispo de Santiago



