El exparlamentario y exministro Pablo Longueira analiza el escenario político actual, calificando la primera vuelta como «por lejos, la derrota política y cultural más grande de la izquierda desde el retorno a la democracia». Asegura que las derechas tienen una «oportunidad única para capturar políticamente el centro», especialmente con la hegemonía de la izquierda liderada por el eje Frente Amplio-Partido Comunista (FA-PC).
Longueira considera que, de no ocurrir un «hecho insólito, inesperado y de gran impacto», el escenario de segunda vuelta está «completamente resuelto» a favor de José Antonio Kast. Argumenta que la elección tiene una «energía política del 60/40», dado que el 70% de los votantes en primera vuelta fue opositor.
El exmilitante UDI estima que Kast sumaría cerca del 59% de los votos. Este cálculo incluye su votación de primera vuelta junto a Kaiser, más un 60% de los votantes de Parisi y un 75% de los votantes de Matthei. Proyecta que el triunfo de Kast se ubicará en «60+/-2%» si se realiza una buena campaña, resumiendo la estrategia en «Unidad y hacer bien las cosas».
Aunque no aconseja menospreciar a la candidata oficialista, Jeannette Jara, sostiene que el clima y la energía electoral instalada tras la primera vuelta es muy difícil de revertir.
Para asegurar un segundo mandato presidencial en 2030, Longueira enfatiza que no basta con un buen gobierno. Es crucial formar desde ahora una gran coalición política que agrupe al 62%, incluyendo desde Libertarios hasta el PDG, manteniendo la diversidad bajo un proyecto común para dar estabilidad al país.
Sobre Chile Vamos, Longueira critica que nunca operó como una coalición política, sino solo como un pacto electoral sin liderazgo ni conducción colectiva. Sugiere que el primer paso es formar una gran coalición de gobernabilidad para el futuro gobierno.
Advierte que la fusión inmediata de Chile Vamos sería un «grave error», ya que podría ser un pretexto para que parlamentarios de UDI y RN se incorporen a Republicanos.
Es evidente el inicio de un nuevo ciclo en la derecha con Republicanos y el Partido Nacional Libertario (PNL), cuyo liderazgo y conducción recaerán en Republicanos. A diferencia de la sustitución de la Concertación por el FA-PC, este cambio en la derecha lo conducirán los «Guzmán boys», retornando y reivindicando el ideario político fundado por Jaime Guzmán.
Respecto al votante de Franco Parisi, Longueira afirma que es mayoritariamente contrario al gobierno actual y que Parisi no debe pronunciarse, ya que no maneja a su electorado como «rebaño». Estima que el 20% obtenido por el PDG se distribuirá de forma similar al resto del país, 60% para Kast y 40% para Jara, y es «ridículo» creer que se moverán por compromisos programáticos.
Longueira proyecta que Parisi ya está en «modo Parisi 2030» y no negociará para él, sino que se concentrará en mantener unidos a sus 14 diputados. Aconseja a las derechas buscar un acuerdo con el PDG en la Cámara Baja para asegurar la mayoría, evitando que Parisi pueda pasar a segunda vuelta en la próxima elección presidencial.
El exministro aconseja a Kast que, si llega a La Moneda, su gobierno debe estar inspirado en la UDI Popular, siendo de inspiración cristiana, comprometido con la economía social de mercado y con los más pobres. Sus dos grandes prioridades deben ser Seguridad y crecimiento económico. Su lema debería ser «Crecimiento con Seguridad».
En materia de gobierno, sugiere que el Ministro de Hacienda debe volver a ser un «súperministro», como lo fueron Buchi y Foxley, con poder real sobre los ministerios sectoriales y actuando como un «Zar contra la permisología» para combatir la burocracia y la ineficiencia del Estado.
Recomienda un gabinete con un sello propio, mostrando una «nueva generación de derecha», con un promedio de edad entre 50-55 años máximo, con buen equilibrio de género, diversidad de universidades y basado en la meritocracia. Subraya la importancia de un comité político afiatado, sin «cuoteos» a los partidos y nombrando a líderes de todas las sensibilidades de la coalición.
Finalmente, sugiere anunciar una reducción o fusión de unos cinco ministerios y sorprender con nombramientos de embajadores de alto nivel en países clave. (NP-Gemini-Ex Ante)



