De la importancia de la democracia, de eso hablará el líder opositor venezolano Leopoldo López, que estuvo preso por razones políticas en ese país por 5 años. Participará en el conversatorio que se efectuará el próximo martes 7 de diciembre en la Universidad Adolfo Ibáñez.
El político, exalcalde y excandidato presidencial venezolano, llegará proveniente de España, nación en la que vive desde 2020 para garantizar la seguridad de su familia y la de sí mismo.
Hasta ahora está previsto que el fundador del partido político venezolano Voluntad Popular realice una presentación en la mencionada universidad, donde se reunirá con la Decana de la Facultad de Derecho, Isabel Aninat, y con el profesor de la Facultad de Artes Liberales, Fernando Wilson.
Aunque por el momento no se tienen más detalles sobre la agenda de López, trascendió que tendría un encuentro con líderes de la comunidad venezolana en Santiago.
¿QUIÉN ES LEOPOLDO LÓPEZ?
López es abogado y fue alcalde de Chacao, una de las comunas más importantes de Caracas, entre 2000 y el 2008, en dos períodos consecutivos, pero tomó mayor resonancia internacional luego de que pasara a integrar la lista de presos políticos del régimen venezolano.
El 18 de febrero de 2014 el líder opositor se entregó a las autoridades en plena calle y en medio de una multitudinaria manifestación que se efectuó en la capital venezolana, luego de seis días de protestas en contra de Nicolás Maduro y que dejaron un saldo de 43 muertos, más de 48o heridos y 1.854 detenidos.
El régimen lo responsabilizó de la violencia callejera y el Poder Judicial, controlado por el Ejecutivo, dictó orden de captura en su contra por la supuesta comisión de los delitos de asociación para delinquir, instigación pública, daños a la propiedad en grado de determinador e incendio en grado de determinador. Esto último luego de que algunos manifestantes decidieran lanzar bombas molotov contra una de las sedes de la Fiscalía en Caracas.
La imagen de López cuando era introducido en una tanqueta de la Guardia Nacional Bolivariana, porque fue así como lo trasladaron a los tribunales penales, le dio la vuelta al mundo.
López fue puesto tras las rejas en la cárcel militar de Ramo Verde, ubicada a las afueras de la capital venezolana, donde lo mantuvieron aislado. En esa misma prisión, pero en otro sector en el que los detenidos sí podían tener contacto entre ellos, se encontraban otros presos políticos, algunos de los cuales siguen allí hasta la actualidad.
Un año y medio después de que se entregara voluntariamente, en septiembre de 2015, el opositor fue condenado a 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de prisión.
“Fue muy duro porque también lo trasladaron a una celda de 2×2 metros, le quitaron sus pertenencias y las pocas que le dejaron, se las lanzaron al suelo junto a las fotos de nuestros hijos, Manuela de 6 años y Leopoldo Santiago de 2 años, en una celda sucia y con cucarachas. Este es otro signo de la crueldad del régimen”, explicó entonces la esposa del líder opositor en un cuestionario que respondió para El Líbero días después de dictada la sentencia.
No fueron pocas las críticas internacionales que recibió el fallo. El director de la división América de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, dijo a El Líbero: “La condena contra López es una arbitrariedad absoluta. En un país sin independencia judicial, una jueza provisoria sin inamovilidad en el cargo condena (…) luego de un proceso en el cual el Ministerio Público no aportó evidencias. El juicio fue una farsa”.
El 8 de julio de 2017, casi dos años después de que la jueza Susana Barreiros emitiera la condena, de forma sorpresiva, le fue otorgada a López medida de casa por cárcel, que duró 24 días. El 1° de agosto de ese mismo año se la retiraron, cuando una comisión de funcionarios lo sacó sin aviso previo de su residencia.
Pasados cuatro días le volvieron a otorgar el beneficio de prisión domiciliaria, que se mantuvo hasta abril de 2019, cuando fue liberado por la administración de Juan Guaidó en un fallido “alzamiento cívico militar” y entró en calidad de huésped en la embajada de Chile en Caracas, para luego pasar a la de España. En octubre de ese mismo año se refugió en ese último país junto a su familia.
AYUDA DE CHILE
En abril de 2015, cuando López tenía más de un año tras las rejas, su esposa Lilian Tintori vino a “pedir ayuda a Chile”. “Sé que la Presidenta es sensible en este tema, se lo agradezco como mujer, y como mujer me gustaría mirarla a los ojos”, dijo a propósito de su deseo de que la entonces Presidenta de la República, Michelle Bachelet, viajara a Venezuela a interceder por él.
En esa ocasión Tintori se reunió con el canciller Heraldo Muñoz, debido a que la presidenta Bachelet no pudo recibirla por “problemas de agenda”.
Luego, entre octubre y noviembre de 2018, cuando López seguía preso en su domicilio, Tintori inició una cruzada para exigir que Bachelet viajara a Venezuela, a fin de que ya en su cargo de Alta Comisionada de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos constatara la situación de los presos políticos del régimen de Maduro.
Se efectuaron entonces múltiples actos y manifestaciones en la sede del Programa de las Naciones Unidad para el Desarrollo (PNUD), en Caracas. La expresidenta chilena fue a mediados de 2019.
El líder opositor venezolano y su esposa han mantenido vínculos con Chile. En mayo de 2019 el propio presidente Sebastián Piñera dio a conocer a través de su cuenta en Twitter que había conversado con López. El mandatario se refirió a la “noble causa para terminar la dictadura” en Venezuela.
Cuatro años antes de eso, en 2015, luego de su primer mandato, cuando Piñera estuvo en Venezuela, intentó visitar a López, que para entonces estaba preso en la Cárcel de Ramo Verde. El tribunal de la causa prohibió las visitas y no pudo hacerlo.
Con quién sí se reunió el Mandatario en 2017 fue con la madre del político, Antonieta Mendoza, quien en septiembre de 2017 visitó Santiago. (El Líbero)
