Carolina Tohá reapareció tras su derrota en las primarias de la izquierda. Lo hizo en un conversatorio en Francia ante los estudiantes de ciencia política de la Paris School of International Affairs de Sciences PO donde fue invitada a hablar de seguridad pública y de su experiencia en el gobierno en Chile. La instancia fue moderada por el co-presidente del Observatorio Político de América Latina y el Caribe PO, David Recondo. En esta oportunidad, la excandidata presidencial dijo verdades que duelen a muchos. Afirmó algo conocido por muchos y negado por tantos, dijo que “la izquierda le tiene alergia a las policías y al orden público”. Hizo alusión a que el problema de la izquierda y el progresismo con las represiones en el orden público tiene que ver con que para ellos la explicación de la inseguridad es el resultado de otros problemas. Ellos hablan de “un problema estructural”.
Tohá explicó que para ellos “la inseguridad es consecuencia de la desigualdad, de la exclusión y la pobreza”, por lo que es como una “trampa”. De hecho, los problemas se agravan y hace difícil resolverlos. Tras plantear esto, la exministra del Interior manifestó con “tintes de lucha de clases” que “las mayores víctimas de la desigualdad son los más desprotegidos, no los poderosos. A quienes más les cuesta obtener justicia son los más desprotegidos, no los poderosos. Quienes son más vulnerables al caer en carreras delictuales son los más vulnerables, no los poderosos”. Dijo que la situación le preocupa, ya que la inseguridad se ha desbordado y eso le da votos a la derecha y a “la ultraderecha”, por lo que, haciendo un mea culpa, llamó a preocuparse del tema. Para ella, la razón por la cual los progresistas deben preocuparse de la seguridad es evitar que la “ultraderecha” avance. Es el temor a perder el poder, más que la preocupación por la ciudadanía. Manifestó que “cuando hay temor, las preocupaciones progresistas desaparecen y las personas actúan desde la necesidad de sobrevivir y protegerse, y su disposición a pensar los problemas como problemas colectivos, baja de manera dramática”. A esto agregó: “Cuando dejamos que el miedo se apodere de la dinámica social, de la conversación pública, prosperan no solo las ideas conservadoras o de derecha, sino las ideas de ultraderecha. Y eso está pasando, ha pasado muchas veces en la historia”.
Ante estos comentarios salió a responder Camila Vallejos, enrostrando la mayor inversión en seguridad y el aumento de leyes en el actual gobierno. La candidata comunista, Jeannette Jara, para buscar apoyo e intentar no mostrarse como la continuidad del gobierno de turno, afirmó que era cierto que para el gobierno no había sido prioridad el tema de seguridad en su momento, como si ella, una comunista, lo fuera a solucionar. El chiste se cuenta solo.
Pero, lo cierto es que es real lo que dice Carolina Tohá. Es evidente y se aparece a los sentidos. Los hechos son irrefutables al respecto. La historia muestra que eso es así, antes y hoy. El trauma del golpe militar los llevó a repudiar, por concepto, las fuerzas de orden y seguridad. Han pasado 50 años y en realidad no era eso, sino que algo más profundo. La extrema izquierda, marxista leninista, valida la violencia como una forma de hacer política, por lo que las fuerzas de orden y seguridad no les acomodan, más bien les complican. De hecho, la historia reciente nos demuestra que la exministra no miente, solo sincera lo que otros niegan.
No se nos puede olvidar que durante el llamado “estallido”, se validó la delincuencia, se denigró a la policía y a carabineros. El llamado era a “quemar la Yuta” y se adoraba al “perro matapacos”. Turbas atacaban a carabineros y próceres de izquierda llamaban a “odiarles” y a “refundarlos”. Gritaban “nos están matando” y artistas usaban instancias internacionales para instalar esa idea. El texto constitucional de la Convención dejó por escrito las verdaderas intenciones y durante ese tiempo, todas las leyes para mejorar la seguridad fueron votadas en contra por la izquierda radical. Sí, les tienen alergia a las fuerzas de orden y seguridad y es más que evidente. En el actual gobierno es cierto que las leyes de seguridad fueron aprobadas, más bien “a pesar de ellos”, ya que contaron con los votos de la derecha. De hecho, la izquierda radical votó en contra de cada una de esas leyes. Si no me cree, revise las votaciones de cada partida y verá que el Partido Comunista y el Frente Amplio tienen más que alergia a la seguridad, son el problema para solucionar este flagelo. No nos olvidemos que al inaugurarse el gobierno de Gabriel Boric, se indultó a los delincuentes y se les dio pensiones de gracia con el dinero de los chilenos. La exministra Tohá tiene razón. Ante crisis de seguridad, las personas olvidan otros temas. Tienen temor y por eso es importante recordar que la primera razón del Estado es garantizar la seguridad y es por eso que se le entrega el monopolio de la fuerza, esa que no quisieron usar cuando correspondía. Por tanto, es evidente, que habiendo perdido la paz, quien prometa devolverla y ordenar la casa para poder trabajar tranquilos, contará con el apoyo ciudadano. (El Líbero)
Magdalena Merbilháa



