La incertidumbre económica ha vuelto a aumentar en los últimos tres meses, en parte por el difícil momento que atraviesa la economía y también por un conjunto de temas cruciales que se mantienen sin resolver en nuestro país. Estos problemas son internos, no externos. Incluyen el debate constitucional, el futuro del sistema tributario, el aumento de la delincuencia, lo que pasará con el sistema de salud, la educación y las pensiones.
Con este nivel de incerteza es muy poco lo que puede hacer un gabinete económico para acelerar la inversión y el crecimiento. Lo primero que se debe hacer es generar certezas. Suponiendo que una parte de la incertidumbre constitucional se disipará el 17 de diciembre, es imprescindible cerrar los otros frentes que mantienen paralizada a la economía.
El paso desde una reforma tributaria a un pacto fiscal fue positivo. Avanzar hoy hacia un pacto procrecimiento es crucial. Este cambio significa reconocer que la mayor recaudación no se obtiene solo —ni principalmente— subiendo impuestos, sino que es esencial considerar en la ecuación el crecimiento económico y una mayor eficiencia del gasto público.
La estimación del impacto del crecimiento económico y de la eficiencia del gasto se encargó a especialistas externos al Ministerio de Hacienda, lo que fue una decisión acertada.
El informe sobre crecimiento económico de la comisión presidida por Manuel Marfán ratificó que un punto de mayor expansión de la economía genera del orden de US$ 800 millones anuales de mayores ingresos fiscales y, en consecuencia, destacó la importancia de tomar medidas para dinamizar la economía. En lo cuantitativo, la medida evaluada con mayor impacto fiscal es reducir el tiempo que demoran los trámites para iniciar un proyecto de inversión. Sin duda, debemos avanzar en esa línea y con la mayor celeridad posible.
El segundo punto que destaca por su impacto en la recaudación es el aumento de la inversión en litio e hidrógeno verde. En el caso del litio resulta esencial que el Gobierno modifique su estrategia y acelere la llegada de inversión privada nacional y extranjera, para no seguir quedando rezagados frente al avance de Australia, Argentina y otros países. De acuerdo con el informe de la comisión, las medidas procrecimiento evaluadas permiten generar 1,4% del PIB de mayor recaudación en 2034, aunque un incremento de solo 1,04% del PIB en las holguras fiscales.
Por otro lado, el informe de la OCDE es mezquino al considerar que solo es posible obtener un mayor espacio fiscal por 0,1% del PIB por la vía de ganancias de eficiencia en el gasto. Cualquiera que conozca el funcionamiento del Estado, ya sea porque trabajó en él o como usuario, advierte los enormes espacios de mejora de eficiencia que existen en el funcionamiento del sector público. Desde la experiencia y la evidencia puedo decir que, con la suficiente voluntad, es posible generar espacios de mejora del gasto fiscal en torno a 0,8% del PIB.
Si a lo anterior agregamos la mayor recaudación que se puede obtener de acuerdo con las estimaciones del Gobierno por la vía de reducir la evasión y la elusión (1,5% del PIB), más los esfuerzos que deberían hacerse para reducir la informalidad laboral, no es necesario subir impuestos para recaudar el equivalente a 2,6% del PIB, que es lo que busca el Ejecutivo.
Entrar en el debate tributario el próximo año no hará más que mantener la paralización de la economía. Es urgente cerrar la incertidumbre tributaria y ello pasa por acordar en el corto plazo un pacto procrecimiento con las características aquí mencionadas.
Es necesario cambiar el relato y movernos rápido a implementar medidas para impulsar el crecimiento, mejorar la eficiencia del gasto y reducir la evasión y elusión tributaria. Esa combinación de medidas, además de generar mayores ingresos fiscales, concita consensos políticos amplios y es lo mejor que podemos hacer hoy para que el país salga de su estancamiento. (El Mercurio)
Felipe Larraín B.
Director Clapes UC Profesor titular Economía UC



