Dos errores graves del gobierno dieron la sensación que aquí se estaba lanzando el gobierno por la ventana. El anuncio de cierre de la Fundición Ventanas de Codelco y el cambio de denominación y atribuciones de la oficina de la Primera Dama a “Gabinete Irina Karamanos” encendieron la opinión pública; y si bien aparentemente no están relacionados entre sí, en mi opinión hay una conexión entre ambos.
El cierre de Ventanas acordado por el directorio de Codelco y anunciado por el Presidente Boric y la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, es una decisión que puede discutirse, pero tiene sus fundamentos; el tema es que su anuncio se concibió como una suerte de regalo a la feligresía ambientalista, sin consideración alguna a los trabajadores de sindicatos históricos como los de Codelco, que fueron esta vez los corderos ofrecidos en este ritual medioambientalista.
Mientras esto ocurría, se revela el cambio que involucra a Irina Karamanos, que más allá de sus ribetes ridículos y demostrativos de soberbia, denota una cuestión más de fondo. Lo que se denominó “error administrativo” (¿hasta cuándo miente el gobierno?) no solo introducía un personalismo de tufillo autoritario, sino entregaba, ilegalmente, atribuciones en materia de políticas públicas para “erradicar la desigualdad, la discriminación de grupos históricamente excluidos, con enfoque de derechos humanos y perspectiva de género, inicialmente con énfasis en pueblos indígenas, migración, género y diversidad sexo-genérica”. Hay al menos tres ministerios atropellados en sus atribuciones con esta resolución de la Presidencia de la República.
Ante el bochorno, el gobierno reaccionó informando que se dejaba sin efecto la denominación de “Gabinete Irina Karamanos” para esta oficina, pero nada se dijo respecto al insólito imperialismo de ese cargo. Lo que aquí de verdad ocurre es que un núcleo duro se ha instalado en la cercanía del Presidente Boric, con ribetes de extremismo ideológico, justamente en las áreas que señala esta resolución, y que está integrado por Irina Karamanos y las ministras de la Mujer y de Medio Ambiente y el jefe de gabinete del Presidente Boric. Mientras, Irina Karamanos visitaba el fundo tomado por comuneros mapuche ligados a la organización terrorista CAM y no se ha dignado a hablar públicamente sobre estos hechos.
Debe reconocerse que el gobierno actuó rápido para desactivar situaciones explosivas; respecto a Ventanas, el ministro Jackson dijo que “hubo una premura ambiental que aceleró las cosas”, instalando una mesa de negociación. Pero el problema no se ha resuelto: los chilenos tienen demandas de mejor calidad de vida y el conflicto seguirá latente mientras el núcleo duro de Boric siga viviendo en una realidad virtual paralela a la que vive el resto de los chilenos trabajadores y su sentido común. (La Tercera)
Luis Larraín