Con una tenida más informal que la de costumbre en el Parlamento aparece el diputado Johannes Kaiser (49). Jeans, chaleco de lana con cuello, chaqueta café. Claro que siempre peinado como para el primer día de clases.
Dice estar feliz de tener una sede para su partido, el Nacional Libertario, ubicada en Providencia. En el frontis, por ahora, no han instalado un logo. Se trata de una casa de tres pisos con subterráneo.
Claro que se muestra más desafiante a la hora de responder a las insinuaciones del Partido Republicano sobre los efectos de su eventual bajada de la carrera presidencial. O para retrucar que ha tenido una merma en las encuestas.
Una de sus últimas polémicas fue que se pronunció sobre el sistema de vacunación chileno incurriendo en errores que le costaron críticas desde distintos sectores.
Sin embargo, nada de eso lo hace cambiar de opinión sobre su candidatura. Consultado sobre si no existe ningún escenario en que se baje de la presidencial, Kaiser afirma que «ya no. Me obligaron a dar mi palabra». «Al colocar en el escenario que yo me podía bajar, me obligaron a dar mi palabra de no bajarme. ¿Y sabes qué hago yo con mi palabra? La cumplo, aunque se hunda el planeta la voy a cumplir, porque es lo único que tengo. Mi capital no es plata. Mi capital no son empresas. No tengo campos, una pega asegurada, mi capital es mi palabra».
Lea la entrevista completa en Reportajes de El Mercurio. (Emol)



