La candidata presidencial oficialista y de la Democracia Cristiana, Jeannette Jara, ha decidido endurecer su estrategia de cara al balotaje del 14 de diciembre, señalando que «ya llegó la hora» de decir las cosas por su nombre. Esta nueva ofensiva se dirige directamente contra su contendor, José Antonio Kast, y uno de sus principales colaboradores.
En los últimos días, Jara ha apuntado al coordinador económico de Kast, Jorge Quiroz, a quien acusa de haber estado involucrado en la defensa de empresas en los sonados casos de colusión de las farmacias (2007−2008) y de los pollos (2008−2011). Jara fundamentó que Quiroz «estuvo en el modelo de la colusión de los pollos» según el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, y que en el caso de los medicamentos defendió a una farmacia asegurando que «no existía indicios de corrupción».
La arremetida de la exministra del Trabajo fue respaldada por su jefe económico, Luis Eduardo Escobar, y voceros como el senador Ricardo Lagos Weber (PPD) y el senador electo Diego Ibáñez (Frente Amplio). Todos ellos advierten una «contradicción» entre la defensa que hace Kast de la libre competencia y la elección de Quiroz. Sin embargo, Kast salió inmediatamente a desmentir la información, calificándola de «falsa», y defendió a su colaborador asegurando que es «la persona más adecuada» para enfrentar temas de libre competencia en un eventual gobierno.
Mientras se ajustan las nuevas piezas del comando en calle Londres 46, los colaboradores de Jara se encuentran revisando archivos, frases y promesas de Kast que «contradigan» su discurso actual, especialmente material de su extensa trayectoria parlamentaria. Buscan destacar su comportamiento y votaciones como diputado, señalando, por ejemplo, que tuvo una «paupérrima labor legislativa» y que votó en contra de iniciativas populares, como la «Ley Cholito» sobre Tenencia Responsable de Mascotas.
El objetivo de esta estrategia, según un miembro del comando, es obligar a Kast a «explicar todo lo que pudo eludir en la anterior campaña» y en los debates con ocho candidatos. No obstante, existe la duda interna sobre si es conveniente poner sobre la mesa los «temas valóricos», que Kast ha evitado tocar, en un balotaje donde la seguridad, la inmigración irregular y el desempleo son las principales preocupaciones ciudadanas.
La estrategia de confrontación tiene riesgos, pues algunos detractores dentro del oficialismo advierten la posibilidad de recibir una respuesta con municiones de «más alto calibre» que podría terminar perjudicando a la candidata. Dirigentes históricos abogan por una campaña centrada en ideas y propuestas, moderando la tensión. La decisión final sobre la línea de ataque confrontacional se tomará a la espera del arribo de Ricardo Solari, uno de los estrategas más influyentes del sector. (NP-Gemini-La Tercera)



