Japón

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Desde hace algunas semanas estoy en Japón. Un viaje largamente deseado y que ha resultado interesante y estimulante como no lo hubiera imaginado. Contrariamente a lo que pensaba, es fácil para recorrer sus ciudades y su territorio en general. Esto no exime de ser cuidadoso y tener muy claro cada paso que se dé. Estando en Tokio he recibido las noticias por el Japan Times, vinculado al New York Times. De la televisión, buenas imágenes y, de ahí en adelante, ni hablar.

La situación de la región es un tema recurrente: las Coreas del Sur y del Norte, China y Taiwán. La caldera hierve. Japón es un país que depende en inmensa medida del abastecimiento externo. No le resulta en absoluto ajeno lo que suceda con Taiwán, y la presión china sobre esa isla es una preocupación permanente. Taiwán es el principal productor de microchips en el mundo, y para Japón esto es una dependencia clave (el abasto de petróleo-eléctrico es tema aparte). La relación con Corea del Sur es buena pero… no es completamente fluida: en los coreanos perdura un recelo hacia los japoneses, que no es menor. Corea del Norte es otra preocupación por ser una amenaza permanente. China, Corea del Sur y Japón han vuelto a reunirse después de varios años: sonrisa tirante, medio ambiente y buenas palabras sobre el comercio mutuo. Los temas gravitantes relativos a las políticas de poder no son tratados en esta junta. Dentro de ese marco protocolarmente amable, el intercambio comercial entre ellos es de suma importancia: la interdependencia es recíproca. La preocupación por la política china de expandir su área de influencia regional y el trasfondo bélico que esto conlleva, es lo que determina la atmósfera en la cual se mueven los gobiernos de esta región.

Pero pareciera que nada de esto es nuevo en esta parte del mundo. Las pugnas de poder entre sus monarquías o imperios parecen ser una constante que atraviesa los siglos. Nada sabemos de esa historia. Nuestra ignorancia provinciana revela la desnudez cultural en que nos movemos.

En paralelo, los pueblos y las personas se han movido incesantemente generando vínculos materiales y culturales que le dan una trabazón muy significativa a esta región. Y sin duda que China ha sido el centro y trabazón de la comunidad espiritual que vincula a estos pueblos. Esto sin desconocer que China ha recibido desde la India un influjo cultural y religioso determinante. Al presente se palpa este contacto humano que atraviesa los siglos y en el que los japoneses participan decisivamente. (El Mercurio)

Adolfo Ibáñez