«Nosotros no vamos a pasar una aplanadora, vamos a poner aquí una retroexcavadora, porque hay que destruir los cimientos anquilosados del modelo neoliberal de la dictadura”, afirmó en marzo de 2014 el senador y presidente del PPD, Jaime Quintana. Hoy, un año después, afirma a “El Líbero” que “yo no sé si habrá o no (retoexcavadora), pero sí hay un cambio de paradigma completamente”, frente a la agenda de probidad y transparencia y el “proceso constituyente” anunciados por la Presidenta Michelle Bachelet el pasado martes 28 de abril.
Desde su región, Quintana hace un alto para conversar con “El Líbero” y analizar los últimos anuncios de la Mandataria en materia de probidad y transparencia y una nueva constitución. “No debiera sorprendernos el conjunto de anuncios hechos por la Mandataria”, comenta. Sin embargo, reconoce que la posibilidad de asamblea constituyente está “plenamente vigente”.
-¿Cómo evalúa los anuncios de la Presidenta Bachelet en materia de agenda y probidad y sobre el “proceso constituyente”?
-Estamos hablando de temas estructurales, no es cualquier reforma. No debiera sorprendernos el conjunto de anuncios hechos por la Presidenta porque ya su gobierno el año pasado se había comprometido con una agenda de probidad. Por supuesto, nos encontramos con que aquí ha habido una situación mucho más grave y compleja y por lo tanto había que hacerse cargo de manera más estructural y eso está ocurriendo hoy. Tampoco debemos sorprendernos con que aparezca la nueva constitución en esta discusión, porque eso ya había sido comprometido por la Presidenta.
-El proceso constituyente anunciado por Bachelet pudiese traducirse en una asamblea constituyente?
-Un proceso constituyente significa que hay una vía institucional que tendrá que abordarse, que será un plebiscito u otra, que va a desembocar en un proceso que va a ser participativo. Si es asamblea constituyente u otro mecanismo tendrá que decirlo ella, los plazos se van acotando para ese fin. Esa posibilidad está plenamente vigente, está abierta.
-En el oficialismo se han generado críticas respecto de una de las medidas, como la reinscripción de militantes. Algunos senadores como Isabel Allende han manifestado que es un proceso complejo de llevar a cabo, ¿cuál es su impresión? ¿Comparte esta visión?
-Esto afecta a los partidos, esto no es fácil. El PPD tiene una historia interesante en cuanto a su fundación, fue el primer partido en constituirse legalmente para derrotar a la dictadura. Yo le puedo asegurar, como uno de los fundadores, que fue un proceso complejo y arduo, pero es una de las formas para restaurar la relación con la ciudadanía. Va requerir mucho trabajo, esto es prácticamente partir de cero para los partidos. Nosotros luego de transcurrida la cadena nacional, lo hemos conversado con la mesa del PPD, hay mucha motivación en recuperar ese espíritu ético con que el PPD surge a la vida política hace 28 años y nosotros vamos a tomar este planteamiento de la Presidenta con todas estas dificultades.
-¿Qué dificultades?
-Eso va a significar un despliegue grande, nosotros no vamos a conformarnos con el mínimo de militantes, sino vamos a generar un despliegue en todo el país para llegar a decenas de miles de militantes, pero con una militancia más real. Hoy todos los partidos tienen sus padrones inflados, de manera que esto también es una oportunidad para tener formaciones políticas mucho más conectadas con lo que son con las demandas del Chile de hoy. En el PPD van a estar los que realmente quieran estar y quieran movilizarse con las luchas que el PPD ha dado, como las libertades, minorías sexuales, pueblo mapuche, por los temas ambientales, entre otros.
-¿Qué otros reparos existen hacia la agenda anunciada por la Presidenta?
-Más que reparos hay muchas obligaciones. Efectivamente los partidos van a ser financiados por el Estado como ocurre en las democracias más sólidas, pero eso también significa estándares de responsabilidad mucho más elevados, todo lo que implique partidos más ordenados.
–Usted mencionó hace un año la “retroexcavadora”, ¿se cumplió lo advertido por usted? ¿Podemos usar el mismo término ahora?
-Yo dije que venían cambios estructurales, más que llamarlos de una u otra forma, son reformas profundas, acá no hay marcha atrás en el Gobierno. Creo que lo que ha evidenciado esta crisis es que esas reformas profundas no eran sólo los temas educacionales y tributarios, sino también en materias como la probidad aquí hay un antes y un después. Ésta es la reforma del siglo, esta reforma va a ser muy trascendente y esa oportunidad para los partidos para revalorizar la actividad pública.
-¿No hay una retroexcavadora entonces?
-Yo no sé si habrá o no, pero sí hay un cambio de paradigma completamente, en relación a cómo hacíamos las cosas antes. Lo que tuvimos por más de un siglo y medio en Chile fue un cohecho, abierto y declarado en todos lados, lo que tuvimos en 2003 fue un pequeño ajuste que dejó enormes forados que hoy nos están pasando la cuenta. Pero con esto Chile quedará dentro de los países con mayor probidad en el mundo.
