El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, solicitó formalmente el indulto al presidente Isaac Herzog para cerrar las tres causas penales que enfrenta por cargos de fraude, abuso de confianza, soborno y corrupción. La oficina de Herzog confirmó la recepción de la solicitud, calificándola de «extraordinaria» y con importantes implicaciones.
La petición, enviada a través de su equipo legal, comienza citando una carta del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien a principios de noviembre apeló a Herzog para que indultara al primer ministro. Previamente, durante una visita en octubre, Trump había intercedido públicamente en el Parlamento israelí, preguntando retóricamente por qué no se le concedía la amnistía.
El equipo legal de Netanyahu argumenta que la continuidad de los procedimientos penales «perjudica los intereses del Estado de Israel» al exacerbar disputas internas y desviar la atención pública de asuntos críticos de seguridad y política. Los abogados señalan que el «bien del Estado» y el interés público requieren que el juicio concluya, permitiendo al mandatario dedicar toda su energía a liderar Israel en medio de conflictos como la ofensiva en Gaza, la guerra contra Irán y las tensiones con Líbano, Siria y los hutíes de Yemen.
La misiva enfatiza en varias ocasiones el «interés personal» de Netanyahu de continuar con el juicio, convencido de que sería absuelto. No obstante, asegura que antepone el «bien del Estado» al interés personal, solicitando el indulto y renunciando a su derecho a llevar el proceso legal hasta el final.
La solicitud ha sido transferida al Departamento de Indultos del Ministerio de Justicia, cartera en manos de Yariv Levin, miembro del Likud (partido de Netanyahu), para recabar las opiniones de las autoridades pertinentes. Posteriormente, estas opiniones serán enviadas al asesor legal del presidente Herzog para que formule su dictamen.
Netanyahu enfrenta actualmente tres causas abiertas. El «caso 1.000» lo acusa de recibir regalos a cambio de favores políticos; el «caso 2.000» aborda un presunto fraude por favorecer a un editor jefe de un medio para perjudicar a la competencia; y la tercera causa lo juzga por un supuesto delito de soborno a un empresario de telecomunicaciones a cambio de una cobertura mediática favorable. El primer ministro israelí, quien alega ser víctima de una «caza de brujas» y una trama del «Estado profundo», es el primer jefe de Gobierno en la historia de Israel procesado mientras ejerce el cargo. (NP-Gemini-Emol EFE)
