He leído con estupor en su periódico que estudiantes de la U. Diego Portales colocaron en el frontis de la Facultad de Derecho un cartel que reza “Peña a la leña”, e incluye el dibujo de una hoguera. Esta conducta sería una manifestación de rechazo a opiniones vertidas por el señor rector de esa casa de estudios que no han sido del agrado de algunos sectores.
Resulta inaceptable que personas que optaron por la carrera de Derecho e integran una comunidad universitaria y pretenden convertirse en abogados en el futuro exhiban tal grado de intolerancia y concreta simpatía por las amenazas como medio de resolver diferencias de pensamiento.
Es oportuno recordar que el conocido jurista uruguayo Couture dice en una de sus obras que el padre a quien su hijo le consulta sobre qué carrera seguir ha de considerar un honor el aconsejarle que sea abogado. ¿Podrán mantener tal honor los padres de los estudiantes de Derecho que incurren en conductas tan inadmisibles —queremos pensar que no alentadas por catedráticos—, reprobadas a través de varias cartas a este diario, provenientes no solo de juristas?
¿En qué clase de abogados se transformarán estos disidentes que amenazan con la hoguera? Si un tribunal les rechaza su pretensión en un fallo, ¿colgarán en la puerta un letrero que diga “Los jueces a la leña”?
Ese gran procesalista italiano que fuera Calamandrei —a quien los defensores del letrero deberían leer en sus muchos ratos libres— escribió que los estudiantes de las disciplinas jurídicas y quienes ya se han titulado tienen la misión de servir al Derecho, misión incompatible con la senda elegida por los alumnos de que se trata para hacer prevalecer sus opiniones.
El Mercurio
