IFE Universal, una victoria para la clase media. La propuesta del Gobierno anunciada la semana pasada tendrá un costo mensual de US$ 2.890 millones, lo que en suma llega a US$ 8.670 millones para todo el período que abarca. Y aunque la oposición logre introducir cambios importantes en los próximos días, el mínimo es eso.
La propuesta de Sebastián Piñera establece un Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para el 100% de las familias inscritas en el Registro Social de Hogares. Eso significa que lo recibirá el 90% de todos los hogares, dejando fuera solo al 10% de los hogares de mayores ingresos. Llegará a 7 de cada 10 chilenos. La propuesta también incluye ayuda a las pymes. Será un bono de $1 millón, más un segundo equivalente a tres meses de IVA de un año normal, con un tope de $2 millones. Sumado al IFE, el compromiso total será de casi US$ 11.000 millones, lo que equivale a 4% del PBI.
El programa es un reconocimiento tardío de que la clase media se está manteniendo a flote con ahorros, créditos y los retiros de las AFP. O sea, rascándose con sus propias uñas. En el mundo académico extranjero ven el estallido social, y las demandas sociales que forzaron a que se escriba una nueva Constitución, como reflejo de un modelo que sacó a millones de la pobreza, pero que creó una clase media precaria y vulnerable. El economista argentino de Harvard, Eduardo Levy Yeyati, la describe como una clase media por ingreso, pero no por acceso a bienes básicos de calidad, como transporte, salud, educación y pensiones. De ahí la frustración. Por Iván Weissman, El Mostrador)



